Alcanzamos un nivel donde el modo de urbanización necesita cambiar; el objetivo sería tener ciudades sostenibles que tienen en consideración el medio ambiente, los habitantes y su bienestar. Sin embargo, las ciudades no tienen el mismo nivel de desarrollo y de sostenibilidad; vámonos a ver a Dakar, Toronto y Madrid en términos de las cuestiones medioambientales y los cambios que pueden ser hechos.
Localizada en la península de Cabo Verde, Dakar, capital de Senegal, es una ciudad en gran desarrollo. El clima cálido, las numerosas playas, la hospitalidad de la gente, la alegría de vivir que reina la hacen un destino popular para los turistas. Cuando camináis por Dakar, las calles parecen bastante sucias. No hay cubos de basura en cada esquina y la gente suele echar restos como papeles y vasos de plástico a la calle. Aparte de eso, el sistema de recolección de basura no es bastante eficiente. Los recolectores no respetan un horario fijo; pueden venir esta semana y no la siguiente. Además, hay huelgas a veces y las basuras se acumulan durante muchos días antes que las poblaciones hallan soluciones como quemarlas o enterrarlas.
Todos los residuos de la capital senegalesa acaban a Mbeubeuss, un vertedero a cielo abierto que se sitúa en el barrio de Malika. Este vertedero ha dado mucho que hablar a causa de los riesgos sanitarios y medioambientales que los habitantes pueden encontrar pero Mbeubeuss es la fuente de dinero de muchas personas y viven gracias a él.
La ciudad no tiene realmente estructuras para reciclar; entonces la separación de residuos no es una costumbre. Además todos los residuos van a ser mezclados cuando el camión de recolección de basura venga a recogerlos. Si alguno quiere reciclar, tiene que hacerlo de su mismo.
Sin embargo, el reciclaje del plástico está creciendo. En efecto, la recompra del plástico es una actividad; hay también personas que andan por la ciudad buscando objetos de plástico y los transforman en otras cosas como juegos o los venden. Además,la sociedad Simpa que fabrica muchos objetos de plástico lo recicla también. Antes había en la comuna de Ngor, al norte de Dakar, un lugar llamado “Recuplast”, hecho en colaboración con la empresa “Proplast”, donde se puede vender envases, bolsas de plástico. Después, la empresa va a transformar los residuos de plástico y venderlos a otras empresas en Senegal o en otros países; pero la estructura ya no es funcional . A veces, la gente transforma los neumáticos de automóviles; los decora y los utiliza como basuras o macetas. Hay también un lugar donde la gente puede depositar las baterías utilizadas para reciclar.
Las energías renovables no representan una gran parte de la producción eléctrica del país; el hidroeléctrico representa 10% gracias a las presas de Manantali y de Felou (ambas situadas en Mali). Reciamente, el presidente de la república Macky Sall, inauguró “Senergy 2”, la central de energía solar más grande ahora de África occidental. Esta central hecha con la colaboración de la sociedad GreenWish Partners, está situada en Bokhol en la región de Saint-Louis al norte del Senegal y se incluye en la política de mezcla energética con la cual quieren introducir las energías renovables en la energía ofrecida por la Senelec (equivalente de Endesa, Iberdola etc.). Esto va a permitir también electrificar muchos pueblos del país.
Sobre los transportes públicos, los habitantes de Dakar se mueven gracias a los autobuses o “Dakar Dem Dikk” (Dakar Ida y Vuelta), los famosos y coloridos “cars rapides” comúnmente llamados “Ndiaga Ndiaye”. Esos transportes prestan buen servicio a la ciudad y permiten a la gente que viva en los suburbios de venir al centro sin problemas. Sin embargo, tienen desventajas; son lugares de muchos robos y las condiciones de viaje no son muy buenas: los horarios no son respetados, los autobuses están todo el tiempo llenos, sin olvidar los largos trayectos. Todo eso no alienta la gente a tomar los transportes públicos y algunos prefieren tomar el taxi, más rápido y con precios asequibles que se pueden pactar.
Un taxi y un “car rapide (fuente)
La ciudad necesita revisar su planificación urbana. No hay muchos espacios verdes, los peatones no tienen realmente donde caminar -excepto la calzada a lado de los coches- porque las aceras no son numerosas o están ocupadas por los comerciantes. Los coches son privilegiados pero las vías no están adaptadas; hay demasiados coches en Dakar y las congestiones de tráfico se vuelven en un problema cotidiano. La ciudad es también el lugar de muchas inundaciones cada año durante la estación de lluvia. La insalubridad asociada a las aguas estancadas favorece el desarrollo de enfermedades como el paludismo, el cólera, etc.
Como en muchas ciudades, la contaminación del aire y del agua son un problema importante. Ciertos coches y autobuses emiten humo súper negro. A veces el aire es de mala calidad y a ese se añade el Harmattan con mucho polvo durante la estación seca. En 2016, la contaminación del aire de Dakar era tres veces superior al límite establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sobre la contaminación del océano, muchas playas están sucias y se pueden ver vasos, bolsas de plástico, redes de pesca en el agua. El caso de La “Baie de Hann” (Bahía de Hann) es el más chocante. Considerada en el pasado como una de las playas más bellas de la ciudad, es ahora un basurero a causa de las aguas residuales y de los residuos domésticos e industriales que son derramados allí. En efecto, la bahía está en el municipio de distrito de Hann Bel-Air que es también una zona industrial. Ha habido muchas campañas de limpieza de la bahía pero el inicio de las obras de descontaminación está previsto para este año.
Bahía de Hann (fuente)
Sin embargo, las poblaciones se han despertado y han empezado a ser un poco más conscientes de los riesgos medioambientales, se puede ver un desarrollo. El 4 de Enero de 2016, una ley que prohibía la utilización de bolsas de plástico entró en vigor. Aunque los comerciantes de calles y barrios continúan utilizando bolsas de plástico, ciertos supermercados utilizan solamente bolsas en papel y otros venden bolsas más resistentes y reutilizables.
Hay también muchas campañas de reforestación en el país. Además la Unión Africana estableció un proyecto a la escala de la región subsahariana llamado “La Grande Muraille Verte” (la gran muralla verde) que consista a plantar árboles desde Senegal hasta Djibouti para luchar contra el avance del desierto al que la zona es muy vulnerable y para conservar los recursos naturales. La muralla prevista tendrá 7600 km de largo y 15 km de ancho.
Si comparamos Dakar y Madrid o Senegal y España, podemos ver que hay muchas diferencias en relación a las cuestiones medioambientales como la organización, los residuos, los transportes. Al contrario, Toronto, cuarta ciudad más grande de Norteamérica, tiene muchas más similitudes con Madrid en relación con el medio ambiente.
La ciudad apodada “The 6ix”,una vez considerada como la ciudad más sostenible de Norteamérica, fue clasificada en 2016 la trigésima ciudad más sostenible del mundo (cuarta en Norteamérica) al contrario de Madrid que es la vigésima según Arcadis Sustainable Cities Index. La clasificación tiene cuenta aspectos sociales, medioambientales y económicos de las ciudades.
Como en Madrid, el reciclaje es muy practicado en Toronto; las basuras tienen diferentes contenedores por los diferentes tipos de residuos. Hay también muchos espacios verdes como el Trinity Bellwoods Park, el High Park, el Downsview Park etc.
Sobre las energías, la energía distribuida en Ontario (provincia donde está Toronto) proviene mayoritariamente de centrales nucleares, las renovables representaron aproximadamente el 32% de la producción eléctrica en 2015 (Ministry of Energy – Ontario). Para el mismo año, la nuclear representó 21,7% y las renovables 37,4% de la producción en España (Red Eléctrica de España).
Con su rango, se piensa que Toronto debe de tener un red de transporte muy grande y eficiente pero no es el caso. Hay solamente 4 líneas de metro y no dan servicio a la ciudad de manera igual. La Toronto Transit Commission o TTC (equivalente del Consorcio Regional de Transportes de Madrid) tiene dos grandes problemas aparte del tamaño de la línea de metro.
Metro de Madrid vs. Metro de Toronto
Primero, el centro de la ciudad está bien comunicado por transporte público pero las afueras no lo están aunque muchas personas viven en los suburbios a causa del precio de alojamiento que es muy caro (Toronto es la segunda ciudad más cara de Canadá, detrás de Vancouver). El segundo problema es su costo; la suscripción mensual cuesta $146.25 CAD (dólares canadienses) por los adultos y $116.75 CAD para los estudiantes. Estas tarifas son locas si se comparan a otras ciudades canadienses o europeas; además el precio de la tarjeta normal representa en media el costo de la comida mensual. Estos precios no alientan la gente a dejar los coches.
Todas las ciudades no necesitan los mismos cambios. Dakar, que es un poco retrasado sobre las cuestiones medioambientales, necesita más cambios como revisar su planificación urbana y el tratamiento de los residuos. Se debe sensibilizar más la población para informarla y tal vez introducir la educación medioambiental en el programa escolar.
Aunque Madrid y Toronto están bien avanzadas sobre la cuestión medioambiental, podemos ver que el transporte es el problema más difícil de resolver en general, tanto para los transportes públicos como para el tráfico de coches.
Fatima Ouedraogo
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