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Para el 2050, se espera que la actual población mundial de 7.300 millones de habitantes aumente a 9.700 millones, un aumento de 2.400 millones que podría poner en peligro a la Tierra. Creciendo de forma insostenible, la superpoblación humana se ha convertido en una cuestión crítica que acelera otros riesgos ambientales, como la extinción de especies, el agotamiento de los recursos naturales, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. Si bien hay innumerables individuos que adoptan una vida sostenible y muchos países que con pequeñas huellas ecológicas, es necesario examinar el impacto ambiental global de la superpoblación. La humanidad, excediendo la capacidad de carga y los recursos de la Tierra, puede generar potencialmente implicaciones perjudiciales para ella misma y el medio ambiente.

Actualmente, la Tierra está sufriendo su sexta extinción en masa, la única impulsada por la raza humana. Miles de especies, incluyendo el 25% de mamíferos y el 13% de aves, están en peligro de extinción. A medida que aumenta la demanda de recursos, la actividad humana estimula la invasión y destrucción de hábitats a través del desbroce de tierras, la caza furtiva, la caza excesiva y el calentamiento global, todo lo cual acelera la extinción de especies. Aunque la mitad de la masa terrestre de la Tierra ya está dedicada a usos productivos, la superpoblación requiere una mayor expansión con fines residenciales y comerciales. Como resultado, casi el 17% de la selva amazónica ha sido deforestada, principalmente con fines ganaderos, poniendo en peligro el 10% de la biodiversidad del mundo.

A medida que nuestro consumo insostenible supera los recursos disponibles, los seres humanos estamos contribuyendo al agotamiento de los recursos naturales. Al agotar nuestra tierra fértil, agua dulce, aire limpio y vegetación, la creciente población está creando una demanda competitiva por estos recursos que sustentan la vida y llevando a una disminución en la calidad de vida. Según el 2030 Water Resources Group, para 2030 la demanda de agua en numerosos países en desarrollo superará su oferta en un 50%. Tal escasez puede encender conflictos y guerras sobre los recursos restantes, perpetuar la pobreza o provocar hambrunas. Nuestro consumo excesivo también puede afectar a las especies mediante cambios en sus ecosistemas. A medida que la actividad humana aumenta la escasez de recursos, obliga a las especies a enfrentar graves pérdidas ambientales.

Invadiendo los ecosistemas naturales, la superpoblación humana está acelerando la pérdida de hábitats. El aumento de la población fomenta las actividades humanas peligrosas, como la deforestación y la agricultura intensiva, que degradan los ecosistemas que apoyan la biodiversidad. Perder el 30% de los arrecifes oceánicos debido a la acidificación de los océanos o el 53% de los humedales de América debido a la agricultura no sólo pone en peligro las especies sino que también afecta a la red de vida de la que dependen los seres humanos. La destrucción de bosques, arrecifes oceánicos o humedales amenaza nuestra calidad de vida, ya que esta depende de la existencia de ecosistemas en buen estado para su abastecimiento de aire, alimentos y agua. A pesar de que los bosques tropicales producen oxígeno y contienen el 30% del agua dulce del planeta, los seres humanos han reducido el 14% original de selvas tropicales que cubren la Tierra a aproximadamente el 6%. Además de absorber dióxido de carbono, los bosques también son vitales para mitigar el cambio climático. Sin embargo la deforestación produce casi el 15% de todos los gases de efecto invernadero que se emiten, amenazando la biodiversidad de la Tierra.

A medida que la población humana crece, también aumenta nuestra huella de carbono. Interconectados, el cambio climático y la superpoblación amenazan gravemente la biodiversidad y el bienestar de la Tierra. Al intensificar la actividad humana, el crecimiento de la población perpetúa la emisión de gases de efecto invernadero, amplificando el cambio climático. Estos gases artificiales son producidos por el aumento de vehículos, industrias y fuentes de energía. Por lo tanto, más gente significa la mayor demanda de combustibles que liberan dióxido de carbono. A causa del cambio climático, pueden ocurrir sequías, inundaciones, hambrunas, pérdida de hábitat y extinción de especies. Sin embargo, la consecuencia más profunda del cambio climático es su amenaza existencial para la humanidad. Desafortunadamente, varias comunidades ya están experimentando la realidad del cambio climático a medida que el aumento del nivel del mar está hundiendo gradualmente sus islas del Pacífico.

Para que los seres humanos protejan la Tierra, debemos reconocer el impacto de nuestra creciente población y nuestros excesivos patrones de consumo. Debemos adoptar plenamente la sostenibilidad. Nuestro futuro -y el de la Tierra- depende de la existencia y preservación de la biodiversidad y los recursos naturales. Por lo tanto, debemos participar en más esfuerzos de conservación e implementar políticas más proactivas para disminuir todas las amenazas a la biodiversidad global.

Christina Tatum
International Relations student at the University of Southern California

Fuentes:
World population projected to reach 9.7 billions in 2050 (UN)
Effects of human overpopulation (Everythings Connects)
Future threats to biodiversity and pathways to their prevention (Nature)
What is overpopulation? (Earth Eclipse)
Deforestation (WWF)