A pesar de que las primeras alertas por contaminación atmosférica en ciudades españolas datan de finales de la década de 1960, hace ya medio siglo, todavía hoy día seguimos tratando de reducir nuestras emisiones y llevar una vida más comprometida con la atmósfera y el medio ambiente.
Quizá casi el 100% de las personas podríamos hablar hoy día sobre este problema, o dar una descripción correcta del mismo con más o menos profundidad. Pero, ¿conocemos qué hábitos nos han llevado a esta situación? ¿Cuales son las principales fuentes de contaminación? ¿Cómo podemos reducir las emisiones?
Para comenzar a responder estas preguntas debemos conocer el término de “Fuente de emisión”. Estas son aquellos focos o actividades que producen los diferentes gases que suponen una amenaza para la atmósfera. De este modo, podemos considerar una fuente de emisión (móvil) a los medios de transporte como el barco o el coche, o fuente de emisión (fija) a las energéticas que utilizan materia fósil o simplemente nuestros hogares.
Como bien hemos dicho, las fuentes de emisión son las encargadas de expulsar gases a la atmósfera. Los que más preocupan en la actualidad son:
- Los óxidos de nitrógeno son emitidos a la atmósfera principalmente por los vehículos motorizados, sobre todo de tipo diesel y la combustión del carbón, petróleo o gas natural . Estos son el resultado de la combinación entre el oxígeno y el nitrógeno que se desprende en combustiones a altas temperaturas (en nuestros coches o centrales eléctricas) y puede darse en diferentes niveles de oxidación (más o menos oxígeno) pudiendo tener diversos efectos sobre nuestra salud, reduciendo la capacidad pulmonar o produciéndose una mayor sensibilidad a los alérgenos.
- Las partículas en suspensión, son pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen, dispersas en la atmósfera como resultado del transporte por carretera y las plantas de combustión no industriales. Estas partículas pueden tener efectos negativos para nuestra salud como problemas respiratorios, pudiendo llegara a causar graves enfermedades pulmonares en función del tamaño de las mismas.
- Por último, también podemos considerar un contaminante al CO2 que han desarrollado dicha condición a pesar de estar presente en altas concentraciones en nuestro planeta. Esto es debido a que la actividad humana ha emitido grandes cantidades de CO2 aumentando su concentración en la atmósfera notablemente y convirtiéndolo en un peligro indirecto para nuestra salud.
Aunque bien es cierto que todos estos contaminantes pueden producirse de forma natural en eventos como los volcanes, es la actividad humana la que está llevando sus niveles a los extremos, como podemos ver en la siguiente tabla que resume las principales fuentes de emisión de algunos de los contaminantes que más preocupan en la actualidad en el municipio de Madrid, que son a su vez los más estudiados y contra los que más medidas se están tomando.
Fuente: Portal web de calidad del aire del ayuntamiento de Madrid.
En esta tabla podemos ver reflejado que la principal fuente de emisión de contaminantes es el transporte por carretera, emitiendo un total del 58,34% de estos cinco contaminantes. Frente a esta fuente algunas de las medidas que pueden proponerse son la utilización del transporte público o coches compartidos o la compra de vehículos de “emisión cero” o vehículos “eco”.
Otro de los datos que más llama la atención es la contribución de las plantas de combustión no industriales a estos valores(las calefacciones y otras calderas domésticas) puesto que se encuentran muy por encima de las plantas de combustión industrial. Este dato nos muestras de que a pesar de la tendencia a buscar culpables más allá de nuestra responsabilidad y querer culpar a las grandes industrias de estos problemas, las emisiones que producimos en nuestros hogares son mucho mayores a las producidas por las empresas.
La solución a estos datos es el desarrollo de nuevas tecnologías que permitan reducir las emisiones de las calderas así como la concesión de ayudas para la renovación de las mismas o la búsqueda de nuevos métodos sostenibles para acciones cotidianas y necesarias como calentar nuestros hogares, el agua o cocinar.
Pero la conclusión que debemos de obtener de todos estos datos no es si los coches emiten más que las industrias o si estas emiten más que nuestros hogares, sino darnos cuenta de que los responsables de todas ellas somos nosotros y que en nuestras manos está reducirlas. Los coches antiguos, las calderas de carbón o una casa poco aislada son prácticas que emiten multitud de contaminantes. Un coche eléctrico, calderas de gas o un buen aislante que nos haga ahorrar en calefacción y dinero son la solución.
Fotografía: César Fraile Díez en Twitter.
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