Este año viviremos seguramente un verano más cálido de lo habitual, pues estudios demuestran que el 2016 está en camino de ser el año más caluroso de la historia. Los últimos siete meses la temperatura del planeta ha aumentado entre 1 y 1,5 grados Celsius con respecto a los valores promedio de años anteriores, con lo cual podemos comenzar a prepararnos para un verano más intenso.
Seguramente algunos diréis que un grado más no hace gran diferencia, pero para que comprendamos lo importante de un grado más en la temperatura, pensemos en lo histórico que fue firmar en la COP 21 un tratado entre los países para combatir el calentamiento global que pretende disminuir en solo 2 grados la temperatura planetaria. Y es que tan solo 1 o 2 grados más de aumento en la temperatura del planeta representará una modificación irreversible con cambios catastróficos para el medio ambiente en general, incluidos nosotros mismos.
Según las predicciones de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) para junio y julio de 2016 es probable que la temperatura alcance valores superiores a los normales. Lo que más preocupa es que la temperatura del planeta en general no deja de subir, lo que finalmente nos afecta a todos. El secretario general de la Organización Mundial de Meteorología (OMM), Petteri Taalas, afirmó que el 2016 ya ha sobrepasado los niveles de 2015. Y 2015 fue un año de temperaturas máximas también. “La magnitud de los cambios ha asombrado hasta a los climatólogos más experimentados. Estamos siendo testigos del cambio del estado del planeta”, dijo el secretario Taalas.
¿Estamos preparados para ese cambio? Muchas veces nos resulta difícil imaginar como una pequeña modificación en la temperatura del planeta podría causar las apocalípticas situaciones de las que alertan los ambientalistas, pero es necesario entender que los ecosistemas funcionan bajo unas condiciones ideales, si esas condiciones son modificadas por más pequeño que consideremos que sea el cambio, los efectos sobre su funcionamiento bastarían para causar la muerte de muchos de los ecosistemas que conocemos, sobre todo los más vulnerables como los arrecifes o los humedales.
El fenómeno de El Niño, que se ha presentado con bastante intensidad esta última vez, ha contribuido a elevar las temperaturas y a que sintamos fenómenos como un último invierno bastante menos frío que de costumbre, todo esto es producto del cambio climático inducido por nosotros, los seres humanos. Con cada año las temperaturas suben con respecto a los años anteriores y según datos de Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA) de Estados Unidos y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) los primeros meses del 2016 marcaron valores sin precedentes.
El cuerpo humano, que funciona como una máquina perfecta, también se ve afectado con el aumento de las temperaturas. Unos grados más en la temperatura promedio de ciudades en donde ni la infraestructura, ni el modo de vida, ni el cuerpo de las personas están acostumbrados a un calor no habitual, puede representar la muerte de miles de personas, tal como sucedió en el fatídico verano de 2003 cuando 70.000 personas en toda Europa perdieron la vida a causa de la ola de calor.
El año pasado entre el 29 de junio y el 5 de julio la cifra de mortalidad por causa del calor en España se disparó, y en Francia, por ejemplo, aumentó en un 7% con respecto al año anterior. Julio de 2015 fue el mes más caluroso de la Tierra desde 1880 según la Agencia Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos. Teniendo en cuenta que este año se esperan entre 1 y 1,5 grados más…, ¡qué verano nos espera!
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que la temperatura ideal para nuestro organismo es entre 18 y 24 grados Celsius. Sin embargo el cuerpo puede continuar funcionando normalmente a unos 36 o 37 grados, a partir de temperaturas mayores a estas nuestro cuerpo puede resistir solo hasta cierto punto dependiendo de cada persona. Durante los últimos 50 años las olas de calor se han vuelto más frecuentes, más largas en duración y además mucho más intensas con alto riesgo de seguir aumentando en buena parte del planeta a lo largo del siglo, advierte el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC); sin duda necesitamos entonces, que nuestro cuerpo comience a prepararse para afrontar temperaturas cada vez más extremas con el pasar de los años. El problema es que a pesar de que podamos soportarlas nuestro organismo comienza a marchar mal, pues intenta enfriarse como sea produciendo complicaciones tan graves que pueden llevar a daños en órganos vitales o incluso la muerte.
El cambio climático y el calentamiento global han dejado de ser teorías para convertirse en realidades inminentes que finalmente nos afectan a todos. Este verano reflexionemos un poco sobre ¿cómo será nuestra vida en los años calurosos que nos esperan?, y además, ¿estoy ayudando a acrecentar el problema o soy parte de la solución?, ¿qué puedo hacer para ayudar a disminuir el problema?
Rosely Rojas Rizzo
Más información:
Datos de la Organización Meteorológica Mundial
Noticias en prensa sobre el aumento de fallecidos a causa del calor en años anteriores:
Europa en alerta por intensa ola de calor
El calor aprieta a Europa
Repunta el número de muertos en España por golpes de calor
La ola de calor causa unas 700 muertes en Francia
Predicción estacional de la Agencia Estatal de Meteorología
2016
2015
Reportaje de CNN en español “2016, en camino a ser el año más caluroso de la historia”
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