El objeto más inocente del mundo, la pajita para beber, está en el punto de mira como el símbolo de un problema creciente: la acumulación de plásticos desechables en nuestro medio ambiente. Son objetos pequeños y ligeros, de uso continuo y disperso y de composición compleja.
Por citar unos pocos ejemplos, se trata de platos desechables, cubiertos, bolsas, pajitas para beber, vasos, tazas, envoltorios diversos, cajas, retractilados, blisters de medicamentos, bandejas de comida, film para envolver alimentos, botellas de agua y refrescos, bricks, bolsas de tabaco de liar, bolsas de pan con ventanilla transparente, paquetes de legumbres, bolsas de basura, bolitas exfoliantes en cosméticos, microplásticos diversos en cremas y dentífricos, cajas de todo tipo, bandejas de comida para llevar, estuches, anillas para latas de refrescos, botellas de detergente y limpiadores, etc., etc. La lista es interminable.
Son toda clase de objetos de todas las formas, colores y tamaños posibles y con una composición química extremadamente variada, a partir de las fórmulas básicas de las grandes familias de plásticos comerciales efímeros (polietileno, PET, poliespán, etc.). A partir de una estructura simple y repetida de moléculas de hidrógeno y carbono (polímeros) se han creado decenas de miles de formulaciones de plásticos comerciales, para hacerlos más duros, flexibles, coloreados, resistentes o transparentes.
El problema es que sus polímeros pueden no ser inocuos o inertes como lo son, por ejemplo, las partículas de vidrio. A veces son grandes y complejas moléculas orgánicas que, una vez introducidas en nuestro organismo, pueden suplantar la acción de nuestras grandes y complejas macromoléculas naturales, como por ejemplo las hormonas. Las consecuencias para nuestra salud, según está descubriendo la ciencia, son cualquier cosa menos buenas. Las “hormonas falsas” pueden enviar señales equivocadas a nuestro organismo, y provocar enfermedades.
Ahora mismo tenemos ya organizada la tormenta perfecta de los plásticos. Son infinidad de objetos desechables, millones de toneladas, que se están dispersando por el medio ambiente terrestre y marino, deshaciéndose poco a poco y transformándose en partículas que terminan mezclándose con nuestra comida y agua de bebida.
Hay buenas noticias en este asunto que pinta tan mal. Por un lado, se está consiguiendo reducir el consumo de plásticos desechables. Al menos de las bolsas de usar y tirar, cuyo uso se ha reducido a la mitad en menos de una década, en cuanto se dejaron de repartir gratis. Por otro lado, hay alternativas a base de otros materiales (papel, madera, metal, etc.) para todos y cada uno de los usos de plástico desechables. Por ejemplo para las pajitas, que se fabrican de papel e incluso comestibles.
Manos a la obra: diez ideas para alejar el plástico de nuestras vidas
Bolsa de tela
Llevar un bolsa de tela doblada en el bolsillo te permite rechazar las bolsas de plástico que te quieren vender. Muchas personas usan estas bolsas para tirar la basura, pero para eso también hay alternativas, principalmente las bolsas de papel. Para los residuos orgánicos, usa dos o tres bolsas de papel metidas unas dentro de otras.
Fruta desnuda
Ni te acerques a los manojos de plátanos envueltos en plástico o las cebollas metidas en una bandeja de poliespán con una capa de film plástico por encima. Hay infinidad de tiendas donde te venden la fruta (y muchas más cosas) sin envases.
Agua de grifo
La deshidratación lleva su tiempo, no hace falta que vayas por el mundo aferrado a una botella de agua a base de plástico desechable. Si no puedes pasar sin dar un sorbito de vez en cuando, lleva una botella reutilizable o una cantimplora.
Cuarto y mitad
Re-descubre la compra por cantidades exactas. Pide lo que necesites e intenta evitar que lo metan en una bolsa de plástico.
El convoy
Sal, vinagre, aceite y pimienta en saleros, pimenteros, aceiteras y vinagreras, rellenables y reutiizables, indican que el bar o restaurante en el que estás es de calidad. NOTA: recientes normativas están obligando a servir el aceite en botellas individuales y precintadas.
La pastilla de jabón
Acaba de un plumazo con la proliferación de botellas y envases de plástico llenos de geles, champuses, acondicionadores y demás, usando una pastilla de jabón para todos esos usos.
Tarros y fiambreras
Esta acción requiere valor y experiencia. En tu próxima visita al mercado o al supermercado, rechaza el montón de bolsas desechables que te quieren colocar y solicita que pongan tus compras en tus propios envases reutilizables, que deberás llevar de casa
Sin ventanilla
Muchos productos (pan y legumbres, por ejemplo) se venden en envases de papel o tela con una ventanilla de plástico en medio que los inutiliza para el reciclaje. Prefiere las versiones “todo papel” o “todo tela”.
Vajilla de loza
Ciertas cadenas de comida hipster sirven sus productos en cajas y tarrinas de plásticos desechable, con cubiertos desechables además. Vete a un buen bar o restaurante económico, comerás mejor y más barato en platos de loza y cubiertos de verdad.
El montón
Cuando vuelvas de tu siguiente visita al mercado o super, aparta los envases y bolsas de plástico desechable que traes a un lado y recuerda examinarlos con detalle. Seguro que se te ocurren ideas para no llevar a tu casa tanta basura instantánea la próxima vez que vayas a comprar.
(Muchas más ideas interesantes en el blog Vivir sin plástico)
Fotografía: Carlota López
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