Una de las enfermedades la transmite el mildium. Éste es un hongo parásito que se extiende a través de fluidos como el aire o el agua, aunque puede propagarse también por herramientas de poda contaminadas. Hay varios factores que contribuyen a que los árboles enfermen y mueran: las podas extremas y fuera de temporada, la falta de preparación de las personas que desarrollan el ejercicio de la jardinería, la poca consideración de la ecología de las especies, entre otros.

Podas extremas

El mantenimiento de los árboles debería consistir en quitar ramas secas, dejarlos desarrollarse, practicar tratamientos fitosanitarios para prevención de plagas y enfermedades, y realizar una poda de mantenimiento (aclareo de las ramas) cada dos, tres o cuatro años. Esta actividad no debe notarse y tiene como objetivo dar una estructura vigorosa al árbol y mantenerla a medida que va creciendo.

El problema actual es que las podas no se realizan de manera correcta, sino que son extremas. Cortar el tronco principal o quitar la tercera parte o dos tercios de las ramas es abrir heridas muy grandes que emiten esencias que atraen insectos y otros agentes patógenos. Además, es necesario utilizar las herramientas desinfectadas para evitar el riesgo de transmisión de enfermedades entre árboles.

Si se produce una poda agresiva mata parte de las raíces, originando podredumbre y poniendo en riesgo su estabilidad. La poda de ramas inferiores también desequilibra el peso del árbol concentrándolo en la copa. Estas podas, de salvamento no de mantenimiento, sólo deben practicarse en casos extremos: ramas secas o grandes con evidentes riesgos de rotura, ramas atacadas por plagas y enfermedades, o en ejemplares muy decrépitos y estropeados, siempre con las herramientas desinfectadas.

Las podas extremas provocan que el árbol crezca descompensado, débiles y sin apenas estabilidad. Cabe destacar que, éstas se hacen aún más peligrosas si se realizan fuera de temporada (periodo comprendido entre primavera hasta finales de otoño). Durante los meses primaverales los árboles necesitan savia para que broten hojas y flores, si a este esfuerzo se le suma el de cicatrizar las heridas se debilitan mucho llegando incluso a morir en parte o completamente.

Falta de preparación de los jardineros

Otro problema detectado es la falta de capacitación de las personas que se dedican al ejercicio. Para podar es necesario tener conocimientos de botánica y cierta técnica. En países como Francia hay universidades con cátedra de arboricultura y más de un centenar de escuelas-taller, mientras que en España hace años que se vienen eliminando. Los jardineros españoles que llevan muchos años dedicándose a este oficio afirman que desde hace un tiempo no ven gente con formación suficiente, y que no habrán jardineros que sepan renovar el patrimonio verde de los parques españoles. Se cree que el futuro va a peor.

Poca consideración de la ecología de las especies

Muchas veces las podas son obligadas, pues infinidad de las especies que crecen en nuestras ciudades no fueron bien elegidas. Según Mariano Sánchez García, conservador del Real Jardín Botánico: “La política ha sido la de tener el mayor número de árboles para tener más sombra y más oxígeno, por eso se diseñaron las calles con alcorques iguales cada cuatro metros; se olvidaron de que los árboles crecían y amenazaban las fachadas y, ahora, en Paseos como el de la Castellana o Recoletos, en Madrid, sobran en algunos tramos hasta la mitad. Algo que también pasa en la margen derecha de Bilbao, al lado del Guggenheim, con los plátanos de sombra que se plantaron». A esto se le suma que los árboles han sido plantados sobre terrenos poco apropiados.

Los ciudadanos y políticos quieren árboles grandes desde el primer día y por ello se seleccionan especies baratas y de rápido crecimiento, sin tener en cuenta otros aspectos como: tamaño que alcanzan, frondosidad, belleza de floración, agresividad de sus raíces (invasión en muros o pavimentos), poca resistencia a plagas y enfermedades (olmo, plátano de paseo, pino), facilidad de reproducción, resistencia a la polución, empobrecimiento del suelo (pinos), frutos tóxicos, producción de graves alergias (olivos, mimosas, cipreses).

En el caso de los árboles propensos a enfermar hay que tener en cuenta los tratamientos químicos periódicos a los que son sometidos, lo costosos que éstos pueden llegar a ser, y en especial el riesgo que supone para la salud humana, insectos y aves. Por ello, no se debería abusar del cultivo de estas especies o incluso prescindir de ellas, evitando así la propagación de enfermedades.

Más enemigos

A esto se le suma la presión de los viveristas por vender especies de crecimiento rápido, o exóticas. Éstas últimas pueden transportar en la tierra y en los embalajes agentes patógenos, insectos y gusanos. El caso más conocido es el del picudo rojo, un insecto que llegó a la península ibérica en el año 1995 ligado a la importación de palmeras (previamente infectadas); actualmente se considera una especie invasora y es causante de verdaderos problemas en Murcia, Valencia, Andalucía, Canarias y Baleares.

Por otro lado están las depuradores obsoletas que no les suministran un agua con la calidad apropiada, si no que los intoxican poco a poco.

En conclusión, la mala gestión, la pésima elección de especies, la falta de preparación en arboricultura (algo que no ocurre en el Reino Unido, Francia o Alemania), nos aboca a un futuro problemático si no se toman soluciones ya. Mariano Sánchez García afirma que “España necesita un plan de gestión de su arbolado urbano”, en el cual deben intervenir diferentes profesionales como arquitectos, urbanistas y técnicos en jardinería.

Fuentes:

Hortaleza (periódico vecinal)

La verdad (periódico): (http://www.laverdad.es) http://www.laverdad.es/murcia/v/20130822/sociedad-murcia/especies-invasoras-amenazan-biodiversidad-20130822.html

ABC: (http://www.abc.es) http://www.abc.es/sociedad/20140915/abci-arboles-peligrosos-caidas-graves-201409142140.html

Fotografía: Tree by janjijiwa from the Noun Project