Según los científicos, una sexta extinción está en curso: el planeta está perdiendo especies a una velocidad muy grande y los primates serían los próximos en la lista. Después de un estudio, Alejandro Estrada, investigador en la Universidad Nacional Autónoma de México, y sus colegas informaron que el 60% de las especies de primates están amenazadas de extinción y que el 75% tienen su población en retroceso.
Encontramos los primates en África, Asia y América pero Brasil, República Democrática del Congo, Indonesia y Madagascar albergan ⅔ de la población de primates en el mundo.
El periódico Nature Ecology and Evolution publicó un vídeo que muestra el enlace entre el exceso de consumo del hombre y la pérdida de biodiversidad. En efecto, las actividades como la producción de aceite de palma (muy popular en el sector agroalimentario), de goma, de soja, la minería, la perforación de petróleo provocan la destrucción del hábitat de estos animales.
El País informó que “entre 1990 y 2010, las prácticas agrícolas han consumido 1,5 millones de kilómetros cuadrados en esos hábitats, tres veces la superficie total de España”. La producción de aceite de palma, que según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) es responsable de los 80% de la deforestación en Malasia, afecta los orangutanes mientras que la de café daña los monos arañas en América del Sur. Para participar a la lucha contra la extinción de los primates, podemos a nuestro nivel preferir los aceites de oliva o de girasol y evitar el consumo de productos con grasa de palma.
Aparte de las causas relacionadas con la industria, la disminución del número de primates se explica también por la caza, su utilización como animales de compañía como es el caso con los orangutanes, su venta para el consumo, las investigaciones médicas y los parques zoológicos. Además el dinero es un motivo que debemos tener en cuenta cuando pensamos al tráfico de primates: un chimpancé en Asia se puede vender entre $25-30,000; el precio de un gorila puede ir hasta $45,000.
Los primates no son los únicos animales afectados por la gula de los hombres. Nature of Ecology and Evolution informó que ⅓ de las amenazas globales sobre las especies está en relación con el comercio internacional. Daniel Moran y Keiichiro Kanemoto, de la Norwegian University of Science and Technology y la Shinshu University, nos dan en un artículo del mismo periódico un ejemplo local: el del lince ibérico (Lynx pardinus). En efecto, el felino está en peligro de extinción a causa de la pérdida de su hábitat que se explica por los proyectos de construcción de presas que servirán a la irrigación de la tierras de olivos para la producción de aceite de oliva que España produce y que es muy exportado.
Podemos ver que el retroceso de los primates se explica principalmente por la presión antrópica ejercida sobre ellos. Sin embargo, su desaparición tendrá un impacto muy grande sobre el medio ambiente y sobre nosotros también. Los primates son polinizadores; contribuyen a la dispersión de las semillas y así a la regeneración de los ecosistemas. En efecto, comen muchos frutos y las semillas se pueden encontrar en sus excrementos o colgar en su pelaje; cuando se mueven, las semillas mueven con ellos y pueden germinar en nuevos territorios. La protección de los primates se puede centrar más los cuatros países que les albergan practicando allí campañas de sensibilización, conservación y reforestación. Se puede también crear organizaciones de lucha por los derechos y el buen tratamiento de los primates como el Great Apes Project (Proyecto Gran Simio). Además se puede establecer leyes y reglamentaciones estrictas con castigos más severos para el maltrato y el tráfico de nuestros parientes más cercanos.
Fatima Ouedraogo
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