Antes de empezar a argumentar nada, como en las películas, hay que dejar por escrito dos advertencias importantísimas antes de entrar al contenido de lo que se escribe a continuación. La primera es que sí, ciclistas y peatones deben de ir por espacios diferentes. La segunda es que no, las ciclistas no tenemos espacio en la gran mayoría de las ciudades españolas. Con esas dos conclusiones alguien ya leído en temas de movilidad urbana llegará a una tercera: la proporción de espacio que tienen los coches es la principal problemática para conseguir una circulación amable para todas y adecuada para cada transporte. Pero no nos adelantemos todavía.
Gritos de “las bicicletas a la carretera”, insultos -suaves pero despectivos igualmente- o escuchar lo peligrosos que somos las personas que vamos en bicicleta por la acera es lo que me ha llevado a escribir sobre este tema. A riesgo de ofender a alguien, creo que a quienes se les eriza el pelo ante la visión de media rueda de bicicleta en la acera son personas que no han cogido una bicicleta nunca por ciudades como Barcelona, Madrid o Valencia.
Para empezar, creo que hay que aclarar que las personas que van en bicicleta no queremos ir por una acera. No cogemos una bici para ir despacio, evitando obstáculos todo el rato o frenando en cada esquina o salida de portal para evitar posibles choques con peatones. Nos gusta poder pedalear libremente e ir tranquilas. Aquí habría que parar para hacer un apunte sobre las personas que, sobre una bicicleta, van sin precauciones o a velocidades excesivas por la acera. Hablar de ellas como el colectivo ciclista sería como utilizar a los que realizan carreras de coches ilegales para argumentar por todos los conductores de coches. Así que les vamos a dejar fuera porque no creo que sean representativos del colectivo y distorsionan el planteamiento.
Más de una vez se ha dicho que somos un peligro. Y es normal sentir algo así y no tiene sentido negarlo en este artículo. Pero, ¿alguna vez nos hemos puesto a pensar que supone quitarnos el supuesto peligro de la bicicleta de la acera? Porque en ciudades como Madrid tiene una consecuencia muy clara: ponemos en peligro a la persona que va en bicileta. Si una persona en bicicleta a 15 km/h con un peso total de, por decir algo, 90 kg es un peligro, imagínense lo peligroso que es un coche de 1.000 kg a 40 km/h. Pues a eso nos tenemos que enfrentar nosotras a diario. Esto deja claro que corremos mucho más peligro las bicicletas compartiendo calzada con los coches.
Si nos vamos a los accidentes reportados en Madrid comprobamos que, del total, no hay muchos accidentes de tráfico que involucraran ciclistas. En concreto se produjeron 142 accidentes. Eso sí, en un 94% de los casos eran las ciclistas las víctimas. Un 6% fueron peatones. Es decir, las ciclistas somos más víctimas que verdugos. Y los verdugos de las bicicletas son prácticamente armas, creadas para conducir, pero altamente dañinas y hasta mortales. Y ¿cómo podemos reducir estos números tanto para ciclistas como peatones? Exacto: tener espacios para cada medio de transporte.
Pero entonces, ¿por qué algunas veces nos subimos a la acera? Las variables son múltiples: miedo, circulación impracticable, cruces imposibles, el sinsentido de que tengamos que circular como coches, etc. O una combinación de todas. Por ejemplificar: miedo al ponerse un semáforo en rojo y que tengas a 7 coches detrás con el embrague ya preparado para arrancar y tú sabiendo que te van a adelantar como locos por ambos lados; circulación impracticable cuando todos los coches están aparcados en segunda fila en el carril destinado a ciclistas y te toca ir cambiando de carril constantemente con las dificultades que supone convivir con conductores que se piensan que la calzada no es de las bicis; cruces imposibles como cuando tienes que hacer un giro a la izquierda y te encuentras en el carril de la derecha en una carretera urbana de 5 carriles con coches que alcanzan los 60 km/h; el sinsentido de que te traten como un coche y tengas que ir comiéndote el humo de los atascos aunque ni ocupemos ni contaminemos lo que los coches. Tengo que frenarme a la hora de poner ejemplos pero la cantidad de ejemplos que se me vienen a la cabeza son para escribir un libro.
En definitiva, no somos coches. Y tratarnos como tal es, sencillamente, no conocer nuestra naturaleza. Falta de empatía. Una vez más, entiendo los miedos que surgen como peatón pero creo que se enfoca mal el problema cuando hacemos comentarios que expulsan a las bicicletas al hostil y abrasivo asfalto. El señalamiento debe de ponerse en el exceso de espacio que se le da a ciertos medios de transporte y el poco o nada que se le da a otros. Por mucho que las normativas digan dónde es nuestro lugar, la normativa se olvida de que no tenemos airbags, chasis protectores o ventanillas que nos aislen de toda la contaminación que producen los coches.
Así que propongo que la próxima vez que pienses “mira esa ciclista imbécil que va por la acera” lo cambies por algo como “a ver cuándo leches ponen carriles ciclistas para no temer ir por la acera”. Cambiemos las movilidades de las ciudades y ganemos en seguridad, en calidad del aire, en reducción de ruido y de estrés. Para todas, independientemente de si vamos con ruedas o no.
Un asentado ciclista urbano
Fotografía: Bilobicles en Flickr
Lo que decís en este artículo tiene mucho de verdad. Ahora bien, en Barcelona, el cambio que hemos visto en los útlimos 10 años ha sido impresionante. Se ha revalorizado la bici de una forma exponencial, mucho antes que la pandemia, que la potenció aún mas. Ahora con tanta bici (y patinete, hay que decirlo), pareciera que la calle es más caótica, pero antes también lo era. Yo me pregunto si no haría falta dar aún más espacio a los carriles bicis para que entren más bicicletas, ya que según la zona, está lleno y es verdad que no caben. Carriles más anchos es lo que haría falta en verdad (pareciera que las bicis están obligadas a ir en fila, como hormigas).
Como usuario de la bicicleta en Madrid suscribo al 100% lo descrito en este articulo. Si queremos una ciudad mas limpia y sostenible necesitamos quitar espacio al coche y crear redes de transporte ciclista. Tod@s saldremos beneficiad@s
magnífico reportaje, seguro que lo suscriben el 100% de los que usamos la bicicleta para desplazarnos por nuestros pueblos y ciudades, enhorabuena
Muy cierto! La verdad es que la cosa ha mejorado mucho en Valencia. Ahora tenemos bastante carril bici segregado en la calzada, principalmente en rondas y grandes avenidas. Es genial para moverse rápido por la ciudad! También hay muchas «ciclocalles» (calles de un carril con preferencia para las bicis), pero eso funciona regular. Los conductores no tienen claro eso de la preferencia y muchos van pegados, presionando para que corras o te apartes… En fin, ojalá siga la tendencia de los carriles bici segregados!
Bla, bla, bla