Fotografía: StockSnap en Pixabay
Después del petróleo la industria textil es la más contaminante del mundo. Sí, es verdad, este sector utiliza mucha agua además de la cantidad de productos tóxicos que son utilizados para la confección de una prenda. La fabricación de un pantalón vaquero necesita alrededor de 10.000 litros de agua y una camiseta, 2.500 litros. No solamente la fabricación es un problema sino también el mantenimiento de nuestras prendas sintéticas. Se liberan 500.000 toneladas de micropartículas de plástico en los océanos cada año que salen justamente de nuestras lavadoras. Para tener una idea de la cantidad, esta sería el equivalente a 50.000 millones de botellas de plástico. Tejidos sintéticos como el poliéster o el nylon son derivados del petróleo y las microfibras que liberan estos materiales están en todas partes.
¿Cómo ser conscientes de la ropa que llevamos?
En 2013 murieron al menos 1.000 personas en Bangladesh en un accidente por el colapso de un edificio de fabricación de prendas. Tras esta tragedia los consumidores empezaron a considerar las condiciones de trabajo en la confección de ropa y la necesidad de pensar en las condiciones de trabajo de los empleados. Con este accidente también tomó fuerza la divulgación de información sobre las consecuencias que tiene la industria textil sobre el medio ambiente. Por ejemplo, los cultivos de algodón que hacen un uso intensivo del suelo provocan la pérdida anual de miles de kilómetros cuadrados de tierra cultivable a lo que hay que añadir el consumo de una gran cantidad de pesticidas.
Hoy en día empieza a surgir un sentimiento de saturación en cuanto a la adquisición de ropa de mala calidad, vendida a un precio barato y en masa –al final tenemos todos el mismo estilo con las mismas prendas en cualquier parte del mundo. Si la originalidad en nuestro estilo de vestimenta no es lo más importante, como consumidores nos tenemos que preguntar: ¿a costa de quién y de qué se fabrica la ropa?
Para comprender este cambio de mentalidad, vamos a definir los conceptos que debemos conocer al hablar de la moda sostenible. De hecho la “Fast Fashion” está compitiendo con la “Slow Fashion” en un movimiento global de “Fashion Revolution”.
¿Cuáles son esos conceptos?
“Fast Fashion” significa moda rápida, y consiste, para las empresas, en introducir nuevas prendas que se ajustan a las últimas tendencias a un precio barato. Los consumidores pueden comprar prendas nuevas y baratas cada semana porque las rotaciones de colecciones son una necesidad comercial para las empresas.
La “Slow Fashion” o moda sostenible permite tanto a las empresas como a los consumidores tomar en cuenta el producto final y el conjunto del proceso de confección, el sueldo de los trabajadores y sus condiciones de trabajo, así como el uso de productos ecológicos que no contaminan el agua. Los consumidores exigen un valor añadido a la calidad y la autenticidad que es la sostenibilidad.
“Fashion Revolution» es un movimiento global, sin ánimo de lucro con equipos en más de 100 países de todo el mundo, que exige más ecología y más ética en la industria de la moda. Fashion Revolution aboga por la reforma sistémica de la industria de la moda con un enfoque en la necesidad de una mayor transparencia en la cadena de suministro.
Aquí puedes acceder a Fashion Revolution España.
Casi todas las grandes marcas, como Zara (Inditex) o H&M desarrollan colecciones de moda sostenible. Esto significa que tienen capacidad de hacerlo y que tendrían que mejorar la transparencia de sus empresas subcontratadas, porque se sabe que parte de la producción de prendas implica exceso de contaminación y malas condiciones de trabajo, que han sido denunciadas en repetidas ocasiones por las ONG que trabajan en este sector. No obstante, las empresas niegan estas acusaciones y últimamente parece que se toman más en serio el control de su cadena de proveedores. Debemos utilizar nuestro poder como consumidores para presionar a las empresas a ser respetuosas. Esta presión pasa por las redes sociales, por ejemplo la campaña internacional #NecesitoRopaLimpia reivindica los derechos humanos de los trabajadores de la industria textil. Las acciones son múltiples: investigacion, presión a las empresas y gobiernos para que se responsabilicen de las condiciones laborales, denuncia de las violaciones de derechos de los trabajadores, y sobre todo informar al consumidor para que se movilice contra el consumo excesivo y vista de manera ética.
La moda sostenible también significa dar una segunda vida a la ropa que ya no usa. Mucha ropa solo se utiliza siete o diez veces en la vida, antes de depositarla en la basura, en un contenedor de reciclaje o en la parte posterior del armario. Antes la misma prenda era utilizada desde el primer hijo al segundo y después por el primo pequeño… Claro, eso se hace todavía, todos tenemos alguna prenda de alguien de la familia, ¿verdad? Pero lo que ha cambiado es que hoy puedes comprar o vender prendas desde aplicaciones de reventa de ropas, lo que te permite comprar algo barato o ganar un poquito de dinero haciendo la venta. Si quieres participar en el circuito de la economía social y solidaria, puedes depositar en contenedores de ropa la que no usas para que sea llevada a asociaciones que la recogen. ¡Ser parte de la economía circular ya es una pequeña lucha contra la Fast Fashion!
Texto e infografías: Laura Houis
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