Durante mucho tiempo, el país de Cervantes ha hecho oídos sordos a las advertencias de la Unión Europea sobre diferentes cuestiones medioambientales. Ya es la última invitación de la Comisión Europea a España, Francia, Alemania, Italia, y Reino Unido para adoptar medidas a fin de cambiar la calidad del aire. Por eso, tienen un plazo de 2 meses si no quieren que se tomen medidas jurídicas y tal vez castigos financieros.
El tráfico vial está señalado con el dedo como la primera causa de la contaminación excesiva por dióxido de nitrógeno (NO2) que no debe superar la valor de referencia de la Organización Mundial de la Salud que es 40 μg/m3 por año en media. Cada país mencionado anteriormente tiene algunas zonas concernidas por la contaminación. España es el último del grupo con 3 zonas (entre ellas Madrid donde la concentración de dióxido de nitrógeno en el aire siempre ha excedido el límite). Alemania al contrario tiene la palma al peor alumno con 28 zonas, seguido por Francia con 19 incluyendo París, por cierto, y Lyon. Reino Unido e Italia siguen en la clasificación con respectivamente 16 y 12 áreas concernidas.
La Comisión destaca la gravedad del problema diciendo que cada año, más de 400.000 personas mueren de manera prematura en la Unión Europea a causa de la mala calidad del aire. Para alcanzar el objetivo de una contaminación menor, la Comisión propone el cambio hacia los coches eléctricos, la reducción del volumen global del tráfico por carretera, una disminución de los coches que funcionan con diesel y la adaptación del comportamiento de los conductores como tomar el coche solamente cuando es necesario y privilegiar los transportes públicos o caminar.
Ahora echamos un vistazo a la capital española, se notan algunos esfuerzos en Madrid. Es cierto que a veces el nivel de contaminación en Madrid está muy alto pero no fue hasta el 29 de diciembre de 2016 que la ciudad adoptó por la primera vez la circulación alterna, al contrario de París donde está convirtiéndose en una costumbre. En efecto, desde el año pasado, las palabras “picos de contaminación”, “circulación alterna” han dado noticias varias veces en la prensa.
La creación del proyecto “Muévete en Verde” es un paso adelante. El paisajista español Marc Grañén, padre del concepto, vino con la idea de equipar los techos de los autobuses de Madrid con un jardín. A parte de añadir un toque estético a la ciudad, es también una manera de mejorar la calidad del aire. En efecto, la Empresa Municipal de Transportes de Madrid (EMT) explota 1900 autobuses lo que significa aproximadamente 20.000 m2 de superficie para plantar y 400 toneladas de gas carbónico absorbido por año.
Además, el año pasado los madrileños fueron invitados a pronunciarse sobre diferentes reformas acerca de energías renovables, circulación por carreteras, por transportes públicos, el tráfico a pie y a bicicleta. La Gran Vía, uno de los grandes ejes de la ciudad, está convirtiéndose en una cobaya de los cambios hasta una ciudad más sostenible; por ejemplo durante las fiestas de fin de año, la vía estaba cerrada al tráfico con el fin de que el centro sea más amigable con los peatones. La semana pasada, los habitantes fueron sometidos a un voto sobre el futuro de la Plaza de España y de la Gran Vía. Las preguntas de esta consulta ciudadana eran sobre el espacio dedicado a los peatones (aceras, pasos peatonales) y el transporte público.
La máquina está en marcha y se puede ver que Madrid tiene la voluntad de cambiarse en una ciudad más sostenible. La eficacia de su sistema de transporte público, los servicios de alquiler de coches eléctricos como Emov o Car2Go constituyen medidas para reducir la contaminación del aire, esos sin contar las numerosas reformas que el Ayuntamiento quiere hacer.
Fatima Ouedraogo.
Se me escapa qué beneficio tiene el proyecto «Muévete en verde», puesto que sobrecargar los autobuses con el peso del jardín (véase barandas y tierra) supone aumentar el consumo del autobús, con el incremento de emisiones de CO2. Sólo parte se compensará con la fotosíntesis del jardín.
Ahora, si es para animar a que los ciudadanos hagan lo propio en sus terrazas y tejados, enhorabuena la iniciativa.
Según estudios del Banco Mundial, La manera mas efectiva de colaborar con el cambio climático es ser vegetariano o vegano. Esto está muy bien resumido en el documental cowspiracy.