¿Somos realmente conscientes de que llevan y de dónde provienen todos los alimentos que consumimos? Cada día, sin que nos demos cuenta, estamos expuestos al riesgo de ingerir químicos dañinos para nuestra salud en cantidades microscópicas. No sólo tenemos que preocuparnos de que los alimentos más naturales que consumimos, como la fruta o la verdura, no tengan químicos añadidos que puedan afectar nuestra salud, que no estén genéticamente modificados o que no lleven conservantes, colorantes o azúcares en cantidades industriales.
Sino que tenemos que pensar que el pescado que llega a nuestros platos puede venir, sin que nos demos cuenta, con plástico.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que cada año se tiran al mar más de 8 millones de toneladas de plásticos, el equivalente al 10% de producción mundial de plásticos al año. Según la Fundación Ellen MacArthur, a este ritmo, se estima que de aquí a 2050 habrá más plástico que peces en el mar.
Belén Quintana Martín-Montalvo, bióloga marina actualmente destinada en Maldivas, apunta que “al final el plástico está en todas partes, se convierte en micro plástico y llega hasta nuestro plato”. Nos explica cómo, con las olas y el sol, el plástico se erosiona y se convierte en lo que los expertos llaman micro plásticos. Debido a su nueva forma, tamaño y ligereza, el plástico flota y es fácilmente transportado por las corrientes marítimas a lo largo y ancho de todo el planeta. “El mar los ha acumulado por nosotros y se ha vuelto imposible limpiarlo”, señala. Este micro plástico también es ingerido por los peces más pequeños y, al final de la cadena alimentaria, llega hasta nuestros platos. ¿Cómo es que no somos conscientes de esto?: “A nadie le interesa y nadie se ha molestado en explicarlo” comenta. La presencia de estos plásticos todavía no se ha hecho evidente, pero con el paso de los años podremos ser testigos de este cambio.
La UNEP (el programa medioambiental de la ONU) apunta que los plásticos no sólo nos amenazan a nosotros, al final del a cadena alimentaria, sino a los seres que habitan nuestros mares. ¿Cuántos de nosotros hemos visto la imagen de una foca atrapada entre residuos de plástico? Del mismo modo las tortugas marinas, que se alimentan principalmente de medusas, suelen confundir estas con bolsas de plástico, y acaban ingiriéndolas. Dado que es imposible digerir un plástico y al tener una constante sensación de estar llenas, acaban por no comer nada más y morir por desnutrición.
Cada día ven luz más proyectos como The Ocean CleanUp, encargadas de desarrollar nuevos métodos tecnológicos para extraer, interceptar y prevenir la polución del plástico en nuestros océanos o Ecoalf, una empresa española que usa redes de pesca, neumáticos y plásticos que recoge en los océanos para luego hacer ropa con ellas. Aunque el primer cambio debería venir de nosotros mismos y preguntarnos si son necesarios los plásticos que consumimos y que encontramos en nuestro día a día como bolsas de la compra o embalajes de alimentos, por ejemplo.
Para poder luchar contra el cambio climático y sus consecuencias tenemos que tomar consciencia y cambiar poco a poco nuestros hábitos, para poder encontrar un justo equilibrio entre nosotros, el resto de seres vivos y, por supuesto, nuestro planeta.
Alba Zaragoza De Vincenzo
Una forma de luchar y reducir el consumo de plásticos es eligiendo alternativas naturales. Tanto las empresas como particulares pueden ayudar al planeta con una pequeña decisión como elegir una bolsa de tela reutilizable y ecológica a una de plástico.
Estoy acostumbrada a beber agua de mar isotónica y últimamente me preocupa el tema de los micro plásticos. Hay algún estudio sobre ello? Gracias
Muy interesante artículo, en la forma que lo explican llama a reflexionar seriamente los problemas de contaminación que nosotros mismos causamos.
Gracias, saludos.