Con el nivel de emisiones actuales y con la situación actual del cambio climático, el deshielo de los glaciares se está acelerando, algo que ya venía sucediendo desde la Revolución Industrial y que se verá agravada en los años venideros. No sólo afecta a los glaciares, sino también a los polos, sobre todo al Polo Norte, cada vez con menos hielo y con una capa más fina, que llegará un momento en que desaparezca completamente en invierno.

 

El Ártico y la Antártida

Algunos datos sobre el Ártico, el más afectado por el cambio climático:

  • Se encuentra a nivel del mar, lo que hace que sea más cálido que el Hemisferio Sur.
  • Temperaturas en invierno negativas entre -43º y -26ºC.
  • En verano, en promedio alrededor de 0º.
  • Rodeado por el Océano Ártico, cubierto de hielo.
  • No pertenece a ningún país, pero los países de su entorno poseen 200 millas náuticas de su territorio.

 

El deshielo está principalmente afectado por la subida de las emisiones de CO2. En 1979, el hielo ocupaba 7 millones de kilómetros cuadrados, con un aumento de 0,41ºC respecto a la era preindustrial. En 2016, esta extensión se redujo a 4,3 millones de kilómetros cuadrados con un aumento de 1,1ºC y el aumento de la concentración de CO2 (medido en partes por millón, PPM) hasta las 401 actuales. Sin embargo, se trata de un proceso cíclico que se ha visto acentuado por el cambio climático, es decir, lo que antes sucedía en largos períodos de tiempo bastante extensos, ahora sucede en espacios muy cortos de tiempo. Los datos más recientes del 2018, son de 4,60 millones de kilómetros cuadrados con una tasa de cambio del 12,8%.

En esta infografia de Acciona podéis ver una aproximación.

Es necesario mitigar las consecuencias del cambio climático para intentar reducir las emisiones y frenar el deshielo del Ártico. Entre las consecuencias que generaría la desaparición del hielo, se encuentran:

  • Aumento de la temperatura media global, al perder la regulación de este polo e intensificación de los fenómenos extremos.
  • Aumento del nivel del mar por el deshielo.
  •  Cierre de la Corriente del Golfo, al mezclarse el agua dulce procedente del hielo con el agua salada, que traerá un clima más frío para Europa, al perder la regulación de esta corriente.
  • Pérdida de especies propias de esta zona como el oso polar.

 

La Antártida también pierde hielo y se ha multiplicado esta pérdida por más de cuatro en 25 años, mostrando una aceleración desde 2009. Presenta dos zonas: la Antártida occidental, que posee menor espesor de hielo y donde se desprenden más icebergs, en el sector del mar de Amundsen en concreto. Su deshielo subiría menos el nivel del mar; y la Antártida oriental, con mayor espesor de hielo y que su deshielo aumentaría en muchos metros el nivel del mar.

Algunos datos sobre la Antártida:

  • Rodeada por el Océano Glacial Antártico.
  • Se registran las temperaturas más bajas de la Tierra, el mínimo registrado es de -98ºC.
  • Posee la altura media mayor de todo el planeta.
  • Está organizada por el Tratado Antártico, con el fin de proteger íntegramente el “séptimo continente” y sus costas, así como su fauna y sólo se permite visitas con fin científico.
  • Posee el clima más seco, frío y ventoso del planeta.
  • Posee 25,6 millones de kilómetros cúbicos de hielo.

 

Más allá de las previsiones cambiantes, que se van actualizando sobre la situación de los polos, conviene destacar que estas previsiones a largo plazo no siempre aciertan, aunque cada vez son más fiables. El hecho de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero e iniciar una transición hacia un modelo más sostenible pueden hacer que esta situación se vea reducida, aunque el caso del Polo Norte (Ártico) parece ser una situación sin remedio, que si no actuamos sobre ella ahora, tarde o temprano se acercará a un punto de no retorno.

 

Glaciares

A lo largo del mundo, existen una gran cantidad de glaciares, aunque muchos de ellos han desaparecido o se han convertido en heleros. Pero todavía quedan algunos intactos o casi, aunque hayan perdido parte de su extensión, como es el caso del glaciar de Groenlandia.

Según la NASA, que realiza seguimiento de estos glaciares a través del Oceans Melting Greenland (OMG), su deshielo aportaría a los mares 7 cm más generando un aumento de 7,42 metros del global total del nivel del mar. También determinó que debido al aumento de la temperatura del océano entre 2 y 4º, la parte superior del glaciar se ve más expuesta al derretimiento. Lleva perdiendo masa desde 2002 y de manera acelerada desde 2009.

Los glaciares del Everest representan un tercio del agua dulce del planeta y son una de las mayores reservas de hielo del planeta. Nutre de agua ríos como el Ganges o el Indo, que alimentan a unos mil millones de personas. La desaparición de los glaciares condicionarán el aporte de agua de estos ríos y generaría inundaciones. Según un estudio de 2012, pierden hielo a una velocidad menor, es decir, pierden superficie no tan rápido como se pensaba.

Todas las previsiones parecen indicar que hacia 2100 el Everest se quedará sin glaciares, pero como ya indican muchos estudios se tiene que tener en cuenta que hay muchas incógnitas al respecto y no se puede asegurar con total certidumbre.

Existen a lo largo del mundo otros glaciares, aunque muchos de ellos han desaparecido y otros se han convertido en heleros, muchos siguen en funcionamiento. La mayoría de los países poseen inventarios de ellos.

En España, los glaciares que quedan se ubican en el Pirineo, ya que los de Picos de Europa ya desaparecieron. Persisten 20 glaciares reducidos a zonas de circo y  en la zona de España quedan 9, 3 rocosos y 6 heleros. Por un lado, está el Pirineo Central con el glaciar del Macizo de las Tres Sorores, extinguido hace 15 años; otros convertido en heleros, Monte Perdido que todavía posee 36 ha y los del Macizo del Viñemal que han retrocedido más de 500 metros. Por otro, tenemos los del Pirineo Oriental, como el glaciar de Posets, pero destaca el del Macizo del Aneto que posee las masas de hielo más importantes. Actualmente según fuentes del Ministerio se sabe que se han reducido al 10% de su superficie ocupada respecto a principios del siglo anterior.

Se está observando un aumento de temperatura en los Pirineos, así como un retroceso en los glaciares de alta montaña, que sí parece alarmante. La evolución de estos glaciares dara para ralentizar o frenar su desaparición. Aunque, en el caso de Monte Perdido, la tendencia general es de declive.

España posee el programa ERHIN (Evaluación de los Recursos Hídricos Procedentes de la Innivación), para hacer el seguimiento de los glaciares de España.

Desde un punto de vista global, los glaciares cubren un área de 730.000 kilómetros cuadrados y contiene unos 170.000 kilómetros cúbicos, cifra variable en función de la evolución de los glaciares, según datos de 2014.

Conservar el hielo de los glaciares y polos no sólo evita que el nivel del mar aumente por este deshielo, sino también hace que la temperatura media de la Tierra se mantenga como está.

El deshielo de los glaciares además supondría catástrofes naturales debido al aumento de las inundaciones en las zonas cercanas a ellos.

Más allá de todos los datos y previsiones dadas sobre la situación de los glaciares, conviene destacar que no se puede asegurar con certeza cómo evolucionarán ya que surgen numerosas incógnitas que todavía no están resueltas. Debido al cambio climático al que nos enfrentamos, esto hace que aún sea menos predecible. En términos geológicos, nos estamos acercando a otra glaciación, pero todavía falta bastante tiempo para ello.

Con una transición hacia un modelo más sostenible se verá reducido el deshielo de los glaciares y los polos, aunque hay situaciones de no retorno como con algunos glaciares ya extintos o convertidos en heleros.

¿Qué podemos hacer nosotros para evitarlo? Muy sencillo, cambiar algunos de nuestros hábitos como utilizar el coche para cortas distancias, usar en cambio el transporte público o producir menos residuos. En definitiva, reducir nuestras emisiones y emisión de residuos contaminantes.

Jaime García Martín 

 

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