El día 20 de mayo de 2018 se celebró por primera vez el Día Mundial de las Abejas. Este año vuelve a ser así. El motivo por el cual se conmemora a estos insectos se debe a Anton Janša, un pionero de la apicultura moderna nacido en este día en Eslovenia, y procedente de una familia de apicultores. En este país este oficio es una práctica tradicional considerada una actividad agrícola de gran importancia.

Esta conmemoración fue una propuesta realizada por la República de Eslovenia, que tras ser apoyada por la Federación Internacional de Asociaciones de Apicultores (Apimondia) y la FAO, consiguió la aprobación de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017.

Una de sus motivaciones es la de valorar el gran papel que desempeñan tanto las abejas como otros polinizadores en el medio ambiente y las personas: son capaces a través de la polinización de mejorar nuestra calidad de vida y la de nuestro entorno.

Por ello es primordial que las organizaciones, gobiernos y entidades civiles apoyen, protejan y promuevan acciones para mantener la abundancia y diversidad de estos seres vivos, pues además de ayudarles a ellos, también nos beneficiamos a nosotros mismos. La celebración de este día permite visibilizar el problema y las actuaciones que se han puesto o se pueden poner en marcha. Sirve para sensibilizar, informar, pensar sobre un problema y sus soluciones.

Tanto las abejas como otros insectos (mariposas y otros polinizadores) y las aves han contribuido, durante siglos y lo siguen haciendo, a mejorar la producción de alimentos cooperando en la seguridad alimentaria y en la nutrición.

Lejos de lo que piensan muchas personas, considerando a estas especies innecesarias en nuestro día a día, se equivocan por completo. La polinización que realizan además de aportarnos todos estos beneficios también ayudan a mantener la biodiversidad y los ecosistemas dinámicos de los que depende la agricultura. Es por ello, que sin insectos polinizadores las plantas no podrían intercambiar material genético ni desarrollarse como lo hacen.

Seguramente muchas personas desconocemos este dato; gracias a los insectos podemos obtener una mayor producción de alimentos, agua dulce y una mejor salud. Esto debería de ser una motivación para salvarlos, cuidarlos y mantenerlos en nuestro entorno.

También son el alimento de muchos otros animales como aves, anfibios, reptiles o mamíferos, de los cuales nos alimentamos nosotros, por lo que indirectamente nos benefician.
Sin embargo, independientemente de lo necesarios que son los insectos, estos se encuentran en declive. En los últimos años su abundancia ha disminuido considerablemente a causa de los cultivos, principalmente. Tanto el uso de pesticidas como el cambio climático no han ayudado nada a mantener la abundancia de estos seres vivos.

Y tú, ¿sigues pensando que los insectos son innecesarios en nuestra vida?

Bárbara Borgia Royo

 

Para consultar más información puedes acceder a los siguientes enlaces:

Fotografía: Beverly Buckley en Pixabay.

 

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