Fotografía: Daniel von Appen en Unsplash
Con la declaración de la emergencia climática por parte del Parlamento europeo, algunos países miembros están estudiando medidas con unos objetivos bastante ambiciosos en el sector del transporte urbano.
A nivel internacional, Anne Hidalgo, actual alcaldesa de París, quiere lanzar un proyecto llamado “Ciudad del cuarto de hora”, proyecto enfocado hacia la transformación ecológica de la capital francesa. El proyecto implicaría una nueva organización urbana, y otorgar al terreno una calificación distinta de la que tenía, de forma que el entorno urbano se transforme en uno mucho más amable y útil.
Anne Hidalgo pretende un cambio de mentalidad haciendo que París sea una ciudad accesible para todos los ciudadanos, de forma que imagina una ciudad donde en menos de quince minutos se pudieran acceder a las necesidades esenciales, ya que las calles se dispondrían 100 % en forma circular, plantadas con árboles y con aceras ensanchadas. Así mismo, la alcaldesa también ha propuesto multiplicar los usos de un mismo lugar, es decir, por ejemplo que los colegios abran los fines de semana para transformar el patio de recreo en un jardín donde los niños puedan jugar.
Por otro lado, en Berlín se prohibirá la circulación de los vehículos de combustión. La capital se convertirá en zona de bajas emisiones, ya que el Senado declaró la “Emergencia climática” en Berlín en el mes de diciembre. La propuesta de Regine Günther, senadora de Medio Ambiente del gobierno regional de la ciudad, planea prohibir por completo la circulación de vehículos de explosión en la capital de Alemania, pretendiendo así convertir la ciudad en “Zona de Cero Emisiones”
A nivel nacional, Pontevedra, en la lucha contra el cambio climático, ha sufrido estos últimos años una transformación importante debido a las políticas de peatonalización y la disminución de la circulación rodada por la eliminación de gran parte del tráfico en el centro de la ciudad. Como consecuencia el CO2 procedente de los vehículos a motor en el centro urbano se ha reducido un 88 %.
Tras dos décadas limitando el tráfico, Pontevedra se ha convertido en la ciudad de España más peatonalizada y la que más ha reducido su contaminación atmosférica. En Pontevedra no hay zonas de carga-descarga, ni casi semáforos, y la velocidad a la que se puede circular por la ciudad es 20-30 Km/hora. Los cruces de vehículos y peatones se regulan con rotondas y pasos de cebra elevados, y lo carriles son más estrechos para que los conductores circulen mucho más despacio.
Pontevedra se ha transformado en los últimos años, siendo actualmente un modelo para muchas ciudades, las cuales miran cómo ésta ha logrado que más del 70 % de los desplazamientos urbanos se hagan andando o en bicicleta. La ciudad gallega fue galardonada el pasado año con el premio ONU Hábitat por su modelo urbano peatonal, y por tener una filosofía que destaca la importancia de los ciudadanos.
La construcción de una ciudad para las personas, y no para los coches o para el ruido, es un gran avance, ya que en Pontevedra piensan que el espacio público tiene que ser la prolongación de la casa. La peatonalización de las calles ha aportado más seguridad, por lo que los niños han fomentado su autonomía y pueden ir solos al colegio.
Otro ejemplo de ciudad con avances hacia la movilidad sostenible es Barcelona. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con la declaración de la emergencia climática, se ha comprometido a reducir las emisiones de CO2 en dos millones de toneladas antes del año 2030. Un 50% respecto a 1992. Para poder lograr esta propuesta, se han aprobado 103 medidas para llevar a cabo en los siguientes 10 años. Estas medidas incluyen nuevas hectáreas de zonas verdes, individualización de la recogida de residuos, implantación de 15 kilómetros de calles peatonales, etc.
Colau aseguró que Barcelona como ciudad global e internacional tienen la responsabilidad de lanzar un mensaje a todo el mundo, y este es que se debe actuar con urgencia.
Con respecto a las medidas, las más positivas son las de avanzar con un modelo de movilidad más sostenible, ya que para reducir la contaminación derivada del tráfico rodado se ha puesto en marcha una Zona de Bajas Emisiones en la que está prohibida el acceso de vehículos contaminantes y sin distintivo ambiental, con la que procuran poner fin al quebrantamiento de la normativa europea en materia de emisiones de NO2 que tiene actualmente la ciudad.
Muchas ciudades europeas luchan por proporcionar una calidad de aire mejor. En general la tendencia que se observa en los países europeos es incorporar a sus ciudades una movilidad más sostenible, no sólo comprometida con el planeta sino con los ciudadanos. Estamos en un momento de cambio importante, y por supuesto la electrificación del tráfico es imparable y en pocos años nuestras ciudades habrán cambiado completamente gracias a todos los vehículos eléctricos de movilidad urbana que están apareciendo en el mercado. Además, están surgiendo otras opciones como disminuir la velocidad de los vehículos implantando zonas a 30 km/h, la creación de carriles bici para descongestionar el tráfico por vehículos de combustión, o la posibilidad de compartir coche para hacer los desplazamientos mucho más eficientes.
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