Fotografía: Arek Socha en Pixabay
Es suficiente dar una vuelta por cualquier calle para hacerse cargo de la inmensa cantidad de residuos que produce nuestro estilo de vida. Lo peor de esto no es solo cómo se han llegado a producir esos residuos, sino no saber gestionarlos, o lo que sería mejor evitarlos.
Con el modelo económico que tenemos hoy día tendemos a consumir vertiginosamente los recursos que nos ofrece el planeta. Con la aplicación de la economía circular, lo que se propone es reducir el consumo y el derroche de materias primas. No es una concepción de economía abstracta, sino que es completamente aplicable a nuestra vida diaria. Tomando conciencia y poniendo un poco de nuestra parte se pueden lograr cambios muy importantes, como por ejemplo un gran ahorro de energía, desperdicios y dinero.
La economía circular es una economía inspirada en la naturaleza, puesto que en ella se dan procesos de transformación de materia y energía en circuito cerrado, como por ejemplo cuando ocurre la caída de hojas de los árboles, lo que supone un aporte de materia orgánica para los suelos. Por tanto lo que para un sistema es desecho para el otro es nutriente.
¿Cuál sería la clave para lograr una economía circular en nuestras vidas?. La clave radicaría en conseguir cerrar los ciclos como sucede en la naturaleza, es decir, utilizar los residuos generados, de tal forma que se alargue su vida útil. Hay tres formas prácticas para lograrlo: reduciendo, reutilizando, y reciclando.
En el día a día para reducir, podemos empezar por acostumbrarnos a llevar al mercado bolsas de tela o reutilizables, evitar comprar productos desechables, reducir el consumo de agua y de energía, y comprar bebidas en envases retornables, de tal forma que se pueda devolver el casco, aunque esto va a ser tarea difícil, ya que el sistema de devolución y retorno todavía no está apenas implantado, pero esto está cambiando. Otra manera de hacer circular nuestra vida cotidiana, es comprando en el mercado a granel, pues de esta forma se evita utilizar envases en vano, comprando alimentos frescos en lugar de comida congelada, y conseguir las ofertas de última hora, lo cual evitará el el desperdicio de comida.
Con respecto a reutilizar, por ejemplo antes de tirar un mueble, aparato electrónico, ropa, juguete, utensilio de cocina, etc, podemos buscar algún lugar para donarlos o venderlos. Este concepto también es aplicable a las sobras de comida, puesto que cuando cocinamos podemos conseguir el mayor partido a los alimentos, transformándolos a nuestro gusto, volviendolos a usar para crear otro plato, y de esta manera aprovecharlos totalmente. Un ejemplo de ello, son cientos de recetas tradicionales de la cocina española, como es el caso del cocido, que reutiliza los sobrantes de carne para elaborar croquetas. Teniendo una buena planificación de las comidas y evitando el despilfarro de alimentos se contribuye en la economía circular de nuestros hogares.
Asimismo, antes de comprar un aparato o un mueble nuevo podemos averiguar si es más conveniente comprar uno usado. Por otro lado, aprovechar al máximo el agua que empleamos en casa, recuperándola y dándole múltiples usos. Es relevante destacar que el agua usada se divide en dos tipos, el agua gris y negra. La que podemos reutilizar en nuestros hogares es el agua gris, ya que es la que queda después de un baño, lavarnos las manos o lavar la ropa. La podemos usar por ejemplo para regar el jardín, o incluso para cultivar, lo que supondría un circuito de producción y consumo cien por cien autóctono. También es importante insistir en que debemos ser cuidadosos al separar la basura, agrupando en bolsas diferentes los residuos orgánicos para hacer compost, los papeles y cartones, los plásticos, los vidrios, las latas de aluminio, y los bricks.
En otro orden de ideas, reciclar es también tarea importante, de tal forma que podemos enviar a reciclar algunas partes de nuestro automóvil como es el caso de las baterías, y las llantas, y a su vez, reciclar papel, vidrio, metales, plástico, y pilas. Por otra parte, se puede hacer jabón con el aceite usado, lo cual supone un excelente ejemplo de reciclaje casero. Cuando estemos en una tienda, si compramos algo debemos procurar que sean duraderas y fáciles de reparar, de igual forma si está fabricado con material reciclado es un gran punto a favor.
La forma en la que nos transportamos, también tiene una solución de economía circular. Acostumbrarnos en la vida diaria a coger la bicicleta, caminar para trayectos cortos, hacer uso del transporte público, o compartir vehículos. Los automóviles son uno de los recursos más infrautilizados en la vida moderna, ya que un automóvil promedio transporta a una o dos personas en las carreteras de todo el planeta, y pasa alrededor de 23 horas al día ocupando un espacio en las calles. Los asientos vacíos en los automóviles son el exceso de capacidad más grande que existe en la industria del transporte, por lo que esta ineficiencia conlleva un grave impacto sobre el medio ambiente. Aplicaciones como Blablacar ofrecen un servicio en el que te permiten compartir un coche, ofreciendo plazas libres en tu propio o yendo en el vehículo de otra persona. Esta propuesta aumenta la cantidad de personas en los vehículos y reduce el número de automóviles humeantes en las calles, lo cual hace que los viajes en coche sean más eficientes y mejores para el medio ambiente.
En conclusión, la economía circular, desde un punto de vista de vida cotidiana, pretende proponer soluciones claras y realistas aplicables al día a día de las personas, para conducirnos hacia un mundo más sostenible y tener una sociedad cada vez más comprometida con el medio ambiente.
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