Cada año las grandes empresas de belleza fabrican millones de productos cosméticos que se pueden encontrar en la mayoría de los supermercados y perfumerías del país. Los consumidores cada vez están más concienciados de los productos que emplean para su cuidado y prestan especial atención a los ingredientes de las formulaciones. A la hora de analizar los ingredientes que componen los cosméticos convencionales se pueden encontrar un sinfín de ingredientes sintéticos como la parafina, aceites minerales, derivados petroquímicos… pero ¿por qué emplean tanto ingrediente sintético?
Mientras un aceite de almendras procedente de la agricultura ecológica puede costar alrededor de 20€ el kilo, aceites minerales como la parafina puede tener un precio de 1€ el kilo aproximadamente. Además del coste de las materias primas, los ingredientes químicos son muy atractivos para la cosmética convencional gracias a su estabilidad y la facilidad que ofrecen a la hora de poder trabajar con ellas. En cosméticos naturales se emplean aceites vegetales como el aceite de almendras dulces, ingredientes más sensibles que han de manipularse a una determinada temperatura para evitar su oxidación y el deterioro de sus componentes. Además, una manipulación inapropiada puede provocar alteraciones en el aceite variando su color, olor y beneficios. Sin embargo, los aceites minerales y aceites de silicona como la parafina son ingredientes sin propiedades naturales, múltiples usos y poco exigentes a la hora de manipularlos.
Los ingredientes a base de aceites minerales se obtienen a partir de residuos de la destilación del petróleo sin partes de oxígeno. Por eso, estas materias no se decoloran, ni se deterioran, ni desarrollan olores y se pueden combinar con perfumes. Además, cabe destacar que la química de las siliconas es una química artificial. Los aceites y las ceras de silicona pueden ser creadas según las necesidades de los fabricantes. Son ingredientes estables y ofrecen a las formulaciones en cremas una buena consistencia, con agradable sensación de piel suave y fácil de extenderse.
¿Cómo pueden afectar los ingredientes químicos a nuestra salud?
Los principales ingredientes en entredicho son los conservantes que tanto se emplean en las formulaciones para ayudar a prolongar la vida útil de los productos. Los más conocidos –los parabenos– son disruptores endocrinos, lo que significa que están relacionados con la alteración hormonal del organismo disminuyendo la fertilidad y favoreciendo una actividad anómala de las células.
Además de los parabenos, también encontramos conservantes liberadores de formaldehído como diazolidinil urea, imidazolidinil urea, quaternium-15, Bronopol… estos conservantes penetran con facilidad en la piel y resultan muy irritantes incluso en dosis pequeñas. El formaldehído está estrechamente relacionado con el cáncer y su uso está restringido por la Unión Europea (no puede superar el 0,2% y, además, en los productos de cuidado corporal que contengan más del 0,05% debe contener la advertencia “contiene formaldehído” en la etiqueta).
¿Por qué todavía no hay protección frente a ingredientes químicos?
Desde hace décadas la industria de la cosmética y la legislación llevan librando una continua batalla. El problema es que la administración va demasiado lenta y cuando finalmente una materia prima se considera sospechosa de ser dañina para la salud, el consumidor lleva años expuesta a esa sustancia y consumiéndola a diario.
Uno de los principales problemas a la hora de evaluar los estudios presentados es que provienen de diferentes fuentes con distintos objetivos y son difíciles de comparar. Las investigaciones se realizan con diferentes metodologías, a partir de diferentes preguntas iniciales con diferentes dosis… Por ello, los datos recopilados pueden ser interpretados de formas muy diferentes. Además, algunos justifican la presencia de ingredientes sospechosos con la premisa de que se encuentran en proporciones muy pequeñas como para poder producir daños en el organismo.
A pesar de ello, es importante recordar que los consumidores se encuentran a diario en contacto con estas sustancias y que algunas tienen la cualidad de acumularse en el organismo, pudiendo dar problemas a largo plazo. Además, estos ingredientes no solo se encuentran en uno solo de los cosméticos utilizados: son ingredientes recurrentes que suele emplear la industria de la belleza y la mayoría acaban en el medio ambiente afectando y dañando también al ecosistema.
A. Anabitarte – N. Marcos
Misohi Cosmética – Cosmética Natural Online
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