Rebaño de ovejas en una vía pecuaria de la Sierra de Guadarrama. Fotografía: Pilar Navarro.
La biodiversidad es el conjunto de seres vivos que habitan la Tierra con todas sus variedades genéticas (subespecies, razas, etc.), así como todos los ecosistemas y hábitats terrestres y marinos. La biodiversidad o diversidad biológica es la variedad de formas de vida. Se podría hablar de tres niveles relacionados entre sí: diversidad genética, diversidad de especies y diversidad de espacios.
Las personas somos parte de esa biodiversidad que alberga nuestro planeta; pero el desarrollo industrial y tecnológico de nuestras sociedades nos ha ido desconectando de la naturaleza, sin darnos cuenta de la interdependencia e interrelaciones que tenemos con el resto de las especies. Un ritmo vertiginoso de desarrollo y crecimiento ha llevado a nuestras sociedades a un consumo y sobreexplotación de recursos, a una inmensa generación de residuos, a la transformación y degradación de ecosistemas naturales, que han generado que nuestro estilo de vida insostenible amenace la salud de la humanidad, de las generaciones actuales y futuras, así como la conservación de las demás especies. Hemos traspasado los límites del planeta. Consecuencia de ello son el cambio climático y la acelerada pérdida de biodiversidad (genes, especies, ecosistemas).
Por otro lado, la pérdida de biodiversidad y la crisis climática son interdependientes: en la medida en que desaparece la biodiversidad –bosques, humedales, etc.– los efectos del cambio climático se acentúan. Y a la vez, efectos del cambio climático como la subida de temperaturas, las sequías, las inundaciones, las olas de calor o los incendios ejercen presión sobre los ecosistemas o hacen difícil la adaptación de muchas especies. Según estudios e informes de diversas organizaciones, las poblaciones de mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles se han reducido un 68% desde 1970, y más de 32.000 especies están en peligro de extinción.
Las principales causas de pérdida de biodiversidad son la agricultura intensiva, la deforestación, la sobreexplotación de recursos y el tráfico ilegal de especies. Es evidente que la actividad humana tiene un impacto en la aceleración de esta pérdida, por esto debemos plantearnos: ¿Qué está ocurriendo en la actualidad para que estemos en la sexta extinción masiva de especies en la historia de la Tierra? ¿Qué podemos hacer para cambiarlo? Se hace necesario que repensemos nuestra relación con la naturaleza y cambiemos nuestro estilo de vida para reducir la huella ecológica sobre el planeta. Que como individuos y como sociedades caminemos hacia la reconexión con la naturaleza y volvamos a tejer vínculos emocionales con los demás seres vivos, con la vida. Que nuestro acelerado ritmo de vida se ajuste al ritmo de la naturaleza para darnos cuenta de que somos parte de ella.
Río de la Puebla en Puebla de la Sierra, Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón. Fotografía: Lola Hermida.
La biodiversidad y la naturaleza deben protegerse por motivos éticos, espirituales, estéticos, ecológicos o científicos, pero existen otras razones por las que se hace indispensable conservar y recuperar la biodiversidad: nuestro futuro depende de ello. Es necesario restablecer el equilibrio y las redes de relaciones con el resto de especies –fauna y flora– y de ecosistemas, de los que dependemos completamente. La diversidad biológica es esencial para nuestra propia salud y la de los ecosistemas: tiene un gran valor por todos los servicios ambientales esenciales que nos aporta –regulación del clima, polinización de los cultivos, filtración del aire y el agua, etc.–; los recursos y productos –alimentos, medicamentos, maderas, fibras textiles naturales, etc.– que nos ofrece a las personas y de los que dependemos para nuestra supervivencia como especie; y amortigua la transmisión de enfermedades que proceden de animales (zoonosis).
Organismos como la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), entre otros, recuerdan que la biodiversidad es la base de la vida y de los servicios esenciales que brindan los ecosistemas. Algunos de los pasos que se han dado para la conservación de la biodiversidad son:
- La Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, creada en 1964, con el objetivo de informar para llevar a cabo acciones de conservación de la biodiversidad.
- El Convenio sobre Diversidad Biológica, firmado en 1992 durante La Cumbre de la Tierra, es un tratado internacional para la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de sus componentes. Los objetivos y metas se recogen en el Plan Estratégico para la Biodiversidad para el periodo 2011-2020.
- La Estrategia de la Unión Europea sobre Biodiversidad que encaminará a Europa hacia la recuperación ecológica de aquí a 2030.
Finalmente, de cara a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, la conservación y recuperación de la biodiversidad son imprescindibles para cumplir muchas de las metas y objetivos de los ODS 12, Producción y Consumo responsables; ODS 13, Acción por el clima; ODS 14, Vida submarina; y ODS 15, Vida de ecosistemas terrestres.
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