Fotografía: Pexels
En un mundo donde el plástico llena nuestros hogares y nuestros océanos, el reciclaje es más importante ahora que nunca para mantener unas condiciones de vida saludables para nosotros, así como las criaturas con las que compartimos este mundo. La pregunta que nos hacemos ahora es, ¿cómo hacemos para que la gente recicle sus desechos? Algunos países han decidido ofrecer a las personas un incentivo para el reciclaje, notamos altas tasas de reciclaje de las comunidades más pobres.
Para algunos, el reciclaje es la base de sus ingresos. En un estudio completado por Martin Melina en 2000 descubrió que 2% de la población urbana en Asia y América Latina depende del reciclaje para sobrevivir. El sector informal es alto dentro de estos países, específicamente en América Latina donde 130 millones de trabajadores provienen de este lugar de trabajo informal (Ramirez, 2016). Cuando seleccionamos países más grandes como Brasil, podemos ver cuán grande es el reciclaje para sobrevivir. Catadores, los recicladores informales en Brasil, contribuyen al 90% del reciclado de los ciudades a cambio de dinero (The Guardian, 2017). Los Catadores hacen esto de manera informal, ya que la ciudad se niega a aceptarlos como empleados municipales, aunque sin ellos, la ciudad recolectaría menos del 2% de los artículos reciclables.
Vemos una tendencia similar en China, que es responsable de un tercio de los residuos plásticos que contaminan el océano. En un país grande como China, que tiene dificultades para gestionar sus residuos, los trabajadores informales que se ganan la vida mediante el reciclaje son más que aceptados. La mayoría de estos trabajadores son migrantes que prefieren ser discretos con su trabajo para evitar los impuestos. La revista China Business afirma que, ¨se estima que estos trabajadores informales recolectan más del 90% de las botellas recicladas en Beijing¨. Eso sería un 10% menos que todas las botellas recicladas y para un país que, en 2011 fue el mayor productor de plástico del mundo en el mundo, estos recicladores informales tienen una gran responsabilidad para mantener el plástico fuera del océano.
Ahora, vemos un país que tiene un sistema real para que los trabajadores informales ganen dinero con el reciclaje, Alemania. ¨PFAND¨, que es como lo llaman, consiste en que las personas llevan sus botellas de plástico vacías o latas a una máquina (generalmente cerca de un supermercado) y cambian los envases por dinero. Aunque tienen que pagar más dinero al comprar estas botellas (Pfand significa aproximadamente “prenda, fianza, depósito”), el sistema aún beneficia a las personas cuando las colocan en la máquina. Dicho esto, las comunidades pobres obtienen un beneficio mayor ya que generalmente recolectan las botellas de la calle y no las compran en las tiendas. Un sistema bastante fácil de usar para todas personas (pero que se ha vuelto muy popular dentro de las comunidades pobres) ha llevado a Alemania a liderar el mundo como la principal recicladora del planeta, ya que reciclan el 65% de sus residuos (Forbes).
Estados Unidos tiene el mismo sistema a su vez. Cada vez más, las personas pueden llevar sus botellas de plástico vacías a una máquina, generalmente cerca de un supermercado y cambiar el plástico por dinero. Las comunidades más pobres obtienen una gran ventaja de este sistema fácil de realizar, ya que proporciona un procedimiento simple que todos pueden seguir. Por ejemplo San Bernardino, California, es una ciudad pobre ubicada en la parte sur del estado. California tiene una tasa global de personas con pobreza del 14.3%, de acuerdo con el Censo de 2016 y San Bernardino tiene una tasa del 17.6%, la mayor tasa de pobreza dentro de la comunidad, en comparación con el resto del estado, lo que obliga a muchas personas sin hogar a reciclar a cambio de dinero.
En 2015, a San Bernardino se le otorgó el Outstanding Recycling Award, ya que el programa CalRecycle no revelará el porcentaje de reciclaje de personas por incentivo monetario hasta 2019, el premio demuestra las altas tasas de reciclaje dentro de la ciudad. Este sencillo sistema ha ayudado a las Estados Unidos a reciclar el 35% de sus desechos totales y el país solo espera que ese número crezca.
Si establecer un sistema sencillo para que las comunidades reciclen de manera efectiva sus desechos al tiempo que ayudan a las comunidades más pobres, ha tenido resultados positivos, ¿por qué todos los países aún no lo han hecho?
España tiene contenedores de basura codificados por colores que ayudan a las personas a reciclar fácilmente su basura, pero aún así reciclan menos del 30% de su basura total. En 2012, el 21% de las personas vivían en la pobreza en España, tal vez ofreciendo un incentivo para el reciclaje, motivará a las comunidades con menos recursos de España a obtener ingresos informales a través del reciclaje.
Brasil y China ya tienen una gran cantidad de reciclaje de trabajadores informales y organizarán un sistema de reciclaje a cambio de dinero para estas comunidades, parece obvio que los países podrían beneficiarse aún más. En general, las comunidades más pobres no solo se beneficiarán económicamente, sino que el mundo entero limitará los desechos que terminan en el océano y al mismo tiempo usará las mismas botellas para crear nuevos artículos. Dirigirse a las comunidades más pobres para reciclar a cambio de dinero ayuda a estas personas a evitar la mendicidad y en su lugar a que se centren en un sector informal de reciclaje que se puede convertir en importante desde el punto de vista económico y ambiental. Una vez que los gobiernos den la bienvenida a estos sectores informales como un beneficio para la comunidad en general, el incentivo para reciclar demostrará ser altamente efectivo, especialmente dentro de estas comunidades con menos recursos.
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