¿De dónde procede el ruido?  Las fuentes del ruido urbano

El tráfico rodado es sin duda la principal fuente de ruido. Los coches producen sonidos por el funcionamiento del motor y por el golpeteo de las ruedas sobre el pavimento… además de por el equipo de música a toda marcha, en algunos casos. Las estimaciones achacan al tráfico las tres cuartas partes del ruido ambiente urbano.

El llamado ruido de vecindad es mucho más heterogéneo que el del tráfico. Procede de televisiones o aparatos de música a todo volumen, ruido de establecimientos comerciales y de ocio, etc. Con frecuencia, este tipo de ruidos se concentra en las llamadas zonas de ocio nocturno y es una fuente inagotable de conflictos entre los vecinos y los establecimientos de copas.

Determinadas instalaciones industriales, incluyendo aeropuertos, producen una pesada huella sónica que puede afectar amplias extensiones de los barrios y municipios circundantes. En este caso, la solución debe venir de una planificación urbanística correcta.


¿Se puede luchar contra el ruido?

Solo recientemente se ha comenzado a ver en el ruido un contaminante peligroso al que hay que combatir. Al igual que en el caso de la emisión de compuestos nocivos a la atmósfera, lo ideal es actuar reduciendo la emisión del contaminante (por ejemplo, mediante el rediseño de motores y máquinas para reducir los niveles de ruido emitido). Pero muchas veces sólo podemos amortiguar el ruido emitido mediante aislamiento acústico de las viviendas.


Supresión o reducción de las fuentes y aislamiento acústico

La mejor manera es actuar suprimiendo o reduciendo las fuentes de ruido. Muchas ciudades están llevando a cabo planes de pacificación del tráfico, que suponen por ejemplo peatonalizar calles o reducir la velocidad máxima permitida a los vehículos. Determinadas fuentes de ruido, como discotecas o acondicionadores de aire, pueden reducir sus emisiones mediante un aislamiento acústico adecuado.

No obstante, muchas veces es el que sufre el ruido el que debe protegerse mediante aislamiento acústico. Por ejemplo, colocando pantallas acústicas entre las vías de tráfico rodado y las viviendas, o aislando directamente la casa de ruidos externos molestos. Una consecuencia positiva del aislamiento térmico es que también mejora el aislamiento acústico de las viviendas que lo instalan.

Una manera óptima y asequible de aislar el sonido que produces con alguna actividad molesta de la que se quejen tus vecinos o familiares, es aislando la habitación con un material que absorba las ondas sonoras, como cajas de huevos o corcho. Puedes ponerte a reciclar estos materiales y habilidosamente irlos pegando en la pared y techo de la habitación.