Fotografía: Steve Johnson from Pexels
Flint, Michigan, una ciudad pobre en los Estados Unidos (tras la masiva reconversión industrial de la década de 1980, muchos de sus habitantes acabaron en el paro), está en su cuarto año consecutivo sin agua potable. Se ha adaptado a una vida en la que el agua embotellada se ha convertido en su recurso hídrico principal, pero el 6 de abril de 2018, se interrumpió el suministro gratuito de agua embotellada. El estado de Michigan comenzó a comprar agua embotellada para residentes y a distribuirla gratis en enero de 2016 (https://www.nytimes.com/2018/04/08/us/flint-water-bottles.html). Esto ha proporcionado una gran ayuda a los residentes, pero ahora que la ciudad afirma que el agua de grifo es segura para beber nuevamente, muchos residentes deben continuar esforzándose para comprar agua embotellada. Aunque las tuberías principales se han cambiado en casi 6.200 casas, todavía hay 12.000 cuya agua aún sale contaminada (https://www.washingtonpost.com/opinions/we-still-havent-made-things-right-in-flint/2018/03/07/5c700692-2211-11e8-badd-7c9f29a55815_story.html?utm_term=.db695af14fc1). 12.000 hogares carecen de agua potable limpia y se les ha quitado el acceso al agua embotellada. Los niveles de pobreza de Flint siempre han estado entre los niveles más altos en los Estados Unidos, por lo que es inimaginable esperar que pueden permitirse el lujo de comprar continuamente agua embotellada además de pagar sus facturas de agua para sus casas. Una sensación de pánico está llenando a los residentes, ya que algunos se niegan a pagar por el agua contaminada y corren el riesgo de perder sus hogares. Sin agua ni hogar, han dependido de la exclusiva generosidad de los demás; las recaudaciones de fondos y las donaciones son lo que ha estado proporcionando a Flint dos de sus derechos humanos más básicos: agua y refugio.
¿Qué ha causado que el agua de Flint tenga tanta contaminación?
En resumen, el plomo. El plomo ha estado contaminado el agua de Flint desde abril de 2014, cuando la ciudad cambió su fuente de agua del río Detroit al río Flint, en un esfuerzo por reducir los costes para la ciudad. La ciudad tardó cinco meses antes de advertir a las personas que una elevada concentración de bacterias coliformes fecales había sido detectada en el agua. En esos cinco meses, se produjeron numerosos informes de personas que se quejaban de un olor y sabor extraños provenientes del agua. Puesto que la ciudad no trató adecuadamente las tuberías antes de permitir que el agua fluyera a través de ellas, ignorando un proceso de tratamiento de agua llamado ortofosfato (https://www.water-research.net/index.php/phosphate-in-water), el plomo en las tuberías pudo filtrarse en el agua. No tomar las medidas necesarias antes de distribuir agua de nuevo causó grandes riesgos para la salud de la gente.
Poco después del cambio, los residentes estaban experimentando enfermedades junto a erupciones y pérdida de cabello. El plomo estaba causando importantes riesgos para la salud y, además, se produjo un brote de la enfermedad del legionario, que acabó con la vida de 12 personas y la hospitalización de aproximadamente 90 más (https://edition.cnn.com/2016/03/04/us/flint-water-crisis-fast-facts/index.html), de acuerdo con la información de la CNN. Seis funcionarios actuales y anteriores de Flint se enfrentan a cargos de homicidio involuntario, por continuar distribuyendo el agua después de saber que la bacteria estaba presente. Aunque los residentes están satisfechos con que las autoridades municipales comiencen a ser responsables del problema, hay repercusiones que no se pueden deshacer. Un estudio muestra que 12.000 niños fueron afectados por el plomo, en 2017 los niveles de competencia de lectura para una porción de los estudiantes de Flint cayeron a un 10,7% frente a un 41,8% en 2013, antes de la contaminación por plomo (https://www.rt.com/usa/418159-flint-reading-levels-water-lead/). Muchos de los residentes de Flint aún no tienen agua limpia, sus riesgos de enfermedades son más altos que en cualquier otro lugar del estado y los funcionarios se niegan a reconocerlo.
El PMS, US National Library of Medicine National Institutes of Health, publicó un documento (https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5353852/) que examinó la ya difícil tarea de cambiar la fuente de agua de Flint y cómo no cumplir con las normas hizo que las tuberías liberasen plomo en cantidades excesivas de Eschericha Coli, trihalometano, plomo, legionella y cloro. Aunque pequeñas cantidades de estos no tienen mucho efecto en la personas, la combinación de cantidades extremadamente altas de todos, reveló un brote de numerosas enfermedades en la ciudad, como hizo.
Una oportunidad para corregir
Un año después de que se descubriera que el agua estaba contaminada, Detroit ofreció a Flint la oportunidad de volver a conectarse con su suministro de agua e incluso renunciar a una tarifa de 4 millones de dólares. Los funcionarios de la ciudad rechazaron la oferta, alegando que el costo todavía era demasiado alto. Con esto, se dio a conocer la perspectiva de los funcionarios de la ciudad sobre la salud de los residentes, el coste del agua limpia (que estaban pagando durante años con anterioridad) de repente se convirtió en un problema mayor que la salud de la gente.
Esto dejó a los residentes con acuciantes, angustiosas preguntas: ¿por qué los funcionarios tardaron tanto en reaccionar ante el agua obviamente contaminada?, ¿por qué se pasan por alto los riesgos para la salud?, ¿y por qué se les niega el acceso al agua embotellada gratuita cuando muchas casa aún no tienen agua limpia? Los representantes Keith Ellison y Ro Khanna proponen The Water Act para el Congreso (https://ellison.house.gov/media-center/press-releases/rep-ellison-introduces-bill-to-guarantee-safe-drinking-water-on-flint), que garantizaría agua limpia y asequible a los ciudadanos en los Estados Unidos. La ley garantizará que las tuberías de plomo dejen de transportar agua a las comunidades y mejorarían los sistemas sépticos del hogar; la ley garantizará que las grandes empresas están pagando sus impuestos sobre el agua correctos a fin de reducir el coste total del agua en todo el país. Está claro que estas mediciones deberían haberse realizado hace mucho tiempo y aunque es penoso que una crisis como la de Flint tuviera que ocurrir antes de esto, es un esfuerzo para mejorar la calidad de vida de las comunidades más pobres de los Estados Unidos es un movimiento que vale muchísimo la pena.
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