Fotografía: Vlad Tchompalov on Unsplash
En el último año se han experimentado cambios inmensos; con un nuevo presidente vienen nuevas políticas y con Donald Trump las políticas ambientales han cambiado drásticamente. Eliminando la palabra ¨cambio climático¨ de todas las páginas web gubernamentales oficiales de los Estado Unidos, y evitando suscribir el Acuerdo de París, Donald Trump ha llevado a los Estados Unidos a una espiral descendente hacia la ruina ambiental.
La Agencia de Protección Ambiental, más conocida como la EPA, es la agencia que se encarga de monitorear todo el trabajo relacionado con el clima y de proponer normas para reducir la contaminación o conservar la energía. El administrador, que es designado por el presidente, es el jefe de la agencia y la figura principal a cargo de la toma de decisiones. Como Donald Trump declara repetidamente, él no cree en el cambio climático, así que no debería haber sido una sorpresa para el país cuando designó al político republicano Scott Pruitt, quien también cree que el cambio climático es un engaño, como administrador de la EPA.
Entonces, ¿qué sucede cuando tanto el presidente como el administrador niegan el cambio climático?
Para empezar, la palabra ¨cambio climático¨ se elimina de todas las páginas del gobierno federal. Algunos de las páginas web han cambiado el término por una palabra más flexible, ¨sostenibilidad¨. Al eliminar el término, Donald Trump demuestra su intención de hacer que el problema del cambio climático desaparezca de la mentalidad estadounidense. Fuera de la vista, fuera de la mente. Está claro que Donald Trump tenía una agenda para alejarse de la protección del medio ambiente y con la ayuda de Scott Pruitt, Estado Unidos ha hecho precisamente eso.
El presupuesto del presidente Trump para 2018 reveló un recorte del 31% para la EPA. Ese importante recorte supone un gran inconveniente para el personal, así como la eliminación de programas destinados a restaurar los Grandes Lagos, la bahía de Chesapeake y el estrecho de Puget, junto a Seattle. Muchos miembros de la EPA se indignaron con la publicación de esta propuesta de presupuesto y como protesta muchos renunciaron o se retiraron. Con la pérdida de parte de su equipo, la EPA realiza ha ralentizado la presentación de demandas contra la empresas que violan las leyes de control de la contaminación. Sin que la EPA haga movimientos progresivos para luchar contra estas compañías, las industrias actuales no solo seguirán ignorando las leyes de contaminación, sino que probablemente motivará a otros a dar la espalda a las leyes ambientales en general.
Un proyecto que afectaba a la reducción global de las emisiones de carbono en su conjunto era el Sistema de Monitoreo de Carbono de la NASA, este fue diseñado para monitorear la liberación mundial de emisiones de carbono antes de que Trump anunciara el fin de este programa. Sin este programa, todos los demás países, que participan en el Acuerdo de París, ya no tendrían acceso a la información para saber si los países están manteniendo sus esfuerzos para reducir las emisiones de carbono. Como estamos seguros de que otros países tomarán la iniciativa en este rol, hoy es un momento desafortunado para muchos miembros de la NASA que aún se esfuerzan por monitorear independientemente el cambio climático, a pesar del final del programa.
El anuncio de que Estados Unidos planeaba retirarse del Acuerdo de París 2015 fue impactante para la mayoría, ya que fue una sorpresa su decisión de no participar en los esfuerzos para reducir globalmente las emisiones de dióxido de carbono y combatir el cambio climático. Con Estados Unidos como el segundo país más grande que libera emisiones de dióxido de carbono, su papel en el Acuerdo de París fue crucial. Cuando el acuerdo fue establecido en 2015 bajo el gobierno de Obama, se decidió que Estados Unidos reduciría sus emisiones en un 26-28% respecto a su nivel de 2005 para el año 2025. Que Estados Unidos quede fuera del acuerdo significa un viaje más lento en el combate que enfrenta al mundo con el cambio climático. Afortunadamente, otras naciones se mantienen leales al Acuerdo de París y hacen esfuerzos para ayudar a reducir las emisiones de carbono de todos los demás países.
Dado que muchos estadounidenses se ven directamente afectados, ¿cómo reaccionan ante el rechazo de los objetivos medioambientales bajo un nuevo presidente?
Además de la renuncia de muchos miembros de la EPA, se han producido múltiples protestas y reacciones públicas por parte de científicos y activistas ambientales. El Día de la Tierra, 22 de abril de 2017, una ¨Marcha por la Ciencia¨, tuvó lugar en Washington DC, inspirada por la ¨Marcha de las Mujeres¨ que se celebró un día después de la toma de posesión de Trump. Científicos, ecologistas e incluso celebridades de todo el mundo acudieron a la marcha en protesta pública, con la esperanza de comunicar al presidente Trump la importancia del impacto ambiental de los Estados Unidos. Al ser el día cien de Trump en el cargo, los manifestantes corearon: «La resistencia llegó para quedarse, bienvenido a su centésimo día».
Más recientemente, el 5 de marzo de 2018 se produjeron protestas en New Hampshire en respuesta a la propuesta de Trump de expandir el fracking. Esta expansión podría afectar a la seguridad de 68 parques nacionales, que estarían en riesgo de incendios forestales, sequías, hundimientos…, por no hablar de la alteración de la ruta migratoria de muchas animales oceánicos por las prospecciones petroleras. Cuando comienzas a extraer petróleo de diferentes áreas en el océano, el petróleo comienza a cruzarse con muchas vidas diarias de animales. Las rutas migratoria se bloquean y los animales quedan confusos, a menudo dejándolos vulnerables a los depredadores.
En relación a estos cambios ambientales que Trump ha propuesto, basados en las protestas, las renuncias y las posturas públicas que muchas figuras principales han mostrado, está claro que los estadounidenses y personas de todo el mundo están molestos, ya que los problemas ambientales nos afectan a todos. Los estadounidenses solo pueden seguir protestando y luchando contra el cambio climático de forma individual, así como también esperar que otros países tomen sus propias medidas en la lucha mundial en curso.
Un líder en este tema es la Unión Europea, que lleva mucho años trabajando para el desarrollo de un sistema económico que reduzca el impacto negativo en el medio ambiente y mitigue las consecuencias producidas por el cambio climático.
Compromisos internacionales de la UE contra el cambio climático
En 1992 la UE se adhirió a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, cuyo objetivo es estabilizar las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático.
La UE ratificó también el Protocolo de Kioto, con el objetivo de reducir de forma vinculante las emisiones de gases de efecto invernadero. Durante el primer periodo (2008-2012), la UE se comprometió a reducir las emisiones de un 8% por debajo de los niveles de 1990, alcanzando llegar al final al 19% por debajo del nivel elegido. Durante el segundo periodo (2013-2020), los estados europeos se comprometieron a reducir las emisiones de un 20%.
Con el Acuerdo de París en 2015, 195 países (entre ellos los de la UE) establecieron un plan de acción mundial para limitar el calentamiento global muy por debajo de 2ºC. Para conseguir este objetivo, los gobiernos acordaron poner en práctica acciones de mitigación y adaptación al cambio climático, reconociendo también la importancia de las partes interesadas no signatarias (ciudades, sociedad civil, sector privado, etc.).
¿Cómo planea la Unión Europea contribuir a la reducción del cambio climático respetando todos los acuerdos ratificados?
El paquete de medidas sobre clima y energía hasta 2020
Los objetivos fundamentales de este paquete son:
• 20% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (en línea con el compromiso del protocolo de Kioto);
• 20% de utilización de energías renovables en la UE;
• 20% de mejora de la eficiencia energética.
Marco sobre clima y energía para 2030
Este marco tiene como base el paquete de medidas hasta 2020. Los objetivos fundamentales son:
• al menos 40% de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (en relación con los niveles de 1990);
• al menos 27% de cuota de energías renovables;
• al menos 27% de mejora de la eficiencia energética.
En conclusión, con el documento “Hoja de ruta hacia una economía hipocarbónica”, la Comisión Europea ha señalado la intención de reducir sus emisiones al 80% en 2050.
Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE)
El RCDE UE es el principal mercado de carbono del mundo y una de las herramientas más exitosas utilizadas por la UE para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. El RCDE UE funciona estableciendo en el mercado un límite máximo de emisiones, que a lo largo del tiempo se va reduciendo. Dentro del límite establecido, las empresas reciben o compran derechos de emisión. En el caso de que las empresas no tengan derechos suficientes para cubrir las emisiones producidas, la UE les impone fuertes sanciones.
La Unión Europea tiene también muchos otros programas dirigidos al empuje de la economía circular, la descarbonización de la economía, y la intensificación de la lucha contra el plástico desechable.
Cambio climático en España: PP vs PSOE
El tema del cambio climático sigue siendo muy debatido a nivel mundial, nacional y local. Al igual que en Europa existen muchos políticos escépticos acerca de la existencia del cambio climático (Trump lo ha nombrado “cuento chino”, porque considera que fue inventado por los chinos para lograr que la industria norteamericana dejara de ser competitiva), también en España esta idea tiene bastantes seguidores. En consonancia a estas opiniones, las políticas ambientales llevadas en los últimos años por el PP no han garantizado mucho el respeto del medio ambiente, sino al contrario le han dañado. Recordemos por ejemplo el desmantelamiento de la Ley de costas o del sector de las energías renovables (a través de la imposición del “impuesto al sol”).
Mejor tarde que nunca, hace una semana el PP ha presentado una Ley de Cambio Climático y Transición Energética, definida por el Grupo Parlamentario como “histórica” y “ambiciosa”. A pesar de que se habría podido sin duda proponer antes, esta ley parece estar en línea con los objetivos del nuevo presidente Pedro Sánchez, que en el discurso de moción de censura afirmó: “Sentaremos las bases para la necesaria transición ecológica de nuestra economía. […] La Ley de Transición Energética y Cambio Climático que incentive la inversión en renovables”.
Este cambio de intentos se nota también en la transformación del Ministerio que se ocupa de asuntos medioambientales. De hecho, con la formación del nuevo gobierno el Ministerio ha dejado de llamarse “Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente”, pasando a denominarse “Ministerio para la Transición Ecológica”. Esta nueva institución se está ahora encargado de desarrollar las políticas gubernamentales en tema de medio ambiente, energía, desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático.
Ahora, no nos queda otra que esperar y ver cómo se comporte el nuevo gobierno frente a la protección de un bien precioso como el medio ambiente.
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