La pérdida de biodiversidad siempre ha sido tema de discusión en la comunidad científica y más ahora cuando estamos provocando la llamada “sexta extinción masiva” de la Tierra. Cada vez nos acercamos más al objetivo de conseguir una inflexión en la curva de la pérdida de la biodiversidad y va mejorando la situación, pero todavía queda mucho por recorrer.
Existen numerosas causas de la pérdida de biodiversidad, algunas de estas son:
- Cambio de uso del suelo que produce pérdida de hábitats adecuados para la supervivencia de las especies. Un ejemplo habitual es la tala de bosques para hacer sitio a cultivos o edificaciones.
- Especies invasoras. La introducción de estas especies genera el desplazamiento de las especies autóctonas al competir con ellas mediante depredación o disputa del territorio, lo que hace que muchas de estas especies desaparezcan.
- Sobreexplotación por caza excesiva o retirada de individuos con un ritmo que supere la regeneración de la especie en cuestión, así como el tráfico de especies.
- Contaminación, al introducir sustancias deletéreas en el suelo, el aire o el agua. Todo ello, debido a sustancias químicas o exceso de calor y ruido.
- Cambio climático, generado por el aumento de la temperatura y los gases de efecto invernadero originados por la quema de combustibles fósiles y la deforestación entre otras causas.
La extinción es la desaparición definitiva de alguna especie animal o vegetal de la Tierra, actualmente acelerada por el hombre. La extinción de una especie genera la alteración de la cadena trófica transmitiéndola a los otros niveles y provocando la extinción del resto.
Un estudio reciente, en el que se simulan diferentes escenarios sometiendo a las especies a diferentes supuestas catástrofes, destacó el caso del cambio climático que podría provocar una serie de coextinciones en la Tierra, perdiendo en primer lugar las especies situadas en la base de la red dependientes entre sí como plantas y herbívoros, y por último, las especies más tolerantes, es decir, las más resistentes a los cambios al desaparecer las demás. Por último, el estudio alerta también de que todas las especies están relacionadas mediante la red de la vida y que no se debe obviar este efecto dominó destructivo que se podría generar.
En definitiva, la pérdida de biodiversidad tendría una serie de consecuencias en el medio. No solo la pérdida de servicios proporcionados por la naturaleza, sino también la afección a la generalidad de nuestro entorno. Esto llevaría a provocar un efecto cascada en el resto de especies provocando su extinción.
Como ejemplo podemos citar que la pérdida de hábitat en las Islas Baleares ha aumentado la fragilidad del ecosistema y el descenso de la población de abejas y avispas que dependen de la polinización de las flores. Esto ha generado un descenso en la población de estas y podría generar la desaparición de alguna de sus especies al incidir sobre las redes de polinización.
La ONU lleva alertando de que la pérdida de la biodiversidad es mil veces mayor que la natural actualmente, ocasionada por numerosas actividades humanas como algunas de las ya comentadas. La importancia de esta pérdida está relacionada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), como se refleja en el objetivo 15 “Vida de Ecosistemas terrestres”.
Con este objetivo se pretende conseguir la conservación, el uso sostenible, cesar la deforestación y regenerar las zonas ya afectadas, luchar contra la desertificación, prevenir la entrada de especies exóticas invasoras y aumentar el presupuesto para luchar contra la caza furtiva. Más información en este enlace. En este pdf se detalla por qué es importante la consecución de este objetivo.
El año pasado, del 14 al 29 de noviembre, en Sharm el Sheikh (Egipto), tuvo lugar la 14ª reunión de la convención de Biodiversidad. En ella se trató el cumplimiento de las Metas de Aichi, recogidas en el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 para lograr la conservación de la biodiversidad; y un acuerdo global para después de 2020 sobre biodiversidad que se completará con la COP15 en China. Se refleja cada vez más una concienciación a nivel global de este problema, pero que queda todavía mucho por hacer. Puedes ver la información de esta conferencia en este enlace. Asimismo, estas conferencias están promovidas por la Convención de la Biodiversidad Biológica.
Postura de la FAO
La FAO, busca el respeto de esta biodiversidad para garantizar el bienestar de los productores, ya que la biodiversidad y los servicios ecosistémicos lo proporcionan. Por ello, se han dado cuenta de que la única forma de revertir la curva de pérdida de biodiversidad es mediante la agricultura sostenible. En este enlace se puede observar algunos datos sobre el tema. Para ello se plantea conseguir el objetivo de alcanzar la meta de la erradicación de la pobreza y el hambre, fomentando la agricultura sostenible y el uso sostenible de la biodiversidad para la alimentación.
Informes sobre biodiversidad y situación actual y futura
Aparte de la ONU, también WWF realiza un informe del seguimiento de la biodiversidad cada dos años, el Informe Planeta Vivo.
En estos informes el objetivo es conocer el estado de la biodiversidad y de los recursos naturales de los de que dependemos. Estos han determinado que la población de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles ha disminuido un 60% entre 1970 y 2014, debido a actividades humanas. El informe más reciente “Apuntando más alto”, realizado en 2018, destaca la denominada Gran Aceleración, un momento único en la Tierra, que el crecimiento demográfico y económico actual está creando. Este fenómeno está cambiando el «sistema operativo” de la Tierra, debido al aumento de la demanda de energía, tierra y agua. Este fenómeno tiene sus consecuencias buenas y malas, pero nuestro sistema depende de esta interconexión con el medio y sin ese sistema es muy complicada la subsistencia.
El informe destaca las principales amenazas para la biodiversidad. Las ya mencionadas, que son las tradicionales y otras como el aumento de la agricultura debido al aumento de la población, que ocasiona a su vez la degradación del suelo. Para ello, destaca que las decisiones en los usos del suelo afectan a la biodiversidad, de manera directa en la perturbación de hábitats y la degradación del ambiente e indirectas como la perturbación de funciones de los ecosistemas.
También destaca la importancia de la polinización, indispensable para el desarrollo de servicios ecosistémicos de los que dependemos. Más de un 75% de los cultivos más importantes dependen de ello. Los cambio de usos del suelo (intensificación agrícola y urbanización) están relacionados con la pérdida de estos polinizadores.
El objetivo de este informe es dar la alerta con el objetivo de revertir la curva de pérdida de biodiversidad y alcanzar las Metas de Aichi para conseguirlo. Deja claro que es necesario un cambio en el planteamiento actual para conseguir esa reversión.
La ONU, por otro lado, realiza la Perspectiva Mundial sobre la Biodiversidad, una evaluación para analizar cómo va el seguimiento de las metas de Aichi y lo que se ha conseguido hasta ahora dando una conclusión final sobre qué es lo que hay que cambiar. La más reciente es la nº4, realizada a través de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD), la colaboración del PNUMA y la ONU.
En esta perspectiva, analiza las Metas de Aichi con sus Objetivos estratégicos y un total de 20 metas. Dentro de cada meta, analiza cómo es el cumplimiento en cada país que las ratificó y qué hacer para lograr su cumplimiento. En esta evaluación ha determinado que al ritmo actual de comportamiento, consumo, producción e incentivos económicos estaremos lejos de poder mantener las necesidades humanas en un futuro. Determinó también que no se alcanzarán a cumplir en las fechas límite muchas de estas metas.
Por último, ha determinado que es necesario un aumento sustancial global de la financiación global en relación a la biodiversidad.
Cambios para lograr esa inflexión
La biodiversidad y los ecosistemas son indispensables para el correcto funcionamiento del planeta y también para que podamos seguir abasteciéndonos de la naturaleza. Sin ella, será muy difícil mantener nuestras necesidades cubiertas. Está claro que es necesario una mejor concienciación global, algo que ya se va consiguiendo a nivel político, pero que es aún más necesario a nivel social para nuestra salud y la de nuestro entorno.
Por nuestra parte, podemos contribuir a ello intentando generar los menos residuos posibles, demandando un tipo de agricultura y ganadería más respetuoso con el medio ambiente, reduciendo el consumo de agua y energía y contribuyendo a ese cambio de mentalidad global para poder lograr el objetivo de revertir la curva de pérdida de biodiversidad.
Fotografía: Tomas Sobek en Unsplash.
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