Seguramente conozcas, o hayas oído alrededor de tu círculo social, que alguien ha reducido el consumo de carne, lo ha dejado por completo, o incluso los del lado más radical, que haya dejado de consumir cualquier producto que tenga un origen animal. El vegetarianismo en sus diferentes vertientes parece que avanza en nuestros días por todo el mundo, sobre todo en los países considerados desarrollados, y lo hace a buen ritmo.
En España, un país culturalmente carnívoro, que ocupa el décimo puesto en el ranking mundial de países consumidores de carne según la FAO, esta “moda” cada vez tiene más adeptos sobre todo entre la población más juvenil. Un informe llevado a cabo por la consultora Lantern (Madrid) llamado “The Green Revolution”, muestra que el 7,8% de la población mayor de 18 años se declara veggie. ¿Qué es ser veggie?, ser veggie implica pertenecer a la comunidad de vegetarianos y veganos, siendo las mujeres las más implicadas en este movimiento en donde una de cada diez se considera veggie. De este 7,8%, el 6,3% son flexitarianos, basan su dieta principalmente en vegetales y una fracción pequeña de la misma en productos animales, el 1,3% sigue una dieta estrictamente vegetariana y el 0,2% se consideran veganos.
¿Por qué alguien decide en un momento determinado ser vegetariano? Pueden existir varios motivos que impulsen a una persona a serlo. De los datos extraídos del informe anteriormente comentado, el 57% basan su decisión en cuestiones morales y de ética, por respeto hacia los animales y para evitar o por lo menos no sentirse partícipe del maltrato animal, el 21% se declaran vegetarianos por motivos ambientales y de sostenibilidad, y por último, el 17% por causas de salud. El entorno puede suponer un impulso importante a la hora de tomar esta decisión, atendiendo al tipo de ambiente en el que te mueves y la gente que te rodea. La población joven es mucho más influenciable que la población adulta, y aquellos jóvenes interesados en el medio ambiente o que incluso estén llevando a cabo estudios relacionados con este ámbito, debido a la atmósfera ecológica en la que están inmersos tendrán más probabilidades de convertirse al vegetarianismo.
¿Aprovechar esta situación para hacer negocio? Desde luego. Para satisfacer la cada vez mayor demanda de aquellas personas que son vegetarianas, en España, los establecimientos destinados a este público se han duplicado desde el año 2011 al 2016 desde los 353 hasta los 703 y cada vez más cadenas de alimentación y supermercados incorporan en sus estantes productos vegetarianos o veganos. De esta manera, puede aprovecharse esta situación también para hacer negocio, naciendo probablemente de aquí el dilema de si es más una herramienta con un objetivo lucrativo o de verdad tiene un fin ético, ambiental o de salud.
¿Situación en el resto del mundo? Parece ser que este movimiento se encuentra al alza en la mayoría de los rincones del planeta. En Europa, las mayores tasas de población vegetariana se encuentran en Italia, Reino Unido y Alemania. Entre los países con mayor número de restaurantes vegetarianos por millón de habitantes, destaca en primer lugar Islandia, seguido de Austria y República Checa, mientras que los países con menor número de este tipo de restaurantes por millón de habitantes son Bosnia, Bielorrusia y Ucrania. Es destacable la poca cantidad de restaurantes también en un país como Francia donde solo encontramos 2,7 por millón de habitantes, y donde la tasa de vegetarianismo está en torno al 2%.
En el resto del mundo, en aquellos lugares donde el consumo de carne no se contempla por temas culturales como en la India, es donde se alcanzan el mayor número de vegetarianos siendo este país el más representativo. En Norteamérica la preocupación por el vegetarianismo va cada vez más en aumento. En Latinoamérica parece que poco a poco el interés en la dieta vegetariana está aumentando sobre todo en países como Panamá, Brasil y Venezuela. En China al contrario que en la mayoría de países el consumo de carne está aumentando y en Argentina el movimiento vegetariano no goza de muchos apoyos.
Alberto Ruiz Sáiz
Estudiante de Ciencias Ambientales en la Universidad Autónoma de Madrid
En prácticas en Fundación Vida Sostenible
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