Fotografía: Fundación Vida Sostenible
El medio ambiente y la sostenibilidad no son precisamente temas candentes o importantes en estas elecciones. En los dos pasados debates electorales de los cuatro principales partidos, ¡en prime time televisivo!, casi no se ha oído hablar del asunto. Pero el tema es importante de todas formas, hay que tratarlo. Para ello se puede consultar el gráfico publicado por Greenpeace para responder a la pregunta de cuán verdes son los programas de los partidos políticos.
Más modestamente, en vidasostenible.com queremos publicar una pequeña antología de cómo aparece la sostenibilidad y el medio ambiente en estos programas, de manera que tengamos una idea de su manera de pensar al respecto. Allá vamos.
Ciudadanos
No permite descargar el programa electoral completo en pdf, aparte de una versión de lectura fácil, así que hemos consultado el apartado X, “Cuidar nuestro país para nuestros hijos y nuestros nietos”.
Para empezar, la clásica promesa de desarrollar una Gran Ley de Sostenibilidad: “126. Promoveremos una Ley de Cambio Climático y Transición Energética que garantice la seguridad jurídica y la no dependencia de combustibles fósiles. Impulsaremos una transformación hacia un modelo energético basado en energías renovables en 2050”.
La fecha de 2050 es significativa, indica cierta voluntad de avanzar hacia la energía verde pero sin ninguna prisa. El programa también deja claro que las renovables deben ser rentables, además de limpias.
Para continuar, una promesa electoral antigua, con aspecto de finales del siglo XIX, la época del regeneracionismo: ¡plantar 50 millones de árboles!
“131. Pondremos en marcha un ambicioso Plan Nacional de Reforestación con el objetivo de plantar 10 árboles por cada español al final de la legislatura”.
También se añade que esta medida permitirá “luchar contra el cambio climático como si se sustituyesen 100.000 vehículos a motor”.
Y para contrastar con la anterior, una propuesta de moda, la economía circular: “134. Promoveremos una Ley de Economía Circular para reducir al mínimo los residuos a vertedero (zero waste to landfill)”. Que incluye una propuesta arriesgada, nada menos que prohibir los envases de corcho blanco: “Prohibir los productos de plástico de un solo uso, como las bolsas, vajillas, cuberterías, bastoncillos o envases de poliestireno expandido”.
Para terminar, una curiosa frase que define un enrevesado objetivo político-ambiental: “Construir una Europa más fuerte que luche para hacer frente al nacionalismo, a los extremismos y al cambio climático”.
Partido Popular
Como en el caso de Ciudadanos, el avance hacia las renovables se supedita a que las energías limpias sean también rentables: “333. (…) aprovechar al máximo las opciones renovables que ya son competitivas,
pero sin renunciar a otras tecnologías que aún son útiles en nuestro país”. Es decir, la energía nuclear.
Donde el PP se posiciona con claridad es en el asunto de los coches diésel: “338. Rechazaremos las prohibiciones a los vehículos de combustión. Deben ser la evolución tecnológica y las decisiones de los consumidores los que marquen el ritmo de sustitución de unas tecnologías por otras”.
En materia de agua, un apartado que podríamos llamar viejuno de los programas electorales (traer el agua a las tierras sedientas es un reclamo electoral desde hace dos siglos), el PP hace una decidida defensa de los trasvases, de los que llega a decir que frenan la desertización: “375. Este Pacto Nacional por el Agua deberá contener medidas orientadas a mitigar los efectos del cambio climático y garantizar los trasvases, que detienen el avance de la desertización, son vitales para el abastecimiento de la población y aseguran el futuro del sector agrícola español”.
PSOE
El PSOE tira la casa por la ventana y anuncia un Nuevo Trato Verde inspirado tal vez en las ideas de Alexandria Ocasio-Cortez. El concepto de Transición Ecológica se recalca con claridad. La cita es un poco larga pero incluye todo el meollo del asunto: “1.18. Desde el Gobierno impulsaremos un nuevo Contrato Social, un nuevo pacto entre el capital, el trabajo y el planeta (un Green New Deal), que nos permita hacer frente a la necesaria transición ecológica mediante el fomento de la máxima eficiencia en el uso de los recursos naturales, las tecnologías menos contaminantes, y de menor impacto sobre la biodiversidad, en particular las energías renovables y la creación de empleo «verde» en todos los sectores. La transición ecológica será justa, previniendo y evitando eventuales efectos no deseables en la inversión y el empleo”.
No obstante, el ambicioso concepto del Green New Deal parece algo diluido cuando se trata de poner fechas a la transición ecológica: “(…) compromiso de alcanzar, en el horizonte de 2050, el 100% de la electricidad de origen renovable”.
También se apuesta por el coche eléctrico, pero con precaución (hace unos meses el PSOE planteó su prohibición para 2040): “Creciente electrificación del sector del transporte, estableciendo obligaciones de instalación de recarga eléctrica en las estaciones de servicio”.
Y por último una propuesta interesante, en línea con la pacificación del tráfico urbano: “Modificar el Reglamento de Circulación para establecer los 30 kms/h como la velocidad máxima legal en las calles de un único carril de circulación por sentido”.
Unidas Podemos
Unidas Podemos adelanta la fecha de la Transición Energética completa y la coloca en 2040: “Reducir la producción energética primaria basada en combustibles fósiles a la mitad en una década y alcanzar el 100% de la producción de fuentes renovables en 2040”.
Y dedica especial atención a la justicia social de todo el proceso: “Se garantizará por ley que, antes de que se pierda un empleo del sector de los combustibles fósiles, se crearán dos empleos con condiciones laborales idénticas o mejores en la misma comarca y que tendrán prioridad absoluta de acceso a ellos las personas afectadas. La transición energética que planteamos será justa o no será”.
Se definen fechas concretas para el cierre de las dos bestias negras del ecologismo energético, el carbón y las nucleares: “Objetivos de cierre de las centrales de carbón antes del final de 2025 (y siempre garantizando el uso de carbón nacional) y de las centrales nucleares antes del final de 2024”.
En materia de electrificación del transporte, las promesas electorales de Unidas Podemos se vuelven más cautas: Aumento de hasta el 25% de coches eléctricos (…) en los turismos vendidos en España en 2025 y hasta el 70% en 2030, para aproximarnos al objetivo del 100% en 2040”.
Vox
La propuesta de nuevo Plan Hidrológico se define con una frase imposible de discutir: “34. Diseñar y aplicar un nuevo Plan Hidrológico Nacional bajo el principio de la solidaridad y el bien común. Un Plan que desde el respeto a la sostenibilidad de los recursos hídricos y de los ecosistemas, permita una gestión eficiente del agua”.
Como un eco lejano de la autarquía, la autosuficiencia energética de España se marca como un objetivo deseable, aunque no se cita de ninguna manera a las renovables: “38. Desarrollar un Plan de la Energía con el objetivo de conseguir la autosuficiencia energética de España sobre las bases de una energía barata, sostenible, eficiente y limpia”.
En realidad, sin decirlo abiertamente, se propone el final del apoyo del gobierno a las energías renovables: “45. Menos impuestos y costes regulados en la factura de la luz, que son los culpables de que paguemos uno de los recibos más caros de Europa”.
Y por último se apuesta por urbanizar, construir y dominar el territorio, tal vez dejando algunas islas de conservación:“47. Liberalizar el suelo. Convertir en suelo apto para ser urbanizado todo el que no deba estar necesariamente protegido”.
Eso es todo, amigos. Ahora, busquen en Google los respectivos programas electorales (algunos tienen hasta 300 páginas) y empóllenlos.
Jesús Alonso Millán
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