Un monumental y clarificador trabajo realizado por Alfonso Sanz, Pilar Vega y Miguel Mateos del Grupo de Estudios y Alternativas (consultora medioambiental Gea21), titulado “Las cuentas ecológicas del transporte en España” y promovido por Ecologistas en Acción, arroja los datos fundamentales para entender el sistema de transporte español, desvelando los impactos sociales, ambientales y costes económicos de cada medio de transporte, además de permitir conocer cuál ha sido su evolución en los últimos 20 años.
Este informe, publicado a finales de 2014 y que ha contado con el apoyo del MAGRAMA, permite entender por qué es necesario reorientar la política de transportes, aportando los fundamentos en los que debería apoyarse este cambio.
Dicho estudio analiza de manera pionera para un periodo establecido (en este caso hasta 2012) todos los elementos que conforman el sistema de transporte:
- Repercusiones ambientales, sociales y económicas del transporte de personas y mercancías.
- Medios de transporte, incluyendo algunos que a menudo quedan fuera del foco, como el transporte por tubería, los ascensores o los medios no motorizados.
- Fases necesarias para que se produzca el transporte, es decir: construcción de infraestructuras, construcción de vehículos, mantenimiento del sistema, desplazamiento, mantenimiento y reciclaje de los vehículos.
- Esferas de valor con las que se relaciona el transporte, como son la esfera ambiental, social y monetaria.
- El tiempo. Se han empleado distintas referencias, correspondiente a los años 2007 y 2012, para poder así comprender las tendencias y periodos de amortización.
Mediante este análisis cruzado, desarrollado en las anteriores dimensiones, se obtiene una matriz de conocimiento que permite comprender nuestro modelo de transporte, así como las claves para reorientarlo hacia uno de mayor sostenibilidad económica, social y medioambiental.
Con ello, estas cuentas, las cuales han contado con la recopilación de ocho ministerios diferentes, suponen la continuidad del editado en 1996, “Hacia la reconversión ecológica del transporte en España”, dado que pasados 20 años y tras la continuidad de una política de transportes basada en la construcción de miles de kilómetros de vías de ferrocarril de alta velocidad y carreteras de alta capacidad, se veía fundamental actualizar estos datos ecológicos y conocer hacia donde ha desembocado nuestro sistema de transporte. Además, a diferencia de éstas, las Cuentas Ecológicas introducen las externalidades en el esquema analítico de la economía convencional (costes de destrucción del paisaje, costes del cambio climático, costes de vidas humanas, etc.), utilizándose un enfoque ecointegrador.
Resultados
- Gran incremento de la movilidad de personas. Si se dividen todos los recorridos realizados nacional e internacionalmente entre todos los habitantes, en 2012 esta movilidad correspondería a un desplazamiento diario de cada persona de unos 45,5 km, mientras que en 1992 eran 28,3 km. Es decir que en 20 años se ha producido un incremento de kilómetros por habitante superior al 50%. Concretamente, este incremento se ha asentado principalmente en el automóvil y el avión, los dos medios con mayores impactos socioambientales. En este contexto, cabe destacar también que en 2007 la cifra era aún mayor, 49,6 km por habitante y día, pero la crisis ha provocado una disminución hasta 2012.
- Fuerte aumento del trasiego de mercancías. En lo que se refiere al transporte de mercancías en 2007, año de inflexión del ciclo expansivo previo, si se divide el recorrido de todas las mercancías desplazadas internamente y las procedentes del comercio exterior entre el número de habitantes, se obtenía una media de 91 kilómetros por persona y día, frente a los 52 de 1992. Se revela de este modo cómo los años de expansión económica estuvieron directamente correlacionados con un fuerte incremento en el trasiego de mercancías consumidas por la economía española.
- Un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero son imputables al transporte. En lo que se refiere al cambio climático, el estudio concluye que las emisiones de gases de efecto invernadero debidas al transporte, en vez de representar el 23,7% de todas las emisiones (cifras oficiales), llegan hasta el 40% si se tienen en cuenta las emisiones del transporte de las mercancías que llegan de mercados exteriores –en su mayor parte por vía marítima– y si al mismo tiempo se contabilizaran las emisiones generadas en todo el ciclo de vida de los medios de transporte, y no solo en la fase de desplazamiento.
- Avión y automóvil, los más despilfarradores. En lo que se refiere al consumo energético se muestra cómo el automóvil y el avión siguen siendo los medios de transporte que más energía consumen por persona desplazada, y cómo el automóvil sigue siendo el medio más ineficiente en áreas urbanas y metropolitanas.
- Gran ocupación de suelo. El suelo transformado para permitir el desplazamiento de vehículos en todo el Estado equivale a 820.000 campos de fútbol, de los que la mayor parte (más del 90%) corresponden al requerido para el transporte por carretera.
- El automóvil, el más caro. El mayor coste económico por desplazamiento –teniendo en cuenta no sólo los costes debidos al desplazamiento (combustible), sino también los correspondientes a la adquisición del vehículo y mantenimiento– muestran cómo el automóvil sigue siendo el medio más caro para desplazarse.
A estos resultados se suman otros de gran impacto como las 666 horas/ año que cada habitante pierde con el uso del coche (260 horas al año en desplazamientos + 75 horas de tiempo parásito -para buscar aparcamiento- + 331 horas de tiempo virtual -que debe invertir el propietario en horas de trabajo para sufragar los gastos de compra-), los 45,5 kilómetros que recorremos como media cada al día o los 404 kilos de aumento de peso medio de los coches en los últimos años, hasta rozar la tonelada y media.
Conclusiones del estudio
En España, aunque la crisis frenó el nuevo ciclo de expansión de la movilidad propiciado por la metropolización de las ciudades y la globalización, que llevaba activo más de dos décadas, el peso de esta actividad en indicadores como la emisión de gases de efecto invernadero ha seguido siendo preponderante, lo que sugiere que se trata de uno de los retos ambientales y sociales más difíciles e importantes a resolver en nuestro país.
Sin embargo, los medios de transporte no han sido los únicos culpables de este aumento de contaminación. La creación de infraestructuras para los mismos (carreteras, aeropuertos…) es otra fuente importante, más aun cuando, derivado del boom de la construcción, se ha producido una hipertrofia del sector.
Estas son muy superiores a las que verdaderamente necesitábamos, y todas estas han producido un impacto negativo no sólo medioambientalmente, sino también en la sociedad al generar un gasto económico innecesario del cual hoy estamos sufriendo las consecuencias.
Los medios de comunicación han sido testigos de estos excesos cometidos durante las dos últimas décadas en materia de movilidad y transporte: aeropuertos sin aviones, autopistas sin apenas coches, estaciones de AVE sin personas, cierre o bloqueo de servicios de tranvía…, traduciéndose todo ello en agujeros económicos de todo tipo de administraciones (locales, autonómicas, central) que habían apostado por infraestructuras y servicios de transporte de alto coste sin ajustarse, en la mayor parte de los casos, a un análisis económico riguroso, ni costes de oportunidad, ni contraste de alternativas.
El modelo de transporte actual debe, por lo tanto, evolucionar. No se debe conformar con poder llegar a más sitios con mayor rapidez y comodidad, debe ir más lejos buscando un modelo sostenible que busque soluciones eficaces.
Enlaces de interés: “Las cuentas ecológicas del transporte en España”, 2014.
“Hacia la reconversión ecológica del transporte en España”, 1996.
Fotografía: transport by ibrandify from the Noun Project
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