Hasta que podamos volver a disfrutar de las calles, las montañas, los ríos, la playa… y relacionarnos en persona con nuestros amigos, compañeros y familiares [#QuédateEnCasa #AplanaLaCurva], te contamos unas cuantas cosas muy sostenibles que podemos hacer en nuestras casas… e ir preparando otras que podremos hacer en un futuro que esperamos próximo. Hoy hablamos sobre los residuos.
Cosas sostenibles que h acer en casa: #AcabaConLaBasura
Fotografía de: mali maeder en Pexels
#CuentaLosPlásticos
Delimita un perímetro y cuenta todos los objetos de plástico que contiene. Por ejemplo, los botes de plástico que puede haber en el cuarto de baño. A continuación, selecciona aquellos objetos de plástico que podrías sustituir por otros productos que no los necesiten, por ejemplo, sustituir el jabón de manos en bote de plástico por una pastilla de jabón, que además pesa menos. Otro ejemplo, reemplazar las cuchillas de afeitar desechables por una maquinilla eléctrica. Para finalizar, puedes comparar la cantidad de objetos de plástico que actualmente usas en ese sector de la casa (el baño en este caso) con la cantidad de objetos de plástico resultantes si cambiásemos algunos de ellos por otros que no. Te puedes plantear como objetivo ir disminuyendo la cantidad de plásticos de forma progresiva y en función de la dependencia que tengamos. Por ejemplo, conseguir pasta de dientes que no venga en un envase de plástico es casi misión imposible, pero hay otras como el jabón o el gel que tienen un fácil sustituto.
#DesnudaLaCompra
Tras uno de tus rápidos viajes al mercado o supermercado para comprar comida, coloca tus compras sobre una mesa y dedica un rato a clasificar sus envoltorios desechables. Verás la enorme cantidad de plástico efímero que has llevado a tu casa, y que saldrá en poco tiempo dentro de la bolsa de residuos de envases ligeros (el cubo amarillo). La cosa está clara: en tu siguiente viaje al supermercado, dentro de las posibilidades que nos deje la presente emergencia, echa en el carrito los alimentos menos cubiertos de capas de plástico que sea posible.
Fotografía de imordaf en Pixabay
#ConstruyeUnClasificador
No hay nada más horrendo que una bolsa llena de basura mezclada y maloliente, y nada más hermoso que una colección de residuos correctamente clasificados. Papeles y cartones (siempre limpios, nunca manchados de grasa) se pueden colocar en una caja o cesta aparte en cualquier parte de la casa, o en una bolsa de papel de las múltiples que nos dan en tiendas, y que tenemos guardadas en alguna parte. El apartado de “restos” (todo lo que no es materia orgánica, ni envases ligeros, ni papel y cartón, ni vidrio, ni residuos especiales como las pilas) tampoco abulta mucho y no molesta aunque pasen varios días. Los envases ligeros (plásticos, latas, bricks) necesitan una bolsa aparte que además hay que bajar al contenedor todos los días o casi todos. A no ser que los enjuagues rápidamente o con servilletas usadas elimines los restos orgánicos: luego los comprimes lo más posible y la bolsa amarilla resultante es ligera, ocupa menos espacio y no huele mal.
Frascos y botellas de vidrio, por el contrario, aguantan bien varias semanas en su contenedor. El comportamiento del cubo de materia orgánica depende mucho de si consumimos muchos productos frescos y de si estos incluyen muchas carnes y pescados. Los restos de vegetales no huelen mal y se pueden bajar una vez a la semana. Por último, es fácil destinar unos cuantos envases improvisados (cajas de cartón recicladas o botes de plástico o cristal, por ejemplo) a guardar pilas gastadas, lámparas fundidas y otros tipos de residuos especiales.
¡Se la envidia de tus vecinos con tu megasistema de selección casera de residuos!
Y por último están esos que siempre olvidamos: los residuos de medicinas. Estos son difíciles de reducir, los que necesitamos son los que necesitamos, pero siempre puedes tener una pequeña bolsa o caja de cartón en la que irlos depositando para llevarlos al punto SIGRE de la farmacia más cercana al salir de casa, así evitarás dudar dónde depositarlos cada vez que los generes. Recuerda que es muy importante no mezclarlos con el resto de los residuos y que debes incluir el medicamento y la caja, envase o blister.
Infografía: Reva Swiedler
#CompostajeDeBalcón
Si tienes un balcón con el tamaño suficiente (y no digamos una terraza) plantéate comenzar a compostar. Los materiales los tienes todos a mano: algunas cajas de madera desechadas (las de frutas y verduras son las mejores) y unos cuantos listones. Construye tu compostador y aliméntalo con residuos vegetales. Tras unas semanas de paciencia, obtendrás un rico mantillo para tus plantas o las de tus vecinos. Más información en esta infografía.
Fotografía de Volker Glätsch en Pixabay
#ResiduosMuyEspeciales
Con disponer de un poco de tiempo, podemos clasificar aquellos objetos que nos son inservibles, pero que no pueden ser desechados de cualquier manera, es decir, tienen que ir a punto limpio. Algunos ejemplos son: pilas y baterías, electrodomésticos usados, pinturas, aceites de cocina y de motor, lámparas y bombillas, residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), termómetros de mercurio, etc. Los puntos limpios son los sitios habilitados por el ayuntamiento para depositar este tipo de residuos, en donde se asegura su adecuado tratamiento y gestión. La localización de estos puntos limpios se puede consultar en la página web de tu municipio. Debido a la situación de emergencia, a día de hoy no es posible trasladar estos residuos al punto limpio, pero puedes hacer la búsqueda y clasificación de este tipo de residuos y, cuando todo esto acabe, llevarlos para su adecuado tratamiento.
Con información proporcionada por Lucas Peces Coloma
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