Como todo en la vida de las compras importantes, es decir de una compra de algo caro y que te tiene que durar unos cuantos años, el camino no es fácil y la decisión cuesta tomarla. Comprar un vehículo de bajas emisiones, como un híbrido, o de emisiones cero, como un eléctrico, es un decisión más compleja que si te quieres comprar un vehículo de combustión como los de toda la vida.
Lo primero, porque la oferta es menor y lo segundo porque la banda de precios es susceptiblemente más alta comparándola con los de combustión. Además en la práctica no hay casi opciones de vehículos nuevos pero ya matriculados, los llamados de kilómetro cero, que siempre resultan más baratos. Pero esto no nos desmoraliza, ya que partimos de una férrea convicción de que queremos comprar un medio que nos transporte con un mínimo impacto sobre el planeta, y que no repercuta excesivamente en nuestros bolsillos.
Lo primero que hay que tener claro es para qué quiero el vehículo, siguiendo este análisis minuciosamente llegarás a la conclusión objetiva de lo que realmente te conviene: si un híbrido o un eléctrico. Y es que en la actualidad la decisión de comprar un eléctrico no te la ponen fácil por varias razones:
• Oferta del mercado.
• Autonomía de las baterías.
• Infraestructura de recarga de las baterías.
• Precio y condiciones de pago.
Oferta del mercado actual. Hemos probado dos vehículos eléctricos en el segmento de compactos, Renault Zoe y Nissan Leaf, ya que aunque existen hasta 9 opciones en el mercado, en la práctica sólo dos, desde nuestro punto de vista son accesibles económicamente y otros curiosamente aunque se publicitan no están disponibles en los concesionarios.
Su conducción es más que confortable, ningún ruido, salvo el de la rodadura de los neumáticos, salpicadero intuitivo donde solo te debes preocupar de llevar la aguja que marca el consumo de energía a la zona verde. Además al ser automáticos, y una vez que te acostumbras a tener el pie izquierdo de florero, la conducción es más que fácil. Además podemos decir que son “nerviosos” ya que en parado levantando un poco el pie del freno ya inician la marcha y apretando un poquito el acelerador nunca te van a defraudar si tienes que salir rápido en un cruce o en una rotonda. Ah, y gozan de todas las prestaciones como cualquier otro vehículo actual: música, climatización, visión trasera para facilitar el aparcamiento, etc., claro según modelos. En la conducción de un eléctrico es muy importante aplicar la conducción inteligente: anticipación, suavidad en la conducción, evitar frenadas y acelerones bruscos, etc.
Hablemos de la autonomía de las baterías. La publicidad habla de 350 km y hasta de 400 km de autonomía de las baterías actuales, pero en la práctica y como te informan en el concesionario la autonomía real no sobrepasa los 185 km. Curiosamente y a diferencia de los vehículos de combustión, los eléctricos consumen menos en ciudad que en carretera. ¿La clave?, en la frenada, frenar nutre de energía a las baterías y las recarga. Siguiendo este principio, en carretera solo aceleramos, rara vez vamos frenando, esto hace que se tire continuamente de batería. En ciudad, baja velocidad y frenada habitual hacen que las baterías cundan más.
La infraestructura de recarga de baterías es obligatoria tenerla. Cuando estudias la oferta del mercado te ilusionas al descubrir que los nuevos eléctricos incorporan un cable de carga con enchufe convencional que te permite cargar en cualquier enchufe de casa, pero cuando llegas al concesionario te desmontan “tu fantasía”. Cargar con este cable sólo puede ser de manera ocasional y para salir del paso hasta llegar a una torre de carga convencional para vehículos eléctricos. Además no te conviene hacer trampas ya que la batería “sufre” mucho con esta modalidad de carga y te ocurrirá que tu batería va a perder capacidad de carga mucho antes de los 8 años que te garantizan los fabricantes. Y claro, si la batería la tienes en propiedad te va a salir por un pico y si la tienes en la modalidad de alquiler te van a sacar los colores, ya que estas baterías tienen historial de carga y cuando la lleves para que te la cambien te van a decir que has incumplido el contrato y que por lo tanto es cosa tuya. La instalación de una torre de carga en tu casa: patio o plaza de garaje te puede salir por unos 1.500 euros.
Y por último el precio y las condiciones de pago. Lo primero decir que un coche eléctrico lo puedes encontrar con la opción de batería en alquiler o compra completa, pero no en todas las marcas. Renault ofrece el Zoe con las dos opciones, mientras que Nissan solo tiene la opción de compra completa. Si compramos en modo alquiler de batería el Zoe te sale cerca de los 29.000 euros, mientras que si lo adquieres con la batería de tu propiedad estás en los 35.000 euros más o menos y dependiendo de los modelos. En el caso del Nissan Leaf te puede salir por unos 32.000 euros.
En el caso de que la batería sea de alquiler vamos a tener que firmar un contrato de alquiler con el fabricante por el que pagaremos según los kilómetros que hagamos al año. Menos de 15.000 km unos 90 euros, más de 15.000 km unos 120 euros al mes. Esto te incluye una garantía permanente en el tiempo que te garantiza la reposición de una nueva en el caso de que de problemas de carga o la instalación de una nueva de mejores prestaciones según vaya avanzando la investigación en este campo. Es decir, que puedes ganar en autonomía pero claro, a costa de un envejecimiento del vehículo.
Primer problema: doblan en precio prácticamente a los de combustión, y claro, antes de pagar 16,000 euros más por “las mismas prestaciones” hay que estudiarlo y sacarle bien la punta al lápiz. Lo primero, y vamos a ser claros, es que hoy por hoy si no hay ayudas del plan Movea, y a fecha de hoy no han salido, se hace muy cuesta arriba su compra. Si se mantienen las cantidades del año pasado, descuentas 5.500 euros al precio, pero que no se te pase que esta ayuda después la tienes que declarar en la declaración de la renta y… bueno pues depende de cada realidad personal. Además y si entregas un coche de más de 10 años descuentas otros 1.000 euros, pero el Pive tampoco ha salido todavía este año.
La situación a día de hoy es que las marcas están a la expectativa de que salgan estas ayudas para poder aplicar ellas sus ofertas sobre las ayudas estatales y, salvo Nissan que te financian la torre de carga si no la tienes, el precio no tiene ninguna modificación sobre el de tarifa hoy por hoy. Una medida, según los concesionarios, para presionar al Gobierno y que las saque los antes posible.
Pero alguna ventaja en el precio/año tienen los eléctricos sobre los de combustión y es que su mantenimiento es del orden del 70% más barato. Lo normal es que sea una vez al año, nos dicen que está en los 40 euros más o menos, mucho más barato que en uno de combustión con sus filtros, aceites, correa de distribución, etc. Otro ahorro se consigue en los aparcamientos en ciudad, parece ser que en todas las ciudades españolas con regulación de aparcamiento puedes aparcar por tiempo indefinido en el día con coste cero. Ah, y está calculado que el coste en luz de un eléctrico a los 100 km es de un euro, céntimo arriba, céntimo abajo.
Bueno y ante esto qué hacemos, cual tiene que ser mi decisión de compra, cómo puedo saber si estas máquinas de última generación, buenas para el planeta pueden ser buenas también para mi bolsillo. Está claro que hay que hacer cuentas pero tampoco muchas. Partimos de que a grosso modo la diferencia de precio entre un eléctrico y uno de combustión del mismo segmento, en este caso compacto, es de 16.000 euros. Si hacemos el cálculo con el coche con baterías en propiedad tenemos que ver si en unos 8 años, que es el tiempo de garantía de las baterías, somos capaces de amortizarlo. Con el mantenimiento del vehículo podemos ahorrar unos 1.500 euros en total los 8 años. Con el combustible, si hacemos unos 15.000 km/año gastaremos unos 150 euros en electricidad, mientras que en gasolina nos saldría por unos 1.050 euros. Al cabo de 8 años nos ahorraríamos unos 7.200 euros.
Ya llevamos ahorrados 8.700 euros, contando con las ayudas del Movele y Pive sumaríamos a este ahorro 6.000 euros más, es decir estaríamos en un ahorro de 14.700 euros. Para poder llegar a los 16.000 euros de diferencia nos faltan 1.300 euros que los podemos compensar con el ahorro en aparcamientos en superficie en la ciudad durante los 8 años. En conclusión, con criterios de los que usa el mercado hoy por hoy, solo nos saldría algo rentable un eléctrico si su uso es 100 x 100 en la ciudad y diario, si no, o somos fervientes seguidores de nuestro planeta o… o la opción puede ser el híbrido.
En el mercado, el líder de híbridos es Toyota. La opción puede ser el Yaris en un modelo medio te sale por unos 14.700 euros. Claro, aquí todavía dependes de la gasolina, unos 3 litros a los 100 km, el gasto en mantenimiento es el habitual y el de aparcamiento en ciudad es reducido, no gratuito a no ser que sea un híbrido enchufable. La conducción de un híbrido es igual de silenciosa que la del eléctrico cuando se sitúa en la conducción eléctrica. Igualmente son automáticos, lo que da confort a quien conduce.
José Mª González Bengoechea
Increíble tanta información errónea junta . No ha hecho bien los deberes . Soy un usuario de vehículo eléctrico y le afirmó que no tiene usted ni idea
Una pena que en sus artículos se ciñan a la información que les dan en el concesionario. Desgraciadamente no suelen ser los primeros en interesarse por la venta de estos vehículos y su información no suele ser muy buena.
Por favor, entrevisten a algún usuario de VE o pónganse en contacto con nosotros, la AUVE, para poder darles información mas fidedigna, ya que lo que se puede leer por aquí es cuando menos muy equivocado en muchos aspectos, en lo que se refiere a los vehículos eléctricos.
Comprar un híbrido cuando existen en el mercado desde los años 90, es de un retraso que no tiene explicación…. 100% eléctrico sin duda alguna