Dónde comprar
Para comprar alimentos locales, de temporada y ecológicos no siempre vale cualquier establecimiento y es posible que en tu supermercado de referencia no encuentres todo lo que necesites con estas características. Las grandes superficies desarrollan su negocio con un modelo que trata de reducir costes al máximo y con una cultura de la compra basada en la inmediatez. Por eso, aunque sin negar las bondades de estas cadenas (como la diversidad o la facilidad de tener todo en el mismo espacio) te vamos a recomendar varios lugares.
Los primeros son bien conocidos: los mercados municipales. La cercanía con quién te está proveyendo te permite preguntar y conocer mejor el producto: origen, tratamientos, distintivos, cómo prepararlo, cómo conservarlo, etc. Posiblemente conocerá el producto y podrá transmitir aguas arriba (hacia la productora) las demandas de su clientela: si hay más gente que demande ganadería extensiva, certificación ecológica, etc. Además, estarás apoyando pequeños comercios locales y la creación de empleo.
También existen los mercados que no tienen una estructura fija ni encuentras todos los días, un clásico de la geografía española: los conocidos como agromercados, mercados de productores o ferias agroecológicas y de artesanía. Estos se suelen darse con diferente periodicidad y presentan las ventajas del mercado en cuanto a la comunicación y el apoyo al trabajo local. Además, en muchas ocasiones los productos son locales. Por ejemplo el Mercado de Productores Planetario se cita dos domingos al mes para acercar al municipio de Madrid productos de Km 0. Hay otros que tienen menor frecuencia, como el Mercado de Productores de Toledo. Los mercadillos son algo muy frecuente en todas las regiones de España. Para encontrar mercadillos que comercialicen productos ecológicos puedes usar este buscador.
Tanto para los mercados fijos como para los periódicos, encontramos otra ventaja: la reducción de envases. Generalmente los productos tienen menos envoltorios e incluso puedes llevar tus bolsas, botes, tapers, etc. de tu casa reduciendo así los residuos.
Por otro lado, existen tiendas especializadas: desde tiendas especializadas en un tipo de producto (véase como ejemplo una tienda que se dedica a vender los quesos de tu comarca o región) o tiendas con todo tipo de productos ecológicos. Por suerte, ahora es más fácil gracias a toda la información que contiene internet. Lo cual, nos lleva a otro tipo de compra: la compra online. Esto nos abre un mundo de posibilidades y nos permite tener la oportunidad de comprar casi cualquier cosa. Visto así, puede parecer que es una gran ventaja ya que podríamos tener todo tipo de productos sostenibles en nuestra mesa. Y es cierto. Pero también es cierto que este tipo de consumo implica mayores emisiones de gases de efecto invernadero. Por eso, en la medida de lo posible, sal con el carrito, bolsa o mochila a las tiendas de tu barrio que, como añadidura, fomentará el trabajo local y otra idea vital para el desarrollo sostenible: un urbanismo donde se tenga a mano el máximo de servicios posibles. Si dejamos de alimentar el pequeño comercio de barrio acabará por extinguirse.
En el caso de que vayas a comprar online, una manera de evitar esas emisiones individualizadas es hacer grandes pedidos. Además, haz pedidos grupales. Habla o escribe a familiares, amistades, gente conocida, etc., y organiza un pedido grande de dichos productos y su posterior reparto. Lo cual nos lleva a los grupos de consumo.
Los grupos de consumo son grupos de personas que se organizan para ponerse en contacto con productores y establecer una relación entre ambas partes para consumir sus productos. Estas relaciones son variadas: desde consumidores que simplemente piden el producto hasta cooperativas en las que las consumidoras también son responsables de la producción y mantenimiento del producto. Generalmente estos grupos comienzan pidiendo productos de la huerta pero con el trabajo del colectivo se pueden recibir todo tipo de cosas: quesos, productos de repostería, legumbres, harinas, carne, conservas, etc. Es el propio colectivo quien decide qué se pide, cómo se pide y cómo se organiza en general: si se quiere que tenga o no tenga sello de certificación ecológica, si se aceptan intermediarios y/o distribuidoras, periodicidad de los repartos, etc.
Cómo comprar
La primera y gran clave para comprar es ¡usar la cabeza! Te parecerá algo obvio, pero entre el poco tiempo que tenemos algunas personas y las estrategias de algunos supermercados para conseguir que compres más, a veces llegas a casa y te das cuenta de que te has olvidado varias cosas pero en cambio podrías llenar una bolsa entera con productos que no necesitarías y, que encima, tienen poco de saludable para ti y para el planeta. Por eso, te recomendamos planificar tus compras.
Una norma básica para ello es llevar siempre la lista de la compra. Tras haber pensado qué es lo que vas a comer durante la semana (ver Ecobricolaje) apúntate todo lo que quieres comprar. Ve con tiempo, las prisas son grandes aliadas de los despistes. Además, si puedes elegir, no vayas ni con hambre ni con cansancio a la compra. La primera, según refleja más de un estudio (aquí un ejemplo), nos aumenta la impulsividad de las compras y puede terminar en adquirir un montón de alimentos poco saludables. Y, por otro lado, el cansancio es un perfecto aliado para “dejar para mañana lo que puedes hacer hoy” o cambiar la planificación para comprar productos ultraprocesados que se pueden cocinar en el microondas en un minuto. Si ocurre cualquiera de estas cosas, tampoco pasa nada, es totalmente legítimo. Pero si puedes elegir, te recomendamos firmemente estos cuatro consejos.
Como ya hemos mencionado antes, ir a comprar andando tiene el beneficio de evitar las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte. Claro está, también las evitamos si vamos en bicicleta. Pero la reducción de contaminación también la puedes poner en práctica de otra manera: reduciendo residuos o, en su defecto, eligiendo productos cuyos residuos sean menos nocivos para el planeta. Estamos hablando de los envases.
Por suerte, cada vez más está volviendo la compra a granel. Aparte de ser tiendas que evitan los envases innecesarios, las bolsas que suelen tener son de papel. Pero, si quieres ir un paso más allá, llévate tus propios tarros para rellenarlos. O incluso las bolsas de papel que te llevaste la última vez que compraste a granel. Y lo mismo puedes hacer en el mercado: lleva tus tuppers, bolsas de silicona con cierre de zip, bolsas de malla o tela, etc. Aquí puedes ver 14 trucos que puedes hacer para reducir el número de envases que adquieres al comprar.
Para animarte más a adquirir tus alimentos así, te damos la buena noticia que desde el 2022, con la Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular los comercios minoristas de alimentación tiene la obligación de dedicar un 20% de su espacio a productos sin embalaje primario, es decir, a granel o envases reutilizables. Todavía queda mucho por hacer para conseguir una economía circular sin residuos pero esta ley es un paso más hacia ese objetivo.
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