La relación entre la salud, el cambio climático y la contaminación tiene gran relevancia, por lo que fue un tema importante de la COP25. Aquí exponemos algunos puntos interesantes que se hablaron en una reunión a la que pude asistir.
La influencia de las zonas verdes en la salud, como grandes parques con vegetación arbórea, y los cambios urbanísticos, ayudan a reducir la contaminación en las ciudades. Las zonas con espacios verdes mejoran el confort térmico de los ciudadanos, y además pueden evitar el padecimiento de asma y síntomas respiratorios agudos. Estudios recientes demuestran que los árboles contribuyen de una forma muy relevante a la reducción de la contaminación, tanto absorbiendo CO2 como reduciendo los efectos negativos de otro tipo de contaminantes como los óxidos de nitrógeno.
En las ciudades existe un efecto llamado “isla de calor” urbana, efecto derivado de la contaminación que se produce dentro de las ciudades, siendo clave la habilitación de zonas verdes, ya que los árboles filtran los contaminantes del aire, y a su vez retienen las partículas en sus hojas, también aumentan la humedad y ayudan a reducir la temperatura de los suelos, por lo que las zonas verdes promueven un entorno urbano mucho más sostenible.
Avalado por estudios científicos, se tiene certeza de que en las grandes urbes, los hospitales reciben más infartos de miocardio cuando la población se expone a episodios por alta contaminación. A su vez, se puede afirmar que existe una estrecha relación entre el exceso de decibelios (ruido) y la probabilidad de padecer ictus. En opinión de Jordi Bañeras, cardiólogo e investigador, la relación entre el la contaminación, el cambio climático y la salud es directa.
Jordi Bañeras insistió en que la contaminación es a día de hoy una de las principales causas de muerte prematura, por lo que la crisis climática a nivel global, y más concretamente su manifestación como la contaminación atmosférica a nivel local, son un potencial factor de riesgo para la salud. Se relacionan los picos de contaminación con el padecimiento de infartos de gran gravedad. Según un estudio realizado en Barcelona, los contaminantes pasan a la sangre, y de ahí van al corazón produciendo infartos, por lo que esta relación está demostrada científicamente.
Yolanda Erburu, directora de Comunicación, RSC y Fundación Sanitas, destacó que la contaminación atmosférica y acústica se han convertido en un riesgo para nuestra salud, por lo que se debe abordar este problema aumentando las zonas verdes en grandes ciudades como por ejemplo Madrid. Esto traería consigo que la población tuviera menos probabilidad de padecer una enfermedad respiratoria y/o cardiovascular, ya que es en estos emplazamientos donde se pueden practicar estilos de vida que son beneficiosos para la salud pública. Con entornos favorables se promueven actividades que mejoran la calidad de vida de las personas.
Las grandes empresas, también las sanitarias, generan una huella de carbono no despreciable, ¿cómo la reducen? Sanitas informó de una serie de medidas comprometidas con la reducción de la huella de carbono:
• Electricidad proveniente de energías renovables.
• Servicios cero emisiones, como historias clínicas electrónicas, vídeo consulta para que los pacientes no se desplacen, etc.
• Promoción de estilos de vida saludables para evitar la obesidad y el sedentarismo.
• Participación en proyectos de regeneración urbana.
Hay una tendencia reciente entre aseguradoras médicas de sustituir pruebas y medicación por ejercicio físico y cambio de dieta, ya que resulta más barato. Como muestra, el proyecto llamado Healthy Cities, que tiene como reto que 160.000 empleados de 40 empresas caminen 10.000 pasos al día durante nueve meses. De esta forma se están promoviendo hábitos saludables y ciudades más sostenibles.
Santiago Saura, concejal portavoz en la comisión de Medio Ambiente y movilidad en Madrid, explicó que el ayuntamiento de Madrid está trabajando en la habilitación de un bosque metropolitano de 75 kilómetros que rodeará la ciudad de Madrid y que hará que incrementen las zonas verdes.
Esta medida está basada en tres principales ejes:
• Lucha contra la contaminación.
• Descarbonización.
• Gestión del espacio urbano.
La garantía de tener zonas verdes y peatonales, es muy importante para mejorar la calidad del aire, y la salud de los habitantes.
Otro estudio, desarrollado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), ha demostrado los beneficios que conlleva para la salud dotar de zonas verdes las áreas urbanas, señalando que los niños que crecen rodeados de espacios verdes mejoran su capacidad de atención.
Para finalizar Jordi Bañeras planteó una perspectiva optimista, diciendo que el cambio climático y la contaminación son factores de riesgo modificables, y que está en nuestras manos impulsar un cambio en beneficio de nuestra propia salud.
Texto y foto: Laura Velasco Puig
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