Para el medio ambiente
El automóvil actual, cuyo diseño ya estaba fijado a finales del siglo XIX, es un artefacto de más de media tonelada de peso, movido por un motor de combustión que funciona haciendo explotar una mezcla de combustible petrolífero con aire en el interior de un pistón, cuya energía se transmite a las ruedas mediante un cigüeñal. No es de extrañar que los ecologistas lo consideren como el equivalente de los dinosaurios en el panorama de la tecnología de comienzos del siglo XXI.
La flota de automóviles en cualquier país de renta alta comparada con la media mundial es impresionante. Según el informe de la ANFAC de 2020 en España había alrededor de 30 millones de vehículos; de los cuales 25,1 son turismos –a razón de 1 turismo por cada 1,88 habitantes. El continuo incremento de las ventas de automóviles, además, se considera como un indicador de la salud de la economía nacional.
En las ciudades de tamaño medio a grande, el automóvil es directamente una pesadilla para el medio ambiente:
- En primer lugar, ocupa mucho espacio, tanto si está en movimiento por las calles como si está parado en una de las escasas plazas de aparcamiento. Las relativamente densas ciudades europeas ya han llegado al límite de saturación al respecto, y el resultado son millones de horas perdidas en atascos, sin contar el daño para la salud psicológica de los conductores.
- También genera gran cantidad de contaminantes atmosféricos, que son ya el primer factor de contaminación de la atmósfera urbana, por delante de la industria o las calefacciones. Recientes estudios ligan a la contaminación gran parte de la mortalidad en España y en el mundo, aparte de los consecuentes problemas respiratorios como el asma.
- Por último, pero no menos importante, el ruido del tráfico rodado constituye al menos las tres cuartas partes del ruido ambiental que sufren los habitantes de las ciudades.
La solución del gigantesco problema ambiental que supone el vehículo privado es, por lo tanto, una de las principales iniciativas que se deben tomar para alcanzar un estilo de vida sostenible.
Para tu bolsillo
Lujo o necesidad, pero en cualquier caso caro
Oficiosamente, se admite que, a finales de la segunda década del siglo XXI, el sector del automóvil supone por lo menos uno de cada 10 euros que se mueven por la economía europea. Su impacto sobre la economía doméstica es todavía más importante. Poseer un coche supone un desembolso muy grande, el siguiente en importancia tras los gastos en alquiler o adquisición de vivienda.
El uso del coche no se justifica en muchos casos bajo criterios de racionalidad económica. Muchas personas que lo utilizan intensivamente en las ciudades, probablemente ahorrarían dinero empleando el transporte público, usando los cada vez más extendidos servicios de bicicletas, patinetes o carsharing o incluso utilizando el taxi. Hay que tener en cuenta que el uso del coche está centrado en recorridos cortos, a veces de tan solo menos de 500 m. Según un informe de la Diputación Foral de Bizkaia el 45% de los trayectos tienen menos de 3km, recorridos que se harían en 10 minutos en bici -haciéndola mucho más efectiva que ir en coche.
Así pues, cualquier persona puede ahorrar mucho dinero simplemente no comprando un automóvil si no lo necesita de verdad.
Pero puestos en la realidad práctica, es decir, asumiendo que casi todo el mundo maneja un coche privado, también existen opciones (un buen mantenimiento, técnicas de conducción economizadoras, vehículos compartidos, etc.) para que el gasto sea lo más reducido posible.
Ayudas para la renovación del sector
El sector del automóvil se enfrenta a grandes cambios en los próximos años. Gracias a directivas y programas de la UE, como Auto-Oil y los programas de limitación de plomo en las gasolinas, los límites legales de emisión de contaminantes (óxidos de nitrógeno, plomo, hidrocarburos, etc) y de gases de efecto invernadero (especialmente el dióxido de carbono) por cada kilómetro recorrido en un coche, se han reducido de tal forma que buena parte de la flota actual de vehículos privados deberá ser renovada.
En consecuencia, el gobierno lanza de cuando en cuando programas de subvenciones para facilitar la compra de automóviles más modernos y eficaces (Renove, Prever, etc.). Aunque, como novedad en los últimos años ha aparecido el Plan Moves.
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