Hay varios tipos de autoconsumo, el primero es el autoconsumo instantáneo. Un kit de autoconsumo solar es como un electrodoméstico más en nuestro hogar, con el cometido de hacernos ahorrar en la factura de la luz captando los rayos del sol en cada instante, convirtiendo la radiación solar en electricidad, la cual se puede usar en todos los equipos del hogar. Esta electricidad generada en cada instante no se puede acumular, por lo que si estoy produciendo más de lo que consumo no la puedo aprovechar, ya que no la tengo almacenada.

Estos kits de autoconsumo se conectan directamente a la red eléctrica interior de la casa mediante un enchufe, alimentando por igual a todos los equipos del hogar. Se colocan con una orientación al Sur o lo más próxima posible y con una inclinación óptima del 30%, ya que las placas deben recibir la radiación solar de forma directa para una mayor producción anual de electricidad.

Este kit de autoconsumo está compuesto por un panel solar, un micro-inversor y un cable conectados en serie. El panel solar recibe los rayos del sol y los convierte en energía, esa energía pasa al micro-inversor (transforma la corriente continua en corriente alterna), y de ahí al cable, el cual se conecta a cualquier enchufe de la casa. Aunque este kit este conectado a la red mediante el enchufe no consume electricidad.

Gracias al autoconsumo podemos ahorrar en nuestra factura de la luz debido a que los electrodomésticos y todos los equipos del hogar se alimentan primero de la energía que estoy generando con los paneles solares y si hace falta electricidad es entonces cuando se coge de la red eléctrica. En estas imágenes podemos observar como funciona: si consumo más de lo que genero sólo tendría que pagar la diferencia (imagen 1); y si por el contrario genero más de lo que consumo esa diferencia al no poderse acumular la electricidad iría hacia la red eléctrica en forma de excedente (imagen 2).

Autoconsumo 100W
Ilustración: Solar Tradex – The renewable energy market

Otro tipo es el autoconsumo aislado, que funciona de la misma manera pero le diferencia el uso de baterías para almacenar la electricidad. De tal modo que mientras consuma menos de lo que produce la electricidad sobrante se va almacenando en esas baterías y así cuando necesites electricidad y no tengas puedes tirar de ahí. El problema es cuando no estas produciendo electricidad y ya se te ha agotado la que está almacenada, te quedas sin electricidad.

Por último está el sistema semi-aislado, que está formado por placas solares, dos inversores, siendo uno de ellos el que se ocupa de pasar la corriente continua a alterna y un banco de baterías. Durante el día las placas están recibiendo la radiación de la luz solar y se está convirtiendo en electricidad consumiéndose directamente si hay algún aparato enchufado (nevera, televisor, etc.). Si el consumo es mayor que la producción de energía entonces la energía que falta la sacaremos de las baterías, y si aun así no es suficiente nos apoyaremos en la red para cargar las baterías y no quedarnos sin electricidad.

Balance neto: inalcanzable… por ahora

El Balance neto permite “guardar” en la red la energía eléctrica que pueda sobrar en un determinado momento debido a que es muy difícil consumir exactamente lo que estás produciendo en ese momento. Esto se realiza mediante un contador bidireccional que acumula la electricidad que voy consumiendo de la red y le resta la energía sobrante que puedo inyectar a la red en un momento determinado. La compañía eléctrica cobra un pequeño peaje por el servicio del contador bidireccional. Es decir, el Balance Neto consiste en ceder energía que generas cuando te sobra y no la usas y recuperarla cuando tu instalación no genera esa electricidad.

El Real Decreto aprobado recientemente impone un “impuesto al sol”, que es un cargo económico extra para aquellos consumidores que, además de contar con el servicio de electricidad de la red, tengan un sistema de autoconsumo. Los autoconsumidores aparte de pagar los peajes al sistema como cualquier otro consumidor y la correspondiente a la demanda de energía que hagan de la red, la normativa prevé que tienen que “regalar”, los autoconsumidores de menor tamaño (menos de 100 kW), su excedente a la compañía eléctrica (no podrán acceder a la venta de la generación de energía sobrante que no consuman, pero si que podrán verter su excedente a la red sin cobrarla). Los consumidores con instalaciones de mas de 100 kW de potencia pueden vender lo no consumido siempre y cuando estén inscritos en un registro de vendedores.

El autoconsumo hasta hoy día era una buena idea ya que suponía un beneficio para el medio ambiente por no utilizar combustibles fósiles y usar energías 100% renovables. Con la bajada de los precios de las placas fotovoltaicas ha permitido a cualquier persona poder instalar una pequeña planta de autoproducción en su casa, en su trabajo, o incluso a nivel comunitario. Esto supone una gran pérdida de dinero para las empresas eléctricas, las cuales son apoyadas por el gobierno de tal forma que ha creado este Real Decreto para que no pierdan beneficios económicos. En estos casos se demuestra la falta de compromiso por parte del gobierno hacia el medio ambiente y la participación ciudadana, desincentivando el uso de energías renovables, el desarrollo del autoconsumo eléctrico y la generación distribuida.

Patricia Pinel

Más información: UNEF (Unión Española Fotovoltaica)