Fotografía: John Cameron en Unsplash

 

Hay residuos plásticos en la cumbre del Everest y en la fosa de las Marianas, el punto más elevado y el más profundo del planeta Tierra. Son casi 20 kilómetros de distancia cubiertos de bolsas desechables, botellas, blisters y envases diversos, en variados estados de descomposición. Hay islas de residuos plásticos del tamaño de Francia en mitad del océano Pacífico. Y hay cada vez más plástico en los peces que comemos. Ha llegado la hora de deshacernos del plástico desechable.

Es fácil decirlo, pero es más difícil ponerlo en práctica. Dirige tu mirada a tu alrededor y raro será que no tengas a la vista algún ejemplo de plástico efímero. Pero hay soluciones para este problema. Basada en la experiencia de personas que llevan investigando este asunto algún tiempo, esta sería la secuencia de actuaciones que te permitirá deshacerte del plástico, o al menos reducir su presencia en tu vida considerablemente.

Para empezar, las buenas noticias: cada vez más empresas y entidades se están quitando del plástico. Por ejemplo, la isla de Capri (Italia) o la aerolínea Hi Fly. Así como cadenas de supermercados. En España, dos de las más importantes que han eliminado las bolsas desechables son Lidl y Mercadona. Pero estas empresas siguen vendiendo gran cantidad de plástico efímero, y ahí es donde entramos nosotros. Ahí van cinco propuestas que cualquiera puede poner en práctica para alejar el plástico de nuestras vidas.

 

1. Si puedes elegir, elige vidrio, papel y cartón o metal

La mayoría de los alimentos envasados en plástico tienen versiones en vidrio, papel y cartón o metal. El problema viene si hacemos mucho consumo de leche y bebidas carbónicas, cuyas versiones en vidrio pueden ser más caras.

 

2. Localiza tiendas de venta a granel

Pueden ser de dos tipos: las de toda la vida, integradas en los mercados tradicionales, que venden legumbres, arroz, pan y macarrones al peso, y las nuevas tiendas de granel, que están proliferando y tienen una variedad enorme de productos, que ofrecen en la porción que necesitas exactamente y empaquetados en una pulcra bolsa de papel.

 

3. Localiza fruterías, verdulerías, pescaderías y carnicerías

No hay nada más frustrante que ir a por medio kilo de coles de Bruselas y encontrarlas metidas en una bandeja de poliespán retractilada con una lámina de polietileno. Para evitarlo, compra la comida fresca en tiendas especializadas de toda la vida o en la sección correspondiente de los supermercados. Ahí es donde entra la acción siguiente.

 

4. Lleva tus propias bolsas y envases

Esto ya requiere un poco de planificación previa. Consiste en llevar prevenidos unos cuantos tarros y envases reutilizables para que te pongan dentro los productos que no se pueden tirar así como así al fondo del carrito, como algunas frutas, carne y pescado fresco.

 

5. Simplifica tu vida

Es la acción más sencilla y radical. Consiste en eliminar de un plumazo algunas de tus compras superfluas empaquetadas en plásticos efímeros. Por ejemplo, sustituye geles y champús por pastillas de jabón. O puedes usar maquinillas de afeitar recargables en lugar de desechables. Hay muchas posibilidades.

Publicado originalmente en el blog El ciudadano autosuficiente, del diario Público

 

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