Habría que dejar de quemar combustibles fósiles en los vehículos, pero hasta que tal cosa ocurra podemos tomar algunas medidas, como reducir la velocidad. En contra de lo que se dice, pisar el freno también frena la contaminación, y además reduce los niveles de ruido y la siniestralidad.
Desde hace ya bastante tiempo es de conocimiento público la calidad del aire que respiramos todos aquellos que vivimos en Madrid. Particularmente notoria, la contaminación por NOx es una de las que más preocupa a los expertos, pues esa niebla con efecto rojizo en las fotos de la ciudad, tiene consecuencias en la salud bastante negativas.
En general, según su ficha internacional de seguridad química, los efectos de la exposición a este gas causan problemas en la piel y en todo el sistema respiratorio al ser una sustancia corrosiva, además puede afectar l sistema inmune y los pulmones, por lo cual nos vuelve menos resistentes a infecciones. Finalmente, y según pruebas con animales, posiblemente cause también efectos tóxicos en la reproducción humana.
A raíz de los episodios de alta contaminación que aquejan a la población de la capital del país, el Gobierno de la Comunidad de Madrid está contemplando dentro del “Protocolo de medidas a adoptar durante episodios de alta contaminación por NO2” una serie de restricciones a la velocidad permitida en las carreteras de la región. Se pasará de 100 km/h a 90 km/h con recomendaciones de conducir a 70 km/h y, por supuesto multas a quienes decidan infringir la norma.
Pero antes de que aquel tipo que maneja su súper camioneta, sin más compañía que la de su aire acondicionado o su calefacción a toda pastilla diga “¡Qué abuso, yo conduzco a la velocidad que quiera!”, o “¡Eso no sirve de nada!” les contamos que la medida de disminuir la velocidad en las carreteras para reducir el NO2 no es nueva, de hecho es bastante antigua en otras capitales europeas como París, con buenos resultados.
Teniendo claro que es una solución momentánea al problema de fondo que es la utilización de combustibles fósiles, está comprobado que cuando se conduce a mayor velocidad el motor combustiona y se calienta más, al encontrarse más caliente el nitrógeno del aire se oxida más produciendo mayor cantidad de NO2, por lo cual disminuir en unos kilómetros la velocidad en las carreteras sí funciona.
A pesar de que esta y otras medidas sean quizás incómodas, es el precio que deberemos pagar por continuar bajo la idea ya prehistórica de que los combustibles fósiles siguen siendo el futuro.
Rosely Rojas Rizzo
Para ver y revisar el protocolo mencionado completo
Para ver y revisar la ficha técnica completa del NO2
Nota de prensa sobre las nuevas restricciones en la velocidad de las carreteras de la Comunidad de Madrid
Reducir la velocidad para contaminar menos, no solo es una estupidez, sino que además, produce el efecto contrario.
Razonamiento.
1º- Buscar un índice dentro de la tecnología automovilística que garantice un mayor o menor consumo de combustible, sin duda, el mejor es el número de revoluciones por minuto, para un mismo conductor y vehículo.
2º- Debido a la acción de la caja de cambios, podemos ir a una velocidad de 40 km., o a 120, al mismo nivel de revoluciones.
Pasemos ahora a un ejemplo claro, sin posibles polémicas, una misma persona con su automóvil.
El señor Gómez recorre la distancia del punto A al B a 70 kilómetros por hora y a un nivel de revoluciones constante. Al día siguiente realiza el mismo trayecto, con un nivel de afluencia idéntica a 100 kilómetros por hora y el mismo nivel de revoluciones.
Conclusión: El trayecto a mayor velocidad se cumple en menos tiempo, por lo tanto, el consumo es menor y la contaminación también.
Adolfo Cabañero
psicopedagogo