En el informe “Análisis y Perfiles de Huella Ecológica 2018 – 2021. España, México, Colombia, Estados Unidos y Argentina: los años de la pre y post pandemia”, sobre los datos recogidos de nuestra calculadora de huella ecológica pudimos organizar los resultados entre personas Frugales, Moderadas, Intermedias, Manirrotas y Derrochadoras, siendo las primeras las que menos huella ecológica tendrían o planetas necesitarían –menos de 1,25 planetas– y las últimas las que más planetas necesitarían –entre 4 y 5 planetas.
Pero, ¿podríamos concluir algún detalle de la situación según los perfiles? Con “situación” nos referimos a las preguntas de la calculadora que no llevan asociadas una huella ecológica sino que define el contexto de la persona que calculó su huella: ingresos, edad, tipo de vivienda en la que vive, género, etc. En este artículo analizaremos lo referente a los ingresos. Para simplificarlo se van a contrastar solo los perfiles Frugal y Derrochador y se usarán las respuestas de tres países: España (ESP), México (MEX) y Colombia (COL).
Empezaremos por ver el número de planetas que se necesitarían en función de la renta. Para ello nos fijamos en el Gráfico 1 donde podemos ver que, en general, a mayor renta, la huella ecológica en planetas aumenta con la misma. Solo hay una excepción: la opción “Más de 40.000 €” en Colombia es algo más baja que en el tramo anterior.
Gráfico 1. Huella ecológica en planetas según renta y países. Datos calculadora 2018-2021.
Por lo tanto podemos determinar que en nuestra muestra, a mayor renta más huella ecológica. Pero, en este análisis nos interesa analizar en función de los perfiles que obtuvimos. Para ello vamos a utilizar el Gráfico 2.
En él se reflejan los porcentajes de cada perfil que se encuentran en cada tramo de ingresos. Vemos que se repite un patrón donde los perfiles frugales en los tres países responden a ingresos más bajos mientras que los derrochadores son en su mayoría personas en el tramo más elevado de renta.
Gráfico 2. Porcentaje de perfiles Frugal y Derrochador en función de país y renta. Datos calculadora 2018-2021.
Esta información no habría resultado sorprendente para las personas que conozcan el “World Inequality Report 2022”. Este informe recoge información sobre desigualdades en el mundo y, entre ellas, podemos encontrarnos resultados relacionados con las emisiones de carbono en función de la riqueza. En él se confirma lo obtenido en nuestra calculadora: la riqueza supone mayor huella ecológica. Para ejemplificarlo hemos querido rescatar dos informaciones del “World Inequality Report 2022” (que se muestran en la Tabla 1 y Gráfico 3).
Tabla 1. Crecimiento de emisiones y desigualdad. Fuente: World Inequality Report 2022.
La Tabla 1 muestra las emisiones per cápita, totales y los incrementos entre 1990 y 2019. Claramente a mayor riqueza mayores emisiones siendo el 10% responsable de casi el 50% de las emisiones. Andrea Gómez Bobillo profundiza también en las diferencias por continentes en el artículo “El 10% más rico de la población mundial produce casi la mitad de los gases de efecto invernadero”.
Pero dentro de ese 10% también hay diferencias y vemos como el incremento de emisiones entre 1990 y 2019 del 0,01% más rico es casi el doble que el 0,1% más rico, cuatro veces más que el del 1% y 20 veces más que el del 10% o el siguiente 40%. Esto nos lleva al Gráfico 3, donde se muestra lo que llaman la curva del elefante –por la forma que se obtiene similar al perfil de un elefante elevando la trompa. Ella representa la variación de emisiones entre los años 1990 y 2019. Empezando de izquierda a derecha, el equivalente a la cola, el lomo y el cuello del elefante representa el 50% de la población con menores ingresos. Su huella ha aumentado aunque la cantidad total de emisiones es muchísimo menor que la de rentas mayores (véase Tabla 1). Si seguimos el perfil del elefante vemos como la curva en un momento empieza a descender. Esto se refiere al esfuerzo de las rentas bajas y medias de los países más ricos por disminuir su huella. Vemos cómo las personas entre el 75% y 95% más rico de la población han conseguido reducir sus emisiones respecto a 1990. Lo cual no quiere decir que sean pocas, sino que son menos que en 1990. Pero a partir del 95% otra vez la curva está por encima de la línea de referencia llegando a aumentos de más del 100% para las personas más ricas.
Gráfico 3. Desigualdad de emisiones globales de carbono, 1990-2019: la curva elefante del carbono.
Fuente: World Inequality Report 2022 de World Inequality Lab.
Esto muestra una excepción en la curva ambiental de Kuznets ya que a partir de cierta riqueza, el deterioro ambiental deja de disminuir para volver a crecer. Además, en este caso, este crecimiento es enorme llegando a duplicar el deterioro que se ocasionaba en 1990.
Otros estudios también muestran una mayor huella ecológica para países más ricos. Global Footprint Network, organización sin ánimo de lucro, calcula cada año las huellas ecológicas de cada país. Así, en su web podemos ver que los países más ricos tienden a estar entre los países con mayor huella ecológica y los países más pobres entre los que menos. O, por ejemplo, en el estudio “Linking Per Capita GDP to Energy Consumption, Ecological Footprint, and Carbon Dioxide Emission in a Developing Economy in the World: The Case of Bangladesh”, realizado en Bangladesh, en 2018, por Mohammad Mahfuzur Rahman, concluye que el desarrollo económico del país va asociado a riesgos (y, por lo tanto retos) medioambientales.
Estos resultados no nos deberían de sorprender. Al final, la riqueza o el desarrollo va asociado al acceso a más productos y servicios y, por lo tanto, a un mayor consumo. A nivel individual, algo parecido: a mayor nivel de renta, más capacidad adquisitiva tenemos y, por lo tanto, más opciones a consumir. Aunque con la curva del elefante hemos podido ver que dicho acceso puede ser realizado desde un enfoque más sostenible: seguir consumiendo energía pero de origen renovable, rehabilitación de nuestros edificios para que no pierdan el calor o el frío que aplicamos para nuestro confort, uso de electrodomésticos eficientes, consumo de productos frescos, evitar los productos peligrosos o con envases innecesarios o economizar el uso del agua son algunas de las muchas cosas que podemos hacer para mantener nuestra calidad de vida reduciendo nuestra huella ecológica.
Darío Montes
Fotografía: Carlos Escobar en Pexels
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Este artículo forma para del proyecto de investigación «Cálculos de huella ecológica, 2022» una iniciativa de Fundación Vida Sostenible con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, dentro de la concesión de subvenciones a entidades del Tercer Sector u Organizaciones no Gubernamentales que desarrollen actividades de interés general consideradas de interés social en materia de investigación científica y técnica de carácter medioambiental.
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