Nuestros océanos son una de las principales reservas de biodiversidad en el mundo y representan un papel vital en la Tierra, sin embargo, todos sabemos que los plásticos, los vertidos o la sobreexplotación de sus recursos están haciendo que se vean amenazados pero, ¿hasta qué punto?
En los medios de comunicación se habla constantemente de la problemática que generan los plásticos en los océanos y se insiste en reducir el consumo de estos productos (pajitas, cubiertos, bolsas, etc.), sin embargo, apenas se habla de aquellos que provienen de la pesca comercial (redes de pesca y otro tipo de equipos) que representan una cantidad importante y además pueden afectar directamente a la supervivencia de los peces, que comen o quedan atrapados en estos restos.
En el contundente y polémico documental «Seaspiracy: la pesca insostenible» (sucesor de «Cowspiracy», que critica la ganadería industrial) se habla en detalle de esta problemática y de lo que está suponiendo para nuestros ecosistemas. «Seaspiracy» también habla de otros problemas como la captura accidental de otras especies (por ejemplo delfines) durante la pesca comercial. Habla de las etiquetas ambientales que certifican un modelo de pesca sostenible (por ejemplo la pesca de especies asegurando que durante este proceso no se captura ningún delfín, Dolphin Safe) y muestra que indagando en la realidad de estas certificaciones se observan unas prácticas bien distintas, ya que –según el documental– es una imposibilidad controlar todos los barcos pesqueros para saber si capturan especies accesorias o no durante esta pesca comercial.
Siguiendo con la caza de delfines, también se habla de una caza masiva de estos animales con la excusa del control de plagas. Se considera que comen demasiados peces y que no hay cantidad suficiente de pescado para abastecer a la industria alimentaria. Sin embargo, esto solo es producto de la sobreexplotación pesquera y de la necesidad de sobreproducir recursos.
Todas estas acciones están provocando que muchas especies se encuentren en peligro de extinción, lo que supone un problema gigantesco para el ecosistema marino y, en consecuencia, para el planeta.
Pero, ¿qué podemos hacer nosotros para ayudar a conservar los océanos y sus recursos? Es obvio que tenemos que reducir el consumo de plásticos para generar menos residuos y evitar que estos acaben en lugares no deseados como pueden ser los océanos.
Por otro lado, después de darnos cuenta de esta problemática, a nivel individual, podemos tomar una medida radical: reducir el consumo de pescado o incluso dejar de consumirlo por completo. En el caso de seguir consumiendo pescado, lo podemos hacer de una forma más sostenible, para ello podemos consultar esta guía de consumo sostenible de pescado, de Greenpeace. Otra alternativa para llevar una alimentación más sostenible, también en materia de consumo de pescado, es la app ComidAprueba, que nos informa sobre cómo podemos reducir nuestra huella ambiental y caminar hacia un modelo de consumo más sostenible y consciente. Como vemos, con pequeñas acciones diarias, estamos ayudando a solucionar grandes problemas.
Más información: documental «Seaspiracy: la pesca insostenible», disponible en Netflix.
Fotografía: Angela Compagnone en Unsplash
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