Fotografía: Samule Sun on Unsplash
El pescado, uno de los alimentos más consumidos, va del mar a nuestras casas como todos saboreamos. En muchas zonas del mundo, además es un motor de la economía. Algo que ha desembocado en una situación de sobrepesca que amenaza los mares y la disponibilidad de este alimento.
El Mediterráneo es uno de los mares que más sufre este problema, hasta el punto de que muchos científicos han pedido el fin de esta situación con la Declaración del Mediterráneo de Oceana. Para ello, piden un sistema de gestión para evitar la caída de los stocks pesqueros y de esta manera evitar la crisis medioambiental del Mediterráneo Occidental. La UE deberá realizar un plan plurianual que incluya la restricción del arrastre de fondo, la protección de las áreas de puesta y cría y establecer los límites de capturas y de esfuerzos para que sea efectivo. La sobrepesca en esta sección del Mediterráneo afecta ya a un 90% de los stocks pesqueros evaluados.
Para ello, el 24 de septiembre la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo en Malta, llegó a un acuerdo para promover la pesca artesanal en el Mediterráneo siendo suscrito el 26 de ese mismo mes. Algo que refleja el compromiso para solucionar este problema.
No solo es el caso del Mediterráneo, también es el caso del Báltico, para el que el Consejo de la UE ha aprobado un acuerdo político para las oportunidades pesqueras de la zona en 2019, debido a que la situación está en peligro de no poder mantenerse. Para ello, ha acordado los llamados Totales Admisibles de Capturas (en inglés “Total Allowable Catch”) (TAC), recogidos en la regulación del Consejo.
Para ello, ha aumentado la pesca de la solla, espadín, bacalao del Báltico occidental y arenque y reducido la posibilidad de captura de salmón de la cuenca principal, así como de otras especies de posible pesca. Con esto pretende alcanzar los objetivos pesqueros de la política pesquera común (PPC).
Como se ha comentado anteriormente, existen los llamados Totales Admisibles de Capturas, con el objetivo de determinar límites máximos de pesca durante un tiempo y para las especies con planes de gestión, fijándose en base a los criterios de la FAO. Sin embargo, un 78% de las recomendaciones han sido ignoradas según Oceana, lo que lleva a sobrepesca en la mayoría de los caladeros europeos. Más información en Oceana.
Este año, la FAO ha publicado el Informe Sofía 2018 sobre la situación de la pesca y la acuicultura a nivel mundial, como hace cada dos años. En este informe, ha destacado que el mar Mediterráneo es uno de los mares con mayor índice de sobrepesca del mundo.
Ha indicado también que la situación es complicada a nivel mundial. Por ejemplo, el Pacífico Noroccidental, que es una de las zonas más productivas del planeta, ha sufrido un incremento de las capturas. Según este informe, el estado de los recursos pesqueros explotados de manera sostenible ha empeorado reduciéndose a un 66,9% en 2015, y hubo un incremento en las capturas insostenibles de un 33,1%.
Uno de los peces más afectados es el atún, un 43% fue explotado de manera insostenible durante 2015 y un 57% de manera sostenible, es decir, en el primer caso no se respetó la renovación de la población y utilizando métodos insostenibles de pesca y en el segundo, se respetó esta renovación y se empleó otro método de pesca más sostenible.
Hace unos años se estableció una moratoria de diez años para la pesca de la anchoa del Cantábrico, tras la que se consiguió recuperar y hasta la fecha no ha sido necesario volver a establecerla. Se estableció debido a que se pescaba de manera insostenible y peligraba su población.
Existe un acuerdo con Marruecos de la UE para la pesca de este país en el Mediterráneo, que este año ha sido renovado. España estuvo tres meses sin poder pescar en aguas marroquíes y ahora con este acuerdo podrá faenar finalmente, con al menos 100 buques.
La UE posee la PPC (Política Pesquera Común), con el objetivo de garantizar el mantenimiento de este sector evitando la desaparición de los recursos pesqueros y de manera que sea sostenible. Para ello, fija límites de captura. Posee cuatro ámbitos principales: gestión de la pesca, política internacional, mercados y política comercial y financiación de la PPC. Más información en la página web de la PPC.
A nivel internacional, el organismo encargado de regular la pesca es la FAO. Una de sus principales medidas para proteger los mares es la reforma de la política pesquera, cuya firma está prevista para 2020 para proteger la alta mar y su biodiversidad, habiendo finalizado las negociaciones el 17 del mes pasado. Prevén la creación de áreas de protección marina. Con esto, se espera que no sólo los ecosistemas se recuperen, sino que además vuelvan a aumentar las capturas. Lo que hay tener en cuenta es concienciarnos de que si no se hace nada al respecto, por mucho que se establezcan estas moratorias, volveremos a la misma situación en unos años.
Se puede citar que seis países asiáticos (Indonesia, Malasia, Papúa Nueva Guinea, las Filipinas, Timor Oriental y las Islas Salomón, los países del Triángulo del Coral) están diseñando un plan para proteger sus recursos marinos y poder seguir garantizando el acceso de la población a los alimentos. Todo ello, se debió a la sobrepesca que sufrió la zona. Con ello, esperan aumentar a un 20% las zonas protegidas.
España tiene zonas protegidas, pero ninguna que sea un Parque Nacional íntegramente marino en todo el territorio nacional. Vamos a citar el Mar de las Calmas en la isla de El Hierro, que es una reserva marina que permite la pesca con limitaciones. Debido a la erupción del volcán submarino hace unos años, el mar sufrió una explosión de vida que llevó a que se presionara para declararlo como Parque Nacional. Puede visitar zonas protegidas marinas en este enlace.
Todas estas medidas ayudarán a mejorar el grave problema de la conservación en buen estado de los recursos pesqueros y conseguir una recuperación de los fondos marinos, pero por supuesto una actuación más rigurosa sería necesaria. No es un problema que llegue mucho a la opinión pública, pero si no se actúa lo suficiente y con buenas medidas, se llegará a una situación de pérdida de stock de capturas insostenible e irreversible por muchas moratorias que se establezcan.
No sólo nos afectará a nosotros, sino que los ecosistemas marinos se verán perdidos de manera irreversible.
Pero, ¿qué podemos hacer nosotros en nuestra próxima visita a la pescadería? Algo muy sencillo, asegurarnos que el pescado sea de temporada, que el método de pesca empleado sea sostenible e intentando que el pescado sea lo más cercano posible al punto de compra. Una forma de comprobarlo es mirando el etiquetado y conociendo el caladero de procedencia, ya que las aguas europeas del Atlántico y el Mediterráneo están sobreexplotadas. Para más conocimiento del pescado de temporada visite este enlace.
Este es un sencillo paso que podría ayudar a mejorar la situación de los caladeros actualmente y llegar a un modelo sostenible de pesca que nos permita seguir consumiendo pescado y que los ecosistemas marinos no se pierdan.
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