Fotografía: Pixabay
Con la llegada de las primeras lluvias y la bajada de las temperaturas se hacen frecuentes las salidas al campo en busca de setas. En estas semanas nos encontramos en el momento justo para hacernos con este último manjar que nos brinda la naturaleza. De esta manera podremos llevar a nuestro plato un producto recolectado por nosotros mismos, de gran valor y calidad. Pero a la hora de su recogida debemos tener en cuenta diferentes aspectos:
En primer lugar, no debemos olvidar en casa nuestra cesta, pues no podremos guardar las setas en una simple bolsa de plástico. No, no es que vayamos en contra del plástico otra vez, sino que una vez recogidas las setas irán expulsando sus esporas y mientras que el plástico no permite su difusión, las cestas de mimbre si lo hacen, asegurándonos así de que exista una continuidad en las poblaciones.
A la hora de recoger las setas nos encontramos con nuestro segundo aspecto a tratar. En este caso es una situación bastante confusa y alrededor de la cual surgen muchas opiniones, ¿cortamos o extraemos (que no arrancamos)?. Pues bien, para entender este punto debemos saber que las setas surgen gracias al micelio (formación similar a las raices de las plantas a partir de la cual surge el tallo).
Si cortamos, hay teorías que dicen que la parte restante del pie puede causar infección al micelio al pudrirse. Sin embargo, también se comenta que si extraemos la seta arrancandola de forma brusca, podemos terminar por extraer parte del micelio, terminando así con futuras setas. De este modo, expertos recomiendan adaptar la extracción al tipo de seta que vayamos a recoger. El boletus podremos extraerlo haciendo palanca con la navaja, mientras que la seta de cardo podremos cortarla.
La idea de ir al campo a por setas resulta muy atractiva para muchos públicos muy diversos. Una vez aprendidos varios aspectos de su recogida, debemos prestar atención al punto más relevante de la mísma, ¿qué setas puedo o no coger? Aunque los habitantes de una zona suelen recoger únicamente las setas comestibles y conocidas, en los últimos años, está aumentando el número de personas inexpertas que recogen setas como una forma más de ocio al aire libre, es decir, el micoturismo. Esta situación propicia la aparición de intoxicaciones. Por ello, debemos ir acompañados además de nuestra cesta, de una guía micológica que nos facilite la identificación de las setas. Esta es la mejor forma de evitar errores.
Algunas de las setas más demandadas en España son el boletus, la seta de cardo, el níscalo, los rebozuelos, la trufa negra o los champiñones. Estos se reparten por toda nuestra geografía en función del clima de cada lugar. ¡Así es que solo queda localizar los más cercanos a tu lugar de origen y salir en su búsqueda!
Por último, recuerda que esta práctica debe llevarse a cabo con total responsabilidad con el medio ambiente. No recojas setas de forma masiva, pues su comercialización tampoco es legal. No utilices técnicas como el rastrillado, que puedan dañar las poblaciones, recoge tu basura y disfruta de la naturaleza. Y recuerda, no olvides en casa tu cesta de mimbre ni tu guía micológica. Y por supuesto no recolectes aquellas setas que no vayas a consumir o estudiar. El campo y sus recursos te esperan, recuerda hacer un buen uso de ellos.
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