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Según el Ministerio para la Transición Ecológica, la contaminación acústica es la existencia en el ambiente de ruidos o vibraciones, proveniente de cualquier emisor acústico que los genere, que conlleve una molestia, riesgo o daño para las personas, para el desarrollo de sus actividades. A su vez, que causen efectos significativos sobre el medio ambiente, o a los bienes de cualquier naturaleza.

Según Ecologistas en acción, el ruido es un contaminante barato de producir que necesita poca energía para su emisión, sobre todo en las grandes ciudades debido al tráfico, las obras, etc. Por otro lado, no deja residuos en el medio ya que no tiene efecto acumulativo en el entorno pero sí en el ser humano, y su radio de acción es menor que el de otros contaminantes ya que tiene lugar en espacios concretos.

La Unión Europea requiere que los estados miembros fijen unos objetivos de calidad para el ruido. En nuestro país se han establecido unos valores límites de 65 decibelios durante el día, y 55 decibelios durante la noche, sin embargo esos límites superan los criterios de la OMS, quienes establecen que los límites deberían ser más estrictos, entre 45-50 decibelios, sobre todo en horario nocturno.

En las grandes ciudades se observa la tendencia que siguen las actividades de ocio nocturno de concentrarse en determinadas zonas, lo que se traduce en el consiguiente aumento de la molestia que este tipo de actividades producen a la vecindad, razón por la que es necesaria la intervención de la Administración Local, a fin de compatibilizar la actividad económica con la residencial, asegurando los derechos al descanso y al ocio.

El Ayuntamiento de Madrid, consciente del problema, introdujo en el año 1985 la figura de la Zona Ambientalmente Protegida (ZAP), con el objetivo de reducir los niveles de ruido existentes. La aparición de la Ley 37/2003, de 17 de noviembre, del Ruido, junto con los reales decretos que la desarrollan, recoge una nueva figura de protección llamada Zona de Protección Acústica Especial (ZPAE), que delimita las áreas acústicas en las que se incumplen los objetivos de calidad acústica, y que exige el desarrollo de planes zonales específicos que permitan alcanzar los objetivos de calidad acústica.

Estas son las zonas (ZAP) y (ZPAE) en Madrid: las Zonas Ambientalmente Orotegidas (ZAP) son el distrito de Chamartín, Chamberí, Salamanca y Vicálvaro. Las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE) son el distrito Centro, el distrito de Tetuán, barrio de Gaztambide y distrito de Chamberí. A su vez, dentro de las ZPAE existe un Plan Zonal Específico en el entorno de Azca-avenida de Brasil.

En la lucha contra el exceso de ruido ambiental en la ciudad de Madrid,  se ha promovido el apaciguamiento del tráfico rodado mediante restricciones de tráfico en el llamado “Madrid Central”, con una escasa reducción de 1,8 decibelios. Cierto es que la razón principal por la cual se introdujo esta medida fue la calidad del aire, pero también ayuda a reducir el los niveles de ruido.

Desde otros ayuntamientos, como es el caso de Santiago de Chile, se han establecido otra serie de medidas, como por ejemplo el fomento de vehículos eléctricos y la renovación de parte de la flota de autobuses para el transporte urbano, con lo que se ha obtenido 21 decibelios de reducción.

Según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el riesgo que provoca el ruido en nuestra salud es muy superior al del tabaquismo pasivo y la contaminación del aire específicamente por ozono y partículas.

Las principales fuentes de ruido son el tráfico y las obras. Los seres humanos percibimos este por el oído. El oído transforma las vibraciones exteriores en impulsos nerviosos que envía al cerebro, provocando una serie de impactos en nuestro organismo como pérdida de capacidad auditiva, problemas de salud mental como estrés, irritabilidad, hipertensión, y comportamientos agresivos. A su vez, varios estudios han demostrado que una larga exposición a ruidos pueden conducir a que se tenga una presión arterial alta, insuficiencia cardíaca, etc.

Según los estudios realizados acerca de las consecuencias del ruido, se han obtenido los siguientes datos:

  • Los ruidos por encima de 65 decibelios se relacionan con el 20% de los ataques cardíacos.
  • La población más afectada son niños y ancianos, ya que estos grupos de personas son los más sensibles al ruido.
  • Los ambientes con más de 110 decibelios provocan procesos cancerosos y hace que se desarrollen más rápido.

 

Por otro lado, la contaminación acústica en ciudades y zonas aledañas provoca una serie de impactos también sobre la biodiversidad y los ecosistemas. El sentido del oído es fundamental para muchos animales, ya que de esta forma encuentran pareja y alimento, también se ayudan de este sentido para comunicarse y escapar de depredadores. Por lo que el ruido afecta a sus capacidades haciendo que disminuya la población de las especies perjudicadas.

En otro orden de ideas es importante mencionar que la contaminación acústica producida por el ser humano se está convirtiendo también en una grave amenaza para la biodiversidad de los océanos. Especies como ballenas, delfines y tortugas, las cuales emplean ultrasonidos para comunicarse, son las más afectadas.

El continuo sonido de los motores de barcos, estudios sísmicos de compañías de petróleo y gas, y los sónares militares, han elevado los niveles de ruido en las aguas de todo el planeta.

El científico Mark Simmonds, señala que existen pruebas de que los casos de ballenas varadas en las playas de todo el mundo están relacionados con el ruido. Las ballenas halladas varadas presentan daños en los tejidos, caso parecido a lo que les ocurre a los buceadores que sufren “mal del buceo” producido por una descompresión inadecuada al salir demasiado deprisa a superficie.  Otra causa de que sean lo océanos cada vez más ruidosos, es el incremento de los niveles de dióxido de carbono en los mares, lo cual ha hecho que las aguas sean más ácidas, y por tanto éstas tienen menos capacidad de absorber el exceso de ruido.

Ballenas o humanos, todos sufrimos, el exceso de ruido, y todos deberíamos colaborar para reducir este grave problema ambiental. Aquí puedes ver algunas ideas.

Laura Velasco Puig

 

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