Lo primero de todo, si todavía tienes bombillas incandescentes, te recomendamos que las cambies por bombillas LED o lámparas fluorescentes de ahorro de energía, las clásicas bombillas de bajo consumo. En cualquier caso, siempre se puede mejorar la iluminación y su eficiencia con algunos consejos:
- El clásico “apaga la luz” al salir de una habitación no es siempre tal cual. Según un estudio realizado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) y la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación (ETSIT), el tiempo óptimo antes de apagar una lámpara fluorescente de ahorro de energía para reducir las emisiones es de unos 5 minutos. Pero si lo que te preocupa son las emisiones de mercurio, entonces el tiempo óptimo es de 43 minutos. Te recomendamos que te leas este artículo para que puedas optimizar mejor el uso de tus lámparas. El objetivo de la investigación era saber si es más conveniente apagar la luz al salir de una habitación o si por el contrario es mejor dejarla encendida, el trabajo concluye que las emisiones contaminantes y el coste económico se reducen, tanto si la lámpara permanece funcionando el mínimo de horas posible como si el número de encendidos y apagados se reduce al mínimo indispensable.
- Una buena medida es utilizar lámparas de baja potencia dirigidas hacia el punto exacto donde necesitamos la luz –como un escritorio– en lugar de lámparas muy potentes para iluminar desde el techo toda una habitación.
- La lámpara decorativa con muchas bombillas puede encenderse cuando hay visitas y celebraciones, pero debería permanecer apagada el resto del tiempo.
- Estudia la disposición de tu hogar. La colocación de un mueble allí o un mueble allá puede influir mucho en el aprovechamiento de la luz solar.
- Incluso algunas casas que pueden parecer oscuras pueden utilizar la luz solar. Con frecuencia, basta con levantar una persiana o acercar la silla a la ventana.
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