¿Cuándo comprar un nuevo frigorífico?
En principio, si la antigüedad del modelo que tenemos en la cocina supera los 15 años, probablemente estamos perdiendo dinero. Los aparatos más antiguos tienen una eficiencia energética muy baja, y algunos son verdaderos sumideros de energía eléctrica.
¿Qué tamaño elegir?
Existe una tendencia actual a comprar frigoríficos cada vez más grandes, por encima de los 300 o incluso 400 litros. Son populares los modelos de dos puertas, con un gran departamento para congelados. Estos modelos son eficaces cuando un gran número de personas habitan en la casa, pero la mayoría de los hogares se pueden apañar muy bien con un modelo de dimensiones más reducidas, más barato y con menor consumo de energía.
¿Qué modelo elegir?
La opción es clara: un modelo de clase energética A si estamos hablando de la nueva etiqueta energética que califica desde la G (modelo menos eficiente y más consumo) a la A (modelo más eficiente). Durante un tiempo convivirá con la anterior etiqueta energética que calificaba entre la D (modelo menos eficiente) y la A+++ (modelo más eficiente). Obviamente, en caso de ser la antigua etiqueta, la mejor opción es la A+++, pero esta opción, en el mejor de los casos, equivaldrá a una calificación B del nuevo etiquetado.
No tenemos más que consultar la etiqueta energética del aparato. Todos los frigoríficos la ostentan.
La nueva etiqueta también aporta información del ruido que hacen en una escala de la A a la D. Cuantos menos decibelios (dB), mejor.
Además, para la congelación, fíjate en el etiquetado de la temperatura de trabajo del modelo que se expresa de 1 a 4 estrellas:
- 1 estrella: -6ºC de temperatura mínima, por lo que serán congeladores para mantener unas horas los alimentos.
- 2 estrellas: -12ºC de temperatura mínima. Los alimentos se pueden congelar hasta tres días.
- 3 estrellas: -18ºC de temperatura mínima. Los alimentos duran pocos meses congelados.
- 4 estrellas: -24ºC, la congelación es más rápida y permite congelar mayor cantidad de alimentos y durante más tiempo.
¿Qué hay de los CFCs y otros refrigerantes de estos electrodomésticos?
Desde la firma hace años de convenios internacionales para la protección de la capa de ozono, los CFCs –gases refrigerantes– están prohibidos en los frigoríficos puestos a la venta. Por lo tanto, no hagas caso de las etiquetas que anuncian “amigo del ozono”, “no contienen CFCs”, etc.: sería ilegal que los utilizaran. Otra cosa son los modelos que utilizan gases completamente inocuos para la capa de ozono. Estos modelos nacieron hace 30 años gracias a Greenfreeze.
Desde entonces los CFC han sido sustituidos por HFC (compuestos de hidrocarburos con flúor, pero ya sin cloro), HC (hidrocarburos) y HFO hidrofluerinas).
Los primeros, los HFC, no dañan el ozono pero tienen un gran potencial de calentamiento global, mucho más elevado que el CO2. De hecho, la UE eliminó algunos con mayor potencial de calentamiento y propuso requisitos para su remoción segura.
Los segundos, como el HC600a no tienen dicho problema. Además, este gas se considera más eficiente y no resulta tan tóxico pero es inflamable. Esto supone un extra de atención en la seguridad (como alejarlo de chispas).
Los últimos, como el HFO-1234ze, parecen ser la respuesta para tener un refrigerante con buenas prestaciones térmicas, bajo poder de calentamiento y toxicidad y no inflamable. Aunque, a fecha del 2022, todavía se está desarrollando la investigación sobre ellos.
En 2022, con el nuevo etiquetado más exigente, no es fácil encontrar frigoríficos de clase A en los catálogos; pero con el tiempo esto cambiará y absolutamente todas las marcas disponen de información sobre el consumo en las etiquetas energéticas que portan y fichas técnicas sobre sus frigoríficos. Busca en las páginas web de las diferentes marcas si incluyen información sobre las consecuencias para el medio ambiente de la fabricación y uso de sus productos.
Para mayor detalle sobre qué es importante a la hora de comprar un frigorífico, entra en la Guía FVS El frigorífico.
¿Cómo deshacerme de mi antiguo frigorífico?
Los frigoríficos se pueden reciclar y, además, algunos contienen algunos elementos tóxicos (como refrigerantes). Por eso, para conseguir deshacerse del frigorífico sin que acabe siendo un residuo abandonado, hay varias opciones:
- Llévalos al Punto Limpio más cercano. Aquí tienes un buscador de puntos limpios.
- Si lo vas a sustituir por uno nuevo, muchas empresas además de llevarte el nuevo frigorífico a casa, también se llevan el antiguo para depositarlo en el punto de reciclaje correspondiente.
- Algunos municipios tienen servicios de recogida de muebles y electrodomésticos. Infórmate en tu municipio sobre cómo se realiza esta recogida.
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